Las Siete Alas

Capítulo 10: La Cabaña

—2006 —Susurraba, Zack. Mientras tomaba asiento e intentaba procesar toda la información que había aprendido.

—Esa es la razón del por que las cosechas se recuperaron, Zack... Obtuviste tus poderes cuando tenías dos años. —Señaló Mia efusivamente.

—Debemos irnos de Terraden lo antes posible, Zack, toma el resto de los libros, estar en este lugar es muchísimo mas peligroso de lo que pensé. Si dejamos que la Reina Hada te encuentre, no solo estaríamos condenando tu mundo, también el mío. —Indicó Fiorella.

—Hay algo más preocupante, de alguna manera Holdvèr está vivo. Al menos lo estuvo durante siglos según el relato de tu madre. —Dijo Zack preocupado.

—Si tiene el don de la inmortalidad ¿Para que querría buscar tu poder? —Preguntó Mia.

—Lo descubriremos luego. —Dijo Fiorella, mientras era interrumpida por un objeto brillante que emergía de uno de los libros.

—¿Qué es esto? —Preguntó Zack, al tomar el objeto brillante con las manos.

—Parece ser una llave. —Aseguró Mia.

Nuevamente, empezó a aparecer texto mágicamente en las hojas del libro que tenía Zack en su regazo.

"Esta llave te guiará durante tu travesía, dejé una cabaña oculta en Little River para que puedas entrenar la magia arcana, cuando estés listo, se iluminará para indicarte tu próximo destino"

Tomaron sus cosas y regresaron a Little River con el hechizo de teletransportación de Fiorella, La llave se iluminaba mientras más cerca estuvieran de la cabaña, así que caminaban sin rumbo en las afueras del pueblo y parte del bosque, hasta que, por fin, encontraron la cabaña. Parecía estar oculta ante los ojos de los mortales, era el mismo tipo de hechizo que utilizaba Fiorella para ocultarse, por lo tanto, no fue problema para ella revelar su forma real, era una cabaña hecha de madera, era tan pequeña que por un momento dudaron de su utilidad, sin embargo, al entrar, notaron que el espacio dentro de la cabaña era tan grande como el de la casa de Fiorella, la cabaña estaba limpia como una taza de porcelana, había escobas encantadas limpiando el lugar frenéticamente, los platos y utensilios se limpiaban solos, era como si nunca hubiese pasado un segundo de abandono en el lugar.

—Bien Zack, durante los próximos días, entrenaras en este lugar, los libros de mi madre te guiarán, no te preocupes, yo también aprendí por mi cuenta. —Aseguró Fiorella.

—De acuerdo, lo intentaré ¿Pero que harás mientras tanto? —Preguntó Zack.

—Iré al pueblo, necesito estar al tanto de lo que ha ocurrido, no te preocupes, volveré constantemente para supervisarte, Mia cuidará de ti mientras no estoy —Indicó Fiorella

Algunos acontecimientos ocurrieron durante su ausencia. Tanto Mia como Zack fueron declarados desaparecidos por la policía, estos habrían determinado que posiblemente fueron secuestrados al igual que la niña en Holdvèr High, debido a que se trataba de otro estudiante perdido, nuevamente, una llamada anónima fue recibida en el departamento de investigación de la policía, esta vez la información indicaba que el responsable de dichos secuestros habría sido el director Wendell, pues junto a la llamada, se adjuntaron una serie de pruebas que le inculpaban. Dado a estos eventos, el director fue arrestado y el alcalde suspendió las activades en la escuela hasta nuevo aviso, en pro de la seguridad de sus estudiantes.

Era una mañana común en casa de la familia Jackson, Sarah se encontraba en su habitación, revisando sus redes sociales en el teléfono e ignorando el ruido natural que emanaba de las diferentes habitaciones de su hogar. A diferencia de sus amigos Justin y Zack, Carl era mas apasionado por la música, su habitación estaba llena de posters de sus artistas y bandas favoritos, Carl no tenía un gusto especifico por algún género musical, pero sí que tenía especial favoritismo por la guitarra, esto en años anteriores, sacaba de quicio a Sarah, quien siempre prefirió estar en un ambiente silencioso. Sin embargo, logró acostumbrarse a ello, pues su madre Clara y su padre adoptivo Tyrell, tenían de rutina hacer sesiones de karaoke todos los días después del desayuno. Algo poco común interrumpió la rutina de ese día, tras escuchar el sonido del timbre en repetidas ocasiones, la Señora Jackson, se acercó a la puerta para averiguar de quien se trataba.