El que se enamora pierde.©

11.

Desperté encontrando a Oliver a mi lado, mi cara frente a la suya y sonreí al verle relajado, tranquilo y sereno, mi mano subió hasta su rostro retirando un mechón que caía sobre su frente

—Vuelve a dormir –pidió entre dientes apretando mi agarre en su cuerpo haciéndome reír

—Hoy es sábado, tengo reunión familiar en casa de los Steels –susurré y gruñó

—Te llevaré más tarde Nora, vuelve a dormir por el amor de dios –pidió y enterró su cara en la curva de mi cuello, con mi mano libré saqué el celular de mi bolsillo trasero, "9:00 am"

—Solo 10 minutos –susurré y cerré los ojos de nuevo.

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—Nora –susurró Oliver y sus labios rozaron los míos, sonreí y abrí un ojo

—Buenos días –susurré y sonrió ampliamente

—En realidad tardes, son las 12:30 –señaló y mis ojos se abrieron, me giré para ponerme de pie olvidando en donde me encontraba y cayendo al piso

—Maldición –gruñí y Oliver rió, —oh claro, muy gracioso –dije sarcástica poniéndome de pie, —Vámonos, aun necesito ir a vestirme a casa –señalé y asintió poniéndose de pie.

—Gracias por traerme –murmuré y negó, su mano tomó mi barbilla y me acercó a sus labios

—Veámonos esta noche –pidió

—Con Harnold y Leon iremos a un bar, eres bienvenido si quieres unirte –ofrecí

—Claro, mándame la dirección y nos vemos allá –aseguró y sonreí

—Entonces hasta más tarde –dije y bajé del auto caminando hasta la puerta, resultaba que las cosas en la casa Steels cada vez se volvían más cómodas, aunque los padres de H siempre apoyar sus decisiones era visible que verlo junto a otro chico en momentos les tomaba por sorpresa, ahora resulta normal, incluso comenzaba a hacer bromas

—Bueno, Harnold ha estado muy molesto últimamente –señaló Emma

—Está teniendo su periodo –me burlé y me miró mal

—Espero que se cuiden chicos, soy muy joven para ser abuela ahora –bromeó su madre y reímos

—Serías una abuela muy hermosa cariño –aseguró el señor Steels haciéndonos soltar un "aww"

—¿con quién llegaste hoy Nora?, escuchamos el sonido de un coche –murmuró Emma

—¿Algún chico del que no sepamos aun? –preguntó la señora Steels y negué

—Es solo Oliver –murmuré

—¿Oliver?, ¿Como Oliver el chico caliente que salvo el trasero de Harnold? -preguntó Emma y asentí, —¿están saliendo? –preguntó de nuevo y negué

—Él no sale –solté y frunció el ceño, —con sus amigas –agregué y asintió

—Pues creo que tardará mucho en invitarte a salir, se nota que el chico está interesado –aseguró y reí, solo para aplacar mi emoción, ella era la cuarta persona que lo decía

—Deberías invitarlo para la próxima semana, aun no le agradecemos nosotros –informó la mayor de las mujeres Steels y asentí

—Se lo diré, lo prometo –aseguré y sonrió, la tarde pasó entre juegos de mesa y bromas que nadie, además de quien las contaba entendía

—Somos un asco en esto –señaló Leon y todos asentimos dándole la razón

—Pero un asco genial –agregó Harnold divertido, después de vestirnos Emma, los enamorados y yo nos dirigimos al bar, y durante el camino le envié un mensaje a Oliver asegundarlo que estaríamos esperándolo, y aunque no respondió sabia que iría, o al menos eso esperaba. La música no paraba pero nosotros tuvimos que hacerlo para descansar, dos horas en el bar y ya no soportaba mis piernas