Miraculous: Engaño

Chapitre Vingt-Deux

Habían pasado unos meses, Gabriel había sido dado de alta, debía usar bastón para ayudarse a caminar pero por suerte estaba fuera de peligro.

Gracias al apoyo de Nathalie pudo salir del pozo depresivo en el que se metió después de pasar casi una semana encerrado con Vanessa, su herida física se recuperaba pero a las emocionales le costaba el doble para sanar.

Poco a poco la relación de compañerismo y apoyo que tenía con Nathalie se transformó en algo más, ambos eran libres de sus cadenas y por fin podían llevar sus emociones a otro plano.

Cuando se cumplió el primer año luego de los terribles acontecimientos, Gabriel tuvo el valor para pedirle a Nathalie que se convierta en su novia, ella al principio lo dudo, pero después se convenció de que no todos los hombres son como Dexter, además de que Gabriel en el pasado le había demostrado que era alguien diferente, que estaba dispuesto a hacerla feliz y principalmente protegerla.

Ahora ambos eran la flamante pareja del momento, todas las cámaras estaban sobre ellos, cada tanto debían dar alguna entrevista y no podía faltar la pregunta maliciosa que siempre hacían los periodistas acerca del secuestro y del ex esposo de Nathalie, del cual aún seguía casada.

A los ocho meses de noviazgo, Gabriel decidió llamar a sus abogados para que busquen un recurso legal validero por el cual Nathalie se pudiera divorciar de Dexter, esto tomo varios meses, llegando al año, un joven abogado recién graduado que pertenecía al estudio que trabajaba para Gabriel, encontró la excusa perfecta.

Nathalie puso un aviso en todos los canales disponibles, en donde le pedía a Dexter que regresará con ella para recomponer la relación, cómo se sabía que al estar siendo buscado el hombre jamás haría eso, se estableció un plazo de tres meses, si Dexter no aparecía la corte le otorgaria el divorcio de forma inmediata a la Sancoeur.

Y así fue como sucedió, Dexter no dio señales de vida y Nathalie se divorció sin ningún problema, gracias a eso, para festejar, Gabriel le entrego un enorme anillo con un rubí en el centro y le propuso unirse en matrimonio.

La boda fue sencilla, con amigos íntimos de parte de cada novio, fue hecha a las afueras de la ciudad en una casa campo perteneciente a la familia Agreste.

El evento fue hermoso, la ceremonia de votos hizo llorar a más de uno, se notaba a leguas que ambos se amaban incondicionalmente, eran perfectos el uno al otro.

La ceremonia termino con un beso apasionado de los recién casados, y el evento del ramo dirigido por Nathalie, cuando la pelinegra lo lanzó al aire la afortunada en atraparlo fue Marinette, la familia Agreste río ante eso, aún era pronto, pero no imposible.

Después de eso Gabriel y Nathalie huyeron a su luna de miel, la cual la pasaron en un pequeña isla privada en el caribe, donde los esposos estarían tranquilos, libres de la prensa y con la serenidad de poder amarse sin problemas.

─Te amo Nathalie─ musitó Gabriel mientras veía el rostro de su amada, el estaba tumbado en la arena con ella sobre su cuerpo mientras lo miraba y sonreía

─Te amo mas Gabriel, gracias por salvarme─ lo besa

─Tu me salvaste a mi─ dijo entre medio y continuo besándola

Los dos siguieron besándose apasionadamente, hasta que la falta de aire los obligó a separarse por unos minutos, en eso ella se levanta y camina unos metros hacia la orilla mojando sus pies, el se levanta y se para detrás de ella, abrazándola y depositando un rápido beso en su cuello.

─Creo que es hora de que la flamante señora Agreste tenga su noche de bodas─ susurro el en su oído, terminado la acción con un leve mordisco en su lóbulo, ella sonrió y se separó de el

─Señor Agreste, estoy a sus ordenes─ dijo en forma picara encendiendo el instinto de Gabriel

El platinado rápidamente la tomo en brazos y huyó hasta la lujosa casa de playa que tenían a unos metros, en donde ambos pudieron consumar su amor.

Para cuando volvieron a Francia después de su larga luna de miel; nadie se esperaba que estos estuvieran en calidad de dar un enorme anunció. La familia se agrandaba, sellando así el final feliz que todos esperaban.

Fin.