CAPÍTULO 6

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-Demasiado rápido.

David estaba sosteniendo en sus manos otras dos Lágrimas de Afrodita. Con estas ya eran cinco las que estaban bajo su poder. Dejó una en la cajita en la que venían y tomó la otra entre su pulgar e índice. Era la de color verde. La luz que se reflejaba o hacía reflexión con el diamante hacía que brillos de verde se vieran por el salón. Era hermosa, eso David lo sabía muy bien. La dejó en la caja con la otra que había llegado y miró el resto de las Lágrimas. Siempre había soñado con tenerlas a mano, poder manejarlas y crear junto con oro y joyas más pequeñas un collar. Aunque, viéndolos mejor, quedarían mejor en una corona pequeña o diadema. Pensó en la idea que Vector le proponía: crear una joya e irse a vivir con él. Estaba seguro de que podría hacer algo hermoso con las Lágrimas de Afrodita.

-Pero no sería justo para el resto de gente- admitió David-. Además... Lo siento, Vector, pero no puedo amarte de nuevo. Ya no.

Cerró los ojos y pensó en una de las cosas que ocupaban su mente la mayor parte del tiempo: Eric. Pensar en él le permitía sonreír con sinceridad y admitir que estaba feliz. Era una cura que le ayudaba y le hacía sentir seguro. Recordó la primera vez que se quedaron abrazados, en ese mismo sofá. Parecía mentira que dentro de poco hiciera un mes desde que se conocieron. Y todavía David no había tenido el valor de decir lo que le sentía. Abrió los ojos y, con decisión, tomó el móvil. Iba a aprovechar para sincerarse con él al mismo tiempo que le contaba la situación. Encontró su número y, tras tomar una bocanada de aire y soltarla, inició la llamada. Poco tardó el humano en tomar la llamada.

-Hey, David, ¿qué tal?

-Pues... adivina- dijo David, suspirando.

-No jodas- comentó incrédulo el humano-. ¿Cuántas?

-Dos, la verde y la azul oscuro.

-¡Papá, ha vuelto a pasar!- Eric ya había puesto el manos libres cuando le llamó la atención a su padre.

-No me lo puedo creer- se podía oír suspirar a Victor al otro lado de la línea-. David, ¿pudiste ver quién llamó?

-Fui a atender rápido, pero me fue imposible ver a nadie- suspiró el lobo.

-¿Necesitas compañía?- preguntó el joven humano.

-¿No te viene mal con los exámenes?- preguntó David, no queriendo pillarle en mal momento.

-El próximo lo tengo en una semana, tengo tiempo- le aseguró Eric.

-Y de todas formas lo está sacando todo con buena nota, así que no creo que le pase nada por no estudiar un día- rio el padre de Eric-. Avisad si necesitáis algo. Iré a informar a Stanford de esto y veremos si podemos ver en que hemos fallado.

-De acuerdo- David sonrió.

Tras colgar la llamada, el lobo se puso a pensar en como recibir al humano. Sabía que a Eric no le importaba como estuviera, así que con pantalón corto de pijama estaba bien. Pensó en que un té con pastas, como la última vez, sería también lo mejor para este caso. Lo que quería era pasar una velada tranquila con alguien a quien apreciaba y con quien, si había suerte, tendría el placer de llamar novio. Estaba algo nervioso, pero David ya tenía la mente más clara. Quería pedirle a Eric que fuera su pareja y él tenía esperanzas de que el humano aceptara. Estaba preparando la bandeja con las pastas cuando llamaron a la puerta. David se sorprendió, porque de verdad había llegado más pronto de lo normal. Tomó aire y fue hasta la puerta. Asintió decidido y tomó las llaves para abrirla. Tras dar el último giro, David se dispuso a recibir a Eric.

-¡Eric, llegaste mu-!

Pero no era Eric. No, era alguien de su pasado que pensó que no volvería a ver en persona. Pensó que acabaría entre rejas sin siquiera verle en persona una vez más. Quería olvidarse de él justo ese día, pero se había presentado delante de su puerta poco después de haber dejado el paquete con las Lágrimas de Afrodita. Vector, el lobo negro y de ojos rojos, estaba detrás de la puerta. Era un poco más alto que David y tenía un poco más de músculo marcado. El labio inferior de David le empezó a temblar, sin poder decir palabra alguna. No tenía miedo, pero se sentía angustiado y molesto.

Aprhodite's TearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora