Capítulo 14

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Habían pasado media hora desde de la partida de la criatura marina. Dante lo vio nadar hacia el bote, emocionado ya que comenzaba a tener hambre.

—Ya está aquí —le dijo a Bianca, llamando a su madre. Ella estaba ayudando a Dominic con la radio pero acudió con su hijo rápidamente—, ¿qué crees que trajo? ¿Algas o algo parecido? —supuso. Pero en ese momento un pescado fue lanzado y golpeó su cara.

Ackley sonrió de lado pues era su venganza por haberlo despertado. Dante, por su parte, gritó del susto y arrojó el pescado Llo en la proa.

—Es pescado pero no había visto uno igual antes... tan dorado —señaló Bianca mientras trataba de tranquilizar a su hijo.

—¡¿Por qué come peces?! ¡Él es un pez! —exclamó Dante mientras limpiaba su rostro, se horrorizó al ver cómo un poco de sangre había manchado sus manos.

—Mejor no mires —Bianca sostuvo la cabeza de su hijo para hacerlo mirar a un lado, ya que la criatura marina tomó uno de esos peces dorados y comenzó a destriparlo frente a ellos. Lo vio usar sus afiladas uñas para abrir los peces y quitar sus entrañas, manchándose al mismo tiempo de sangre.

—¡Amm, amm! —les dijo Ackley luego de enjuagar ese pez y darle un gran mordisco.

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Minutos antes, mientras Ackley buscaba peces para la familia, se le ocurrió ir por los peces dorados Llo, pero el cardumen más cercano era el que se encontraba en la zona dónde vivía Arán.

No le pediré peces a ese idiota, no me importa si tengo que nadar kilómetros, se dijo a sí mismo. Sin embargo se detuvo un momento, ¿y si tardo demasiado? Ella se oía muy hambrienta. Ese cuestionamiento lo hizo dudar, no quería toparse con Arán, mucho menos luego de lo que pasó con la hembra humana que su hermano cuidaba.

En ese momento escuchó un silbido lejano, entonces todo su ser se paralizó. No sabía qué hacer y el miedo no lo dejaba pensar claramente, esconderse no era una opción porque se encontraba en mar abierto. El tiempo se le agotó y vio a su hermana nadar rápidamente hacia él.

¡Carajo!, maldijo al ver a Tez nadar velozmente. Quería explicarle pero no le dio tiempo y ella lo embistió con fuerza. Tez se veía furiosa y dedujo que ya estaba enterada de lo que había pasado, antes de que lo cortara con sus uñas él la tomó de las muñecas. Deteniendo esas mortales manos a sólo unos centímetros de su rostro. No teniendo otra opción, golpeó a Tez con su cabeza para sacarle de aquel estado de ira.

Debido al golpe no tan fuerte de su frente, Tez se alejó y frotó la zona, su ceño fruncido hacia Ackley.

—Espera, tranquila —rápidamente movió sus brazos y manos para explicarse—. Si, lo que pasó con la hembra de Arán es verdad.

—¡Desgraciado! ¿Cómo se te ocurre hacer algo así? —le regañó—, y después de eso te atreves a golpear a tu hermana.

—No había encontrado ninguna hembra humana... yo sólo quería cumplir con la reproducción, con nuestro deber —le explicó detenidamente—, me equivoqué y lo siento. No volverá a pasar lo mismo otra vez —aseguró. Ya que lo que ocultaba toda esa ira y frustración, en realidad era vergüenza y tristeza. El golpe de su rostro era una prueba de su error y Tez lo regresó a la realidad al tocarlo.

—No debes disculparte conmigo, sino con Arán y sobre todo con su humana —le aclaró ella para luego cruzarse de brazos y darle la espalda. Ackley nadó para colocarse frente a ella, así podrían seguir charlando.

—Lo sé y necesito un favor, ¿puedes darme unos peces dorados Llo? Cuido de una familia y están hambrientos.

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Fantasma Azul Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora