|| 10. confusión ||

115 18 1
                                    



Chrissy

Estaba demasiado confundida.

Necesitaba organizar mis ideas. Había besado a Grace y lo peor era que me había gustado, ¡Debo de estar loca!

Estaba terminando de perder la cabeza cuando me encontré caminando hacia el tráiler del raro de Eddie; aunque no sé por qué le llaman bicho raro como si fuera un insulto, a mí me cae bien.

Aporreé la puerta y esperé fuera abrazándome a mí misma por el frío hasta que por fin el metalero decidió abrirme.

Su expresión cambió de una cansada y resacosa a una confundida y algo incómoda.

—¡Oh!¡Chrissy! ¿A qué se debe esta visita tan inesperada?—Me saludó n tanto tensó, pero yo pasé por un lado de la puerta y me quedé en el centro de la habitación.

—Necesito hablar contigo. Urgentemente.—La expresión de Eddie se arrugó aún más, denotando verdadera confusión.

—¿Vale?¿Sobre qué, exactamente?—Me froté aún más los brazos a pesar de que en esa vivienda ya no hacía frío y me removí en el sitio mirando a todos lados, como si alguien más estuviera ahí al acecho, a punto de juzgarme si decía algo mínima y moralmente tan incorrecto como lo que estaba a punto de decir.

—¿Cómo..?¿Cómo supiste que eras..? Es decir, ¿Que te gustaban los...?—Como si pudiera leerme la mente, respondió sin ningún tipo de filtro ni rodeo.

—¡Ah!¡Eso es muy fácil de saber!

—Ah,... ¿sí?— Respondí aún más confundida.

—Simplemente lo sabes; primero tienes miedo, estás aterrado porque no sabes qué son esos sentimientos que sientes hacia alguien quien no debería de gustarte, pero... después lo aceptas y es simplemente... precioso.— Concluyó Eddie, pero me miró extrañado— ¿Por qué me lo preguntas?

Me puse aún más nerviosa, pero pensé que él no podía decirme nada malo, así que...

—Ayer... besé a Grace. Y me gustó.— La cara de Eddie era un cuadro.

—¿Tú... Ella..?¿Te gusta Grace?— Dijo y hasta pude notar un tono de ilusión en su pregunta.

—Creo... Creo que sí. Por eso he acudido a ti. No sé qué hacer...— Eddie se acercó con verdadera delicadeza, como si pudiera ver reflejado en mí a ese chico aterrado por ser quien era. Me tocó los hombros para después de unos momentos de vacilación, acercarme y estamparme contra su pecho en un abrazo de oso.

—Quiero que me escuches atentamente, Chrissy: si todo esto es verdad, quiero que sepas y que tengas muy en mente que lo que has descubierto sobre ti misma no está mal; ojalá me lo pudieran haber dicho a mí en su día, por eso quiero decírtelo a ti y prevenir la mayoría de las complicaciones que vas a sufrir— mientras se le rompía la voz, continuó—: no estás enferma, no tienes nada, lo que tú sientes hacia Grace es totalmente real, válido y bueno. Nada está mal contigo. Y a ella le...— Pero en ese momento sonó la puerta del tráiler, dando paso a una Grace un tanto despeinada, con leves gotas de sudor y su pecho subiendo y bajando. Había corrido directamente a casa de Eddie después de no haber podido encontrarme en casa.

Grace nos miró con confusión e ira; sabía lo que estaba pensando al vernos abrazados. Eddie me soltó como si quemara y casi me caigo al suelo.

—¿No me dijiste que te gustaba quien tú ya sabes, Eddie?¿Qué cojones hacías?

—Grace, te juro por Black Sabbath que no era lo que te estás pensando.—Dijo suplicante el pelilargo.

—¿Entonces por qué, cuando me levanto por la mañana y voy a casa de mi mejor amigo, me le encuentro abrazado y muy pegado a la chica que... a Chrissy?— Eddie y Grace habían empezado a discutir, yo no quería que discutieran. 

Me puse en medio, mirando a Grace.

—¡Es verdad, Grace!¡Solo tenía que preguntarle una cosa muy importante!—Grace me miró; su ira flaqueó, pero seguía enfadada. No sé cuándo, pero escuché un reloj, y sentí cómo poco a poco, las voces de Grace y Eddie se ahogaban y ellos desaparecían.


Desperté en la casa de Eddie, pero no había nadie allí; busqué por todos lados, pero nadie estaba allí.

—¡Grace!¡Eddie!¡Por favor, no os enfadéis!— Decía en cada habitación, pero ellos ya no estaban.

De pronto me encontraba en mi casa, pasaron muchas cosas; mi madre con los ojos podridos mientras cosía mi uniforme de animadora; mi padre en el sofá lleno de sangre; comida por todas partes; hasta que corrí hacia la puerta, la cual estaba bloqueada. Y ahí fue cuando lo vi.


Grace


—¿Chrissy?— Eddie la zarandeaba y trataba de llamarla, pero nada; tenía los ojos dados la vuelta y no era capaz de moverse.

—¡Chrissy!¿Qué pasa?¡Despierta, Chrissy!¿Me oyes?


Narrador

Chrissy gritaba el nombre de Grace; Grace por otro lado hacía lo mismo. Vecna se aproximaba cada vez más hacia la animadora hasta que le puso una mano en frente de la cara de Chrissy, quien sollozaba sin control.

—¡Chrissy por favor!— Pero en ese momento Chrissy empezó a levitar; las luces parpadeaban, todo temblaba. Y Chrissy se iba cada vez más.

Eddie recordó algo. Algo vago que le dijo Steve. Algo sobre recordar momentos felices.

—¡Chrissy!— La gritó el metalero—¡No te vayas!¡Piensa en recuerdos felices que tengas!— Chrissy simplemente gritaba desde ese otro mundo, su pierna se partió en el aire. Grace sollozaba, ahogándose en sus ropias lágrimas.

Eddie observó la lámpara que parpadeaba. Ahí lo recordó; corrió hacia la lámpara y empezó a gritarle al foco de luz.

—¡Chrissy!¡Si me oyes, piensa en recuerdos felices que tengas!— Mientras que sus huesos se fracturaban, Chrissy empezó a ver la vida pasar ante sus ojos; no tenía casi recuerdos felices, pero en esos momentos solo se centró en las cosas bonitas que le pasó a lo largo de su vida.

Y recordó el beso con Grace. Y pensó en lo que daría ahora por estar con ella, y poderla besar otra vez.

Cuando se quiso dar cuenta, ya estaba desmayándose en el suelo.

|| 𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐄𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐢𝐝𝐨 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora