VII

1.9K 257 11
                                    

Recostado sobre la fresca hierba cubierta de rocío, Shikamaru fue pasando una a una las páginas del libro que previamente extrajera de la biblioteca.

-Leer en mi día libre. Que fastidio- bostezó largamente y siguió enfrascado en uno de los párrafos, tratando de absorber toda la información posible para comprender mejor el funcionamiento de las relaciones entre shinobis.

Claramente aquello no era su fuerte. Y la conversación con Kurenai solo le había traido más dudas a la querella.

Estaba tan relajado en esa postura, recostado boca arriba sobre el suave césped, con su pierna derecha cruzada sobre la izquierda, orientado su rostro a un cielo sin sol pero repleto de nubes que se movían libremente por el firmamento.

"Ojala fuera como esas nubes"

Pensó antes de que el cansancio lo consumiera y el libro le cayera encima del rostro.

Para cuando despertó, casi había oscurecido. Shikamaru no se alarmó del hecho. Solía tomar siestas prolongadas en sus días libres de obligaciones, aunque no era lo que había planeado inicialmente para ese día en particular.

Se estiró en el prado, se sacudió el hierbajo de los pantalones y se guardó el librillo dentro del chaleco antes de echar a andar de vuelta hacia la aldea.

Camino a su casa recordó con media sonrisa lo preocupado que solía ponerse Asuma cuando se enteraba de que Shikamaru se había quedado dormido en cualquier lado. Siempre estaba reprendiendolo por bajar la guardia y exponerse innecesariamente al enemigo.

-¡Shikamaru!

Antes de que la nostalgia se plasmara en su antipatica faz, Shikamaru detuvo sus pasos frente al restaurante de Barbacoa, reconociendo al punto la voz aguda y chillona de su compañera de equipo.

Entró a la infraestructura sin mayores complicaciones. Había descartado la idea de buscar a Naruto hasta mañana pues lo suponía más sensato, pero al acercarse a la mesa, Shikamaru se tensó brevemente, entre confundido y extrañamente extasiado de ver al Uzumaki sentado junto a Chouji.

-Shikamaru, ¡te tardaste!- le espetó la rubia, dandole un firme golpe en el brazo. Shikamaru dibujó media sonrisa y se encogió de hombros, aparentemente despreocupado.

-No iba a venir. Me quedé dormido en el prado- confesó, tomando asiento al lado de Ino. Naruto le dirigió una mirada ansiosa.

-¿Qué hacías ahí?- preguntó-. Te estuve buscando toda la tarde, de veras. Pensé que ibas a ayudarme con ya sabes que- añadió en un susurro, cubriendose los labios con la mano y mirando en todas direcciones.

Desde siempre Naruto había sido la oda a la obviedad. Shikamaru se sonrió al saberse escudriñado por sus dos compañeros. Ino enormemente desconcertada y Chouji dividiendo su atención entre la carne récien servida y la conversación.

-Hablaremos de eso mañana- contestó con desgana, súbitamente atacado por un nuevo bostezo. Sabía que tenía que irse olvidando de Naruto y aquellas sensaciones caprichosas que lo invadían al tenerlo cerca, pero era demasiado complicado.

-Esta bien- suspiró Naruto, aplacandose un poco su ansiedad.

La cena transcurrió amena a partir de entonces. Chouji había comido más de lo hablado, mientras Naruto e Ino acaparaban la conversación y la desviaban de un tema a otro con la carrerilla aguda de sus voces. Shikamaru siendo neutro receptor, con la mejilla apoyada sobre su mano mientras bostezaba ocasionalmente y seguía el movimiento labial de las palabras emitidas por Naruto.

Pensó, fugazmente, y sin reparar mucho en ello, en lo bien que se sentiría besarlo.

Acabada la cena, Chouji había decidido quedarse otro rato a reposar la comida. Ino alegó tener un asunto pendiente en la floristeria, asi que, para cuando pagaron la cuenta, Shikamaru y Naruto salieron solos del local.

-Nos vemos mañana, Shikamaru- se despidió Naruto con una amplia sonrisa, presto a echar a andar antes de que el Nara lo tomara del brazo para detener su pronta huida.

-Aún me da algo de tiempo- le aclaró, más parco de lo que pretendía sonar-. Si quieres puedo acompañarte a tu casa y darte algunos consejos para...ya sabes- se rascó nervioso la nuca. Por toda respuesta, Naruto asintió energico y lo abrazó, tan repentinamente que Shikamaru apenas pudo parpadear por la súbita proximidad de su cuerpo.

Internamente se maldijo por sentirse tan bien con ello.

Intenciones ocultas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora