Estaba ahí el enemigo, rodeado de ventanales y candelabros, una tenue luz rojiza penetraba su piel pálida, postrado en su trono despreocupado, con una mano reposada en su fina cara y la otra sosteniendo una copa. Mirada perdida hacia el fondo del salón, se encontraba aborrecido, pues habían pasado años desde su última diversión, acostumbrado a relegar tareas a sus súbditos, añoraba un poco los tiempos de antaño, donde el mismo, con puño de hierro y voluntad inquebrantable cambiaba el rumbo de todo y todos, era el señor de muchos nombres, el traidor, el temido... El amo y señor de los infiernos. Debía mostrar fortaleza, no había espacio para la duda, su imagen y su palabra era absoluta entre su reino y muchos otros. Era temido, alabado, idolatrado, Deseado, pero no era un tonto, sabía que tenía enemigos, no podía darse el lujo de ser menos que perfecto, pues tal como a un cadáver en descomposición, llegarían los cuervos a devorar todo lo suyo y lo que había construido.
Bebe un sorbo de su copa, un poco del líquido se derrama en su ropa, arquea su ceja y sonríe irónicamente. Se veía así mismo como un ser perfecto y así lo hacía ver hacia el resto, sin embargo, en la privacidad de su trono, podía permitirse estos momentos de imperfección. El siguiente sorbo de la copa es distinto, lo bebe con una mueca de disgusto, le había llegado un vago recuerdo que siempre intentaba ignorar, pero que se hacía presente cada cierto tiempo, la voz de su creador mencionándole que nunca llegaría a ser perfecto. Seguro de sí mismo y arrogante, sabía con certeza que con el tiempo podría llegar a ese nivel de perfección, un ser divino, todopoderoso, omnipresente, amo y señor de toda la creación. Pero eran estos pequeños momentos los que le recordaban que a pesar de haber pasado siglos y milenios, nunca pudo llegar a compararse con aquel ser al que más odiaba.
"Nunca..." Susurró para sí mismo mientras bebía otro sorbo. Un pequeño latido sobresaltó en lo que quedaba de su vil corazón, su piel se erizó y sus ojos amarillentos se abrieron como no lo habían hecho en siglos, soltó la copa y se levantó de su trono mientras miraba fijamente algo en la alfombra a la mitad del salón. Algo externo había entrado a su reino, a su castillo, a su propio salón Real. Podía ver el espacio contorsionarse y como una silueta emergía, podía sentir su presencia, su magia, su poder, era algo diferente y a la vez familiar... No le importaba si era enemigo o aliado, se acercó rápidamente dispuesto a acabar con aquello. ¿Quién habría sido tan insolente de interrumpir al rey en sus aposentos? ¿Qué iluso se atrevería a cometer tal acto de suicidio? Su cara se llenó de incredulidad y asco al descubrir la respuesta. Era un mortal, un simple y miserable mortal, ensuciando con su presencia el palacio del señor oscuro. Pensó en degollarlo, devorar su cuerpo entero y torturar su alma por toda la eternidad por semejante crimen, pero él podía ver más allá, se detuvo justo detrás del mortal, observó cuidadosamente de arriba hacia abajo, era un humano adolescente, estaba en un trance provocado por una proyección astral ¿Pero cómo? ¿Quién es? ¿Quién lo ha traído aquí? Ya no importaba, nadie osa cometer tal acto de soberbia ante él, levantó su mano con furia y la posó encima del hombro del chico para despedazarlo.
Un haz de luz apareció, una magia antigua y poderosa, un peculiar poder que sin ninguna duda había visto antes alguna vez y tan solo una vez. Se reía a carcajadas mientras miraba su mano ensangrentada y al chico desapareciendo por el mismo vórtice de donde salió. No se lo podía creer, pero ahí estaba, algo que había asumido que nunca volvería. "Nunca..." volvía a susurrar para sí mismo, pero esta vez sonriente, con la mirada llena de avaricia y su voluntad más viva que nunca, pues luego de eones, Lucifer había descubierto por fin... al portador de las siete alas.
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Las Siete Alas
FantasyUn chico llamado Zack se ve sumergido en los secretos y susurros de un mundo oculto, estos lo llevan por una aventura fantástica y misteriosa, para descubrir el origen de los sucesos misteriosos que ocurren en su pueblo y descubrir quien es él realm...