VIII

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-Primeramente- exhaló con resignación y cierta pereza en el tono-. ¿Has intentado hablar con Sakura?, y no me refiero a saltar directamente a decirle que te gusta.

Naruto lo meditó largamente, viendo a Shikamaru acomodar al centro del cuarto la silla para después sentarse al revés, apoyando los brazos en la parte superior del respaldo y ahogando un bostezo mientras aguardaba por su respuesta.

-La he invitado a salir antes- confesó, turbado ante la rotunda negativa del Nara-. No puedo hablar con Sakura sobre nada. No le interesan mis anecdotas de viaje, se que le aburren o le parecen muy idiotas.

-¿Has discurrido en lo que tienen en común?- insistió Shikamaru, basando sus interrogantes en lecturas previas sobre el tema. Realmente estaba deseando bordear tan pueril tópico pero era lo único que le unía actualmente al Uzumaki-. Algo que no sea Sasuke- añadió al ver que Naruto pretendía dar su pronta respuesta.

El exhalido de desánimo inundó la habitación, disipando asi una contestación certera.

-No lo creo- negó atribulado.

Shikamaru dejó caer la cabeza sobre sus brazos cruzados. Iba a ser más intrincado de lo que supuso inicialmente. Quería, genuinamente, ayudar a Naruto, pero al mismo tiempo, habría preferido que el tiempo compartido derivara a asuntos ajenos a alcanzar un idilio aparentemente unilateral.

No lo diría abiertamente, sin embargo, consideraba aquello como caso perdido. En primera instancia porque Sakura estaba más que colada por Sasuke, aun tras años de su partida. En segunda, porque entre Naruto y Sakura no parecía existir un lazo más alla del simple compañerismo.

¿Cómo podía surgir una afición bilateral que yacía albergado en el rubio desde hacía tantos años?

-Bien. Empecemos por lo más básico- levantó el rostro y lo miró a los ojos, directo a aquel intenso brillo que competía con la luminosidad matinal-. ¿Qué le gusta a Sakura?

La sonrisa de Naruto amenazó con esfumarse de nuevo, pero la retomó, dando un golpe con el puño sobre su palma cual si la revelación surgiera en el último segundo

-Le gusta la medicina. La abuela Tsunade le esta enseñando.

-¿Algo más?

-Le...eh, gusta golpear.

-¿Es todo?- arqueó una ceja, expectante. Naruto asintió despreocupado y se alzó de hombros-. Tienes que investigar más sobre ella, Naruto. Y no hablo de asediarla o podría enfadarse. Pregunta a Tsunade o a...

-Ino- sonrió ampliamente Naruto. Shikamaru supo que haría de mediador en esa charla desde antes que Naruto lo sugiriera.

Suspiró sonoramente y ladeó el rostro con fastidio hacia la ventana. Sentía que se complicaba mucho su existencia ultimamente.
***

La mañana prometía ser tediosa como de costumbre. La quinta lo había despachado entre pilas de informes y reportes de futuras misiones próximas a efectuar. Su participación en los siguientes examenes Chunnin estaba más que confirmada, junto a la de Temari.

Sería problematico tener que lidiar con la comparecencia de la hermana del Kazekage y su constante sátira por aquella misión malograda de hacía años.

El apelativo de "bebé llorón" no le hacía ninguna gracia en realidad. Y le sorprendía que Temari siguiera valiendose de lo ocurrido hace tiempo para mofarse de sus esteriles maniobras para vencer a Tayuya. Al menos había sobrevivido, pero la culpa frecuentemente le asediaba al pensar en las posibles muertes de sus compañeros a falta de una estrategia mejor a mitad del periplo para encontrar a Sasuke.

Y pensar que el traidor Uchiha había desertado por su cuenta.

Lo odiaba.

Aunque era un sentimiento demasiado fastidioso de albergar de por si. Solo esperaba que Sasuke no regresara a joderla en grande de nuevo. Nunca le había agradado su forma de ser tan arrogante y narcisista.

No entendía por qué Naruto y Sakura...

Sus lucubraciones se cortaron de golpe al vislumbrar por la ventana de la torre Hokage a las dos siluetas que caminaban a la par.

Eran Naruto y Sai.

¿Acaso...?

Shikamaru se acercó más. Parecía que estaban teniendo una conversación. De pronto quiso estar presente para escuchar lo que decían, el por qué de la deshibida risa del rubio.

Una sensación anómala fue creciendo en su pecho. Queriendo arrancarla de tajo, se apartó de la ventana y sacudió la cabeza enfaticamente.

Ya se enteraría de boca de Naruto más tarde. Pero, ¿Realmente quería saberlo?, ¿Por qué tan desmedida ansia por inmiscuirse en las amistades de Naruto?

El tema de Sakura ya le fastidiaba de por si. Y ahora verle con Sai como si fueran amigos de toda la vida...

-Que problematico- siseó, enfundando las manos en los bolsillos y echando a andar desganadamente por el pasillo de la torre.

Intenciones ocultas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora