2.|| Chrissy Cunningham ||

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|| Septiembre, 1985 ||




En la hora del almuerzo, Eddie me acompañó hasta la salida de mi clase anterior a la hora del descanso y estuvimos hablando un rato de nuestras tonterías.

Estuve un rato buscando a Chrissy y por un momento pensé que no iba a encontrarla, hasta que pude divisarla a lo lejos, desapareciendo por una esquina del patio; la seguí con brío y una vez hube rodeado la misma esquina que ella, la vi sentada en uno de los escalones de una escalera que daba a la salida de emergencias, detrás del instituto; parecía desanimada, nerviosa y hasta en cierto modo preocupada.

Me acerqué a ella y me senté en el mismo escalón a una distancia prudente, hasta que ella notó mi presencia y todo rastro de inquietud fue sustituido por una sonrisa radiante.

—¡Hola!—Me saludó felizmente.

—Hola.—La saludé con una sonrisa sincera—Hum... ¿Por qué nos escondemos?—Cuestioné mirando a mi alrededor, el cual estaba desierto; ni rastro de profesores ni de alumnos; Chrissy ladeó la cabeza algo confundida, aun que manteniendo su sonrisa.

—¿Escondernos? No nos estamos escondiendo—negó y cuando quise añadir algo al respecto, Chrissy me interrumpió con un pequeño interrogatorio:— Bueno, ¡Cuéntame!¿Cómo has estado? Hace mucho tiempo que no intercambiamos ni una palabra.—Su pequeño interrogatorio me vino un poco por sorpresa, pero igualmente la contesté:

—Pues, ¡Bien! Supongo; teniendo en cuenta que todo el instituto me odia sin razón alguna.—Chrissy pareció que por fin dejó de fingir entusiasmo y ladeó la cabeza, confundida.

—¿Por qué te odian? Si eres muy maja.—La miré a los ojos durante unos instantes; luego bajé la cabeza para que no me viera sonreír tímidamente.

—Bueno, desde que todos se enteraron de que mis padres... pues eso, mediante una persona en concreto, no he podido vivir una vida normal aquí.—Me encogí de hombros, restándole importancia.

—¿Qué les pasa a tus padres? Si es que puedo saberlo—Cuestionó, pero en seguida cambié de tema:

—¿Y tú?¿Cómo es que ahora eres la más popular del instituto?—Si ella no sabía lo de mis padres, no me arriesgaría a contárselo a ella, la que ahora era la más popular del instituto, no quería experimentar más rechazos sociales, si es que acaso eso podía ser posible.

—No lo sé; desde que me uní al equipo de animadoras de Hawkins y desde que salgo con Jason Carver, mi popularidad ha ido aumentando cada día más.—Pero toda esperanza fue sustituida por decepción cuando me hizo saber que estaba saliendo con alguien. Alguien normal.

Y no alguien como yo.

—Vaya, eso es genial, ¿No?—Pero su cara decía todo lo contrario.

—Sí... genial.—Después se quedó en completo silencio, dándome a entender que no quería hablar de ella; ni de su popularidad; ni de Jason; ni de lo que había sido de ella.

Me acerqué un poco más a ella y la di un golpecito de mi rodilla contra la suya para que me prestase atención, pero no me volvió a mirar. No volvió a sonreír.

—Oye, Chrissy...—La llamé con cautela y sus ojos grandes se dirigieron hacia a mí—Sé que no somos amigas; no sé lo que te pasa; pero quiero que sepas que, si hay algo que te está perturbando, puedes contar conmigo; a lo mejor no soy un rubio de ojos azules como Jason—Ante esa comparación, la leve sonrisa sincera de Chrissy me hizo sonreír a mí también antes de terminar—, pero a lo mejor soy capaz de escucharte y, quien sabe, entenderte.—Chrissy se quedó callada, mirándome con vacilación antes de bajar la mirada hasta el pavimento y empezar a hablar.

—Me siento... presionada y estresada todo el tiempo—hablaba con vacilación, como si no estuviese acostumbrada a que alguien la escuchase hablar de lo que realmente la pasaba—; soy la más popular pero, ¿A qué precio?—Jugaba con sus manos todo el tiempo y había empezado a mover su pierna hacia arriba y hacia abajo, dando paso al inicio de un nerviosismo— Es como si, desde que soy popular, no he podido ser yo y eso me estresa porque no quiero decepcionar a nadie. Incluida mi madre.—Confesó.

—¿Por qué tu madre estaría decepcionada de ti, Chrissy?—Ladeé la cabeza para mirarla a los ojos, pero aún así ella no me miró a mí, tenía la mirada fija en el pavimento. 

Y sin previo aviso, sus ojos se cristalizaron y poco a poco se empezaron a llenar de lágrimas. Y me sentí fatal en ese instante.

—Mierda, lo siento; no quería presionarte, yo...—Pero antes de que pudiese acabar, Chrissy me dedicó una sonrisa forzada para intentar tranquilizarme, aún con sus ojos llenos de lágrimas, y me dijo:

—Tengo que irme; ya va a tocar la sirena.—Y sin poder decirla nada más, Chrissy se levantó algo tambaleante y se fue a paso rápido, dejándome sola, sentada en esa escalera solitaria antes de que la sirena tocase, tal y como ella había predicho momentos antes.

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|| 𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐄𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐢𝐝𝐨 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora