Dias Calidos (The Owl House/ Hunter)

12. Memorias

Este cap iba a ser más corto, pero en el anterior les dije que aquí se mostraría lo que le paso a Caleb, y esa parte estaba en el cap 13. Así que lo edite para agregarlo aqui XD

Estaba pensando que podría haber comenzado el fic desde el capítulo 12 y sería un fic mucho más corto jajaja

De todos modos gracias por leer todo lo anterior.

*Advertencia sobre violencia y abuso en menores*

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La vida de Darius cambió drásticamente durante una tarde, hace algunos años, en la que llegó temprano a su apartamento y se encontró a un pequeño ladrón herido en su piso. Era un mocoso arisco y sucio, con un corte fresco en la mejilla de la que goteaba abundante sangre. Era todo un espécimen, pero por un momento distinguió una mirada familiar... En espera de que llegara la policía decidió tratar la herida del niño, era bastante delgado y ojeroso, completamente a la defensiva. Era absurdo que ese mocoso le recordara a su viejo amigo, pero lo hacía... Y cuando el niño desapareció sin dejar rastro ante la llegada de la patrulla, jamás pensó que volvería a encontrarse con él y mucho menos a involucrarse lo suficiente para terminar viviendo juntos. Había sido un largo camino, pero allí estaba junto a Caleb. Quedaba muy poco de ese mocoso harapiento, mal educado y violento; pero su instinto de sobrevivencia y el miedo en sus ojos seguía allí. 

La última vez que había presenciado esa reacción, fue cuando las heridas eran más de las que podía ocultar su pequeño cuerpo y en un estado intoxicado y confundido respondió las preguntas del policía en urgencias, hasta que su mente se despejo y comprendió todas las atrocidades que había vivido.

Esa fue la vez que cambió todo, y se prometió a sí mismo que protegeria a ese niño. Luego continuaron mucho más papeles de lo que habría imaginado, pero finalmente estaba bajo su techo, y estaba yendo bastante bien... O eso pensaba, porque acababa de echarlo a perder.

Al niño que se había jurado proteger se encontraba aterrado en el baño, su enfado era completamente justificado, pero sabía perfectamente cómo no comportarse frente al chico y lo hizo de todos modos... Caleb era mucho más obediente que cualquier otro niño, y aunque seguía siendo bastante cerrado y arisco, conocía el modo de hablarle y llegar bien a él. Pero el miedo y el pánico de que algo le hubiera ocurrido, o que alguien lo lastimara y él tratara de ocultarlo como cuando era menor, esa idea lo sacó de sus casillas, la preocupación lo carcomía perdiendo el control de sus acciones.

Debía enmendar su falta, seguía molesto y preocupado, pero espero a que su mente se enfriara y le dio tiempo suficiente para que a Caleb también.

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Caleb estuvo más tiempo del que habría querido en el baño, había intentado una ducha rápida, pero las emociones y su agotado cuerpo lo dejaron pesado y lento. Tenía un gran moretón a un costado de la pierna, algunos rasguños y una herida en el labio un poco inflamada. Ya no estaba tan mareado como antes, pero la cabeza aún le punzaba. Luego de salir del baño se encerró en su cuarto y se abrigó más para cubrir los rasguños de sus codos. No sabía si debía salir para terminar su charla o esperar, de todos modos ya no sabía qué decir; ni aunque pasará la noche pensando se le ocurriría una buena excusa para dejar tranquilo a su tutor. Y terminó dejando pasar los minutos sentado en una esquina de su cama.

Al poco rato un golpe en su puerta avisó la llegada de Darius, entró despacio con una taza caliente y un sándwich que dejó en el escritorio y se ubicó en la silla frente a él.