Chapitre Dix.

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Nathalie había pedido el día en su trabajo, Gabriel se lo concedió únicamente porque ella se acercó hasta la mansión para pedirlo y el pudo constatar que se encontraba bien y no era una excusa para tapar algún golpe de parte de Dexter.

Libre de su trabajo la mujer se interno en una clínica diciendo que se había descompensado, era la manera más rápida de que le hicieran análisis y le entregaran los resultados cuánto antes.

A media tarde Adrien estaba haciendo un proyecto en casa y se lastimó, su brazo tenía una gran cortada que iba desde la muñeca hasta el codo, y estaba sangrando.

─No puedo creer que te hayas lastimado justo el día que Nathalie no esta─ se quejaba Gabriel mientras con cuidado trataba de tapar la herida con una de sus telas ─Hijo, esto tú no lo sabes pero le tengo miedo a la sangre, no puedo verla porque mi presión arterial baja y me descompensó

─¿Que vamos a hacer padre?─ dijo este muy asustado

─Con este vendaje improvisado no veré tu sangre, solo tenemos que llegar al auto y Gorilla nos ayuda, ven.

Con toda su fuerza Gabriel carga a Adrien y baja rápidamente, se dirige al garage y apenas Gorilla lo ve se hace cargó.

─Gracias─ suspiro Gabriel sin ver a su hijo, la venda empezaba a gotear ─Tu asistelo, yo conduzco

─¿Está seguro señor?─ replicó el guardaespaldas, el sabía de la condición de su jefe y sabía perfectamente que no estaba apto para conducir

─Si, así no veré la sangre estaré concentrado en la acera, en cambio si sigo ahí con el la veré y tendrás que tratar con dos enfermos.

El diseñador se subió al auto, Gorilla se sentó junto a Adrien mientras con sus enormes manos presionaba la herida, estando listos el platinado arranco y rápidamente salió de la mansión.

En pocos minutos los tres estaban en el hospital, un doctor al ver al hombre pidió una camilla e hizo que depositaran al chico ahí, inmediatamente los dos desaparecieron y Adrien comenzó  ser atendido.

Gabriel era un manojo de nervios, estaba preocupado, jamás había visto a su hijo así, y si algo como eso hubiera pasado, Nathalie se hubiera hecho cargo, el solo debía esperar sus actualizaciones y seguir con su vida, en cambio, ahora estaba en primera fila, siendo el protagonista de una situación  que no estaba seguro si podría controlar.

Gorilla veía con pena a su jefe que iba de un lado a otro en la sala de espera, no podía estar quieto, la preocupación lo tenía intranquilo, en eso, el ojigris choco con alguien, ambos terminaron en el suelo, cuando esté elevó la vista no lo pudo creer, a tan solo unos centímetros, estaba Nathalie sobando sus manos, quien por culpa del choque y el apuro que tenía, no se había dado cuenta que con quién se topo era nada más ni nada amenos que su jefe.

─¿Que haces aquí?─ pregunto y se acercó a ayudarla

─¿Usted que hace aquí?─ replicó ella tomando su mano

─Adrien se accidentó preparando su pequeño proyecto de ciencias. . .todo está bajo control, creo.

─No puede ser, ¿por qué hoy?.

─¿Destino?. . .¿tu que haces aquí. . .todo bien con?─ no pronunció su nombre

─Todo excelente─ sonríe falsamente ─Me gustaría quedarme pero llevo prisa, podría darle un beso a Adrien de mi parte

─Claro, ve tranquila.

Ella se fue a la velocidad del rayo, el se quedó mirandola, no entendía su actitud, ¿que podía ser más importante que Adrien?, en otra circunstancia ella jamás habría dejado esa sala, mientras pensaba en todo eso, el diseñador se dió cuenta que justo en el lugar donde había caído su asistente, había un sobre, rápidamente lo levanto y curioso como solo el puede ser, leyó el remitente.

Su sangre se helo al instante, el sobre tenía membretado el nombre de Nathalie, y mas abajo decía que era un laboratorio con prueba de embarazo; sus manos empezaron a temblar, si ella llegaba a estar embarazada, jamás iba a poder escaparse de la bestia que la tiene prisionera, tendría que vivir el resto de su vida encadenada y eso no era lo peor, además de su vida debería proteger la de alguien más, porque un golpeador no se remite únicamente a una persona, golpea todo lo que ve, porque es su naturaleza, jamás se curan y todo empeora.

Después de unas largas horas Adrien fue liberado, ahora tenía una enorme cicatriz y diez puntos que adornaban su brazo, según el doctor cuando se los quiten y la herida este sana no debería haber marca de eso, pero por si acaso les explico que no debían preocuparse al haber sido algo superficial, podrían arreglar la marca con una simple crema.

El diseñador agradeció y los tres volvieron a la mansión, Gabriel rápidamente se encerró en su atelier y miro el sobre, no podía abrirlo por más que se muriera de ganas, no le correspondía, podía estar teniendo sentimientos por Nathalie, pero husmear en sus cosas sobrepasaría una línea que el debía mantener hasta que ella pudiera ser completamente libre.

Después de meditarlo por bastante tiempo, el hombre tomo su celular y llamo a su asiente, le explicó rápidamente que encontró en el suelo un sobre que le pertenecía, ella agradeció, le contó que lo estaba buscando y el le dijo que podía irlo a buscar inmediatamente, Nathalie acepto, ahora Gabriel la esperaba, necesitaba estar presente cuando ella lea el veredicto, tenía que asegurarse del contenido de ese laboratorio.

Todo el tiempo que Nathalie tardo en llegar, el se la paso rogando que el contenido de ese bendito sobre diga negativo, cuando ella llegó su corazón se pasmo, jamás en su vida había estado tan nervioso, ni siquiera con el reciente accidente que tuvo su hijo.

Finalmente, ambos se encontraron, el le dió la carta, ella la tomo y se preparó para irse, pero Gabriel la detuvo, ahora ambos se miraban, ella notoriamente enojada y el, suplicándole con la mirada que lo perdone, cuando le explicó sus intenciones, ella bajo la guardia, seso su huida y se dispuso a abrir el sobre frente a Gabriel.

Miraculous: EngañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora