08.

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Mi cabeza daba vueltas, el reloj marcaba las 3 de la mañana y me encontraba sola en casa, todos habían salido y esta vez no había sido invitada, las paredes parecían hacerse cada vez más pequeñas cuando pensaba en Oliver, el había sido honesto, demasiado, y su honestidad era aterradora, el era todo lo que siempre juzgue y quise evitar, pero una parte de mi no podía ignorar aquellas pequeñas acciones, aquellas que mostraban que él no era tan malo como decía, oh al menos eso quería creer, mordí mis labios y sacudí la cabeza, ¿Qué demonios está mal conmigo? Él mismo me lo había dicho, él me estaba advirtiendo, tenía que alejarme, tenía que protegerme, tenía que mantenerme a salvo, tenía que olvidarlo, maldije en voz alta y caminé con molestia hasta la cama, enterré mi cara entre las almohadas y cerré los ojos forzándome a dormir.

Desperté sin ganas de hacer nada, mi entrenadora del Gym había hablado de nuevo y decidí rendirme y no volver a ir, llamé al trabajo para informar que me sentía mal y que no iría, apagué mi celular antes de que Hugo comenzara a llamar para pretender que le importaba, mamá mando un correo solo con fotos de Londres diciendo que pasaría las fiestas allá, pero ella no pregunto sobre la escuela, o sobre mí, simplemente seguía sin importarle, decidida a no seguir atormentándome pensando en Oliver me duché y vestí para dirigirme a hacer la compra de obsequios asegurándome de guardar dinero suficiente para la cena de navidad este año, que en realidad sería comida china pues era lo único que abría ese día cerca de casa. Después de haber comprado el obsequio de Emma y Harnold, quien se había negado a acompañarme pues vería a Leon, ¿vaya mejor amigo eh?, caminé hacia la tienda de música para conseguir un disco nuevo para la batería de Paula, pues de alguna manera ella había conseguido romperlo y aunque la tranquilidad y silencio que abordaba la casa desde que sucedió me encantaba, sabía lo importante que era la música para ella, estaba por salir cuando vi el CD de ese artista Alemán de nombre extraño que, por el tiempo que pude estar con Oliver, noté que le gustaba, lo tomé y regresé a caja para pagarlo, sin realmente pensar en lo que estaba haciendo, cuando terminé regresé a casa encontrando a Paula y sus amigos allí, el auto de Oliver estaba estacionado pero él no apareció por ningún lado, entonces un rayo de esperanza se encendió en mi y corrí hacia mi habitación esperando encontrarlo allí, pero él no estaba, y aunque me costaba admitirlo, había dolido su ausencia, antes de poder lamentarme mi celular sonó y al responder la llamada el grito de Harnold se escuchó.

— ¡ES GAAAAAAAAAAAY! —chilló, — ¡Leon es gay! —continuó y sonreí, —me besó Nora, ¡¡él me beso!! —agregó con emoción y sonreí.

—¿Cómo fue? -pregunté y lo escuché suspirar.

—Fue perfecto, fue mágico, fue increíble —aseguró y me sentí mal cuando una punzada de envidia chocó en mi pecho, —Creo que por fin lo encontré Nora ­—susurró, —es él, él es la razón de porque soy así, él es lo que estaba esperando —aseguró y tuve que pellizcarme para tranquilizar la araña envidiosa que comenzaba a revelarse dentro de mi.

—Diablos Harnold, estoy realmente celosa y feliz por ti —admití, —te lo mereces, realmente lo haces —aseguré.

—Quiero que lo conozcas —aseguró emocionado, —lo voy a ver mañana de nuevo, me pondré de acuerdo con él para que puedas conocerlo —dijo.

—No puedo esperar para hacerlo H, necesitamos tener esa charla —dije seria.

—Por supuesto, no creo que a mis padres les agrade ser abuelos pronto —dijo con sarcasmo y reímos.

—Eres especial Harnold, realmente, realmente especial, y no mereces nada menos que ser feliz —aseguré sintiendo mi garganta cerrarse, estúpida sentimental.

—Tú también Nora, ya verás que Oliver pronto se dará cuenta de lo que vales y se olvidará de esa idiotez de ser tú amigo —dijo y reí sin ganas, —¿Qué sucede? —preguntó y negué aun consciente de que él no podía verme, —Nora.

El que se enamora pierde.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora