9.|| Tú y yo... ||

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Me desperté en el tráiler de Eddie. Los recuerdos me atormentaban, ¿Cómo había podido ser tan ilusa?¿Tan estúpida? Claro que Chrissy no podía sentir atracción hacia a mí de ninguna manera, eso es todo.

Pero... ¿Por qué dolía tanto? Cuando Eddie me rechazó no fue para tanto. Claro me dolió, pero esta vez era diferente; me ardían los ojos y el pecho, mi corazón iba a estallar, estaba destrozado.

Me aproximé hasta la nevera y saqué la leche para beber un poco antes de irme con la bicicleta a dar un paseo y despejarme un poco con Ed, tenía que hacer algo que me mantuviera ocupada para no pensar más en lo ocurrido con la rubia cobriza.


—¿Estás lista?— Me preguntó Ed; no tenía ganas de hacer nada, pero no podía pasarme todo el día lamentándome de mi patética actuación, así que asentí.

—Sí— murmuré y ambos nos montamos en nuestras bicicletas para dar un largo paseo sin pensamientos intrusivos, solo él y yo divirtiéndonos en una fresca mañana otoñal.

Estuvimos haciendo carreras sin parar, al final terminamos agotados en el río más próximo, tirados en la orilla del mismo.

Eddie metió ambas piernas en el río a pesar de que estuviera congelado y sin dudarlo un segundo me tiró del brazo para que me sumergiera en el agua; yo intentaba resistirme entre gritos y manotazos, pero él era más fuerte que yo y consiguió tirarme al agua por completo con un solo esfuerzo. Le maldije unas treinta veces en total mientras él solo se reía y me salpicaba con el agua a pesar de tener ambos los labios morados por el frío. Me sorprendía que no cogiéramos una hipotermia al instante.

En ese momento, Ed vio algo que hizo que su rostro se ensombreciera y, con un tirón rápido, me instó a sumergir todo mi cuerpo en el agua. No tenía ni idea de lo que estaba pudiendo pasar a mis espaldas.

—¿Qué pasa?— Quise saber, así que seguí su mirada asesina. No podía ser.

Chrissy estaba vestida con la misma ropa de ayer, pero estaba despeinada, su coletero le llegaba hasta un poco más de las puntas así que no recogía casi nada de pelo. Estaba más pálida de lo habitual y se abrazaba a sí misma con cierta confusión y pena en su rostro. Ella me había hecho daño, pero no podía evitar preocuparme por su aspecto así que me reincorporé para que ella pudiera verme aunque estaba tan distraída que apenas y podía apartar los ojos del suelo.

El agua me estaba congelando los riñones y el aire mañanero me calaba las costillas, pero seguía ahí de pie.

En ese momento Chrissy me miró, su casa no estaba muy lejos de ese lago, ¿Acudiría ahí muy a menudo?¿Y por qué justo en ese momento? Salí del río y me aproximé hacia ella. Sus ojos brillaron.

—¡Hola!— La saludé un poco demasiado animada, pero ella asintió con un aire consternado.

—Hola Grace... ¿Podemos hablar?— ¿Vale? Eso me había descolocado un poco, pero de todas formas accedí y nos sentamos en la orilla -no sin antes hacerle un gesto a Eddie para que se saliera del agua por su salud física pero se mantuviera alejado hasta nuevo aviso-.—Lo que hice ayer estuvo mal... no debería haberte tratado así. Lo siento.

—No te preocupes está bien.—La respondí, ¿Por qué hacía tanto frío? Estaba helada.

—No Grace, no está bien y tú lo sabes, debería haberlo pensado todo mejor, ahora...

—Chris— La interrumpí tocándola las manos, pero ella las apartó corriendo. Mi corazón se iba a agrietar otra vez cuando aclaró con una exclamación:

—¡Dios mío, estás helada!— No sabía si suspirar aliviada o calmarla. En ese momento Eddie salió del río.

—Sí, creo que Grace está a punto de coger un resfriado. Mejor nos vamos. Ha sido un placer verte, Chris.— Saludó Ed mientras se ponía la chaqueta y posaba sus manos en el manillar de la bicicleta.

—¿Cómo es que tú no estás helado?¡Hasta tienes los labios morados!— Exclamé.

—La testosterona, supongo.— Dijo guiñándome un ojo mientras que Chrissy se ponía roja. ¿Acaso le gustaba Eddie?

—Mirad, me da igual. Grace, vas a enfermar, vamos a tu casa.

—¿Vamos?— Repetí un poco perdida. Chrissy enarcó una ceja mientras se subía a la parte de atrás de mi bicicleta.

—No pensarás que te deje aquí a punto del colapso, ¿Verdad?— Tardé unos segundos en volver en mí cuando Eddie me empujó con el codo.

—Te veo mañana, veo que ya tienes diversión.— Chrissy y yo nos pusimos rojas y me di cuenta de que no era posible que le gustase Eddie. Entonces...

Me subí a la bicicleta y me fui a casa. Mis padres tenían una reunión importante y planeaba quedarme en el tráiler de Eddie hasta que volvieran ya que no me gusta quedarme sola en casas, pero creo que eso ya no será necesario.


Cuando llegamos, Chrissy me hizo cambiarme de ropa, secarme el pelo y tumbarme en mi cama. Acción que me hubiera provocado muuuuchas sensaciones distintas si no hubiera estado con un dolor agudo en los riñones y en la garganta y cabeza.

Chrissy me trajo un té caliente y me arropó con bastantes mantas, pero no demasiadas como para que mi fiebre no empeorase. Cuando terminó, se sentó a mi lado y me tocó la frente con su mano. Bastante cerca como para crearme mariposas en el estómago.

—Todavía estás caliente, pero no tanto como para preocuparse.— Murmuró y se removió en el sitio.

—Sobre lo de antes...— empecé—, ¿De verdad lo sientes?

—Mucho— me respondió un poco bastante rápido, lo que hizo que sus mejillas se encendieran.— Solo es que... No quería decirte todo lo que te dije. Creo que no me gusta Jason.— Lo soltó tan de repente que casi escupo el té entero.

— Pensaba que os queríais mucho.— Respondí con la poca voz que tenía y ella se apresuró a inclinarse más poniéndome su dedo índice sobre los labios.

—No hables.— Me susurró. Olía a fresas y a hierbabuena— siento todo lo de ayer. Por eso hoy os vi desde la ventana de mi casa y decidí bajar con vosotros al río. Quería hablarte y decirte que me arrepiento de las cosas que te dije.— Me incorporé como pude sobre la cama y así poder estar cara a cara con ella.

—¿Te arrepientes?— Cuestioné, ella asintió— Entonces... ¿Me permites hacer algo? Prometo que si está fuera de tu zona de confort, simplemente me retiraré, y podrás irte a casa a descansar, sin ninguna confusión.— Chrissy dudó unos momentos, su respiración entrecortada hacía que mis mechones de pelo se balanceasen, hasta que por fin cerró los ojos.

Me acerqué un poco más a ella, era guapísima y desde ese ángulo y esa cercanía podía ver algunas pecas y contar cada una de sus largas pestañas. Acuné su mejilla en mi mano y por fin mis labios rozaron los suyos; fue un beso apenas juntando los labios, un leve roce. Ella no se retiró, lo que me dio a entender que no había notado la gran cosa. Junté mis labios con los suyos una vez más, y esta vez mi boca envolvió la suya. Un beso profundo y suave.

Ella posó sus manos en mis piernas por encima de las mantas y apretó levemente.

Cuando nos separamos, ella estaba completamente roja, pero para mi sorpresa, sonrió.

—Tampoco a estado tan mal— comentó, y a continuación se inclinó y me besó de nuevo, haciendo que mi espalda chocara contra el colchón.

Lo último que recuerdo es que después de una conversación larga, ella se fue de mi habitación, dejando su olor impregnado en mi ropa y en mi cama, y a una Grace tratando de asimilarlo todo.


N/A: Ahora sí que empieza lo bueno :D!! Comentad mucho y votad estrellitas si queréis más capítulos!!

|| 𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐄𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐢𝐝𝐨 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora