XV

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— ¡Jihyonieee!

Tzuyu apretó fuerte a Jihyo en su abrazo, lo soltó para estrujar sus mejillas, recibiendo una mirada de molestia por parte del más enano.

— Sigues igual de adorable de cuando nos conocimos— dijo, con una risa.

Las voz de Tzuyu había cambiado drásticamente  el año que llevaban conociéndose, también había crecido bastante, no solo en estatura, sus hombros habían hecho más amplios y ya no tenía cara de niña.

Aunque seguía siendo la misma chica infantil de siempre.

— ¿Por qué no me sorprende? — dijo, viendo a la cabellera naranja de Sana detrás de Jihyo—. Lindo look para una chica aún más linda— halagó, dedicándole un guiño, ganándose un ceño fruncido por parte de la muda y una mueca de asco por parte de la nueva peli-naranja.

— Me disgustas— dijo Sana, pasando a su lado, entrando a su casa.

— Me amas— replicó Tzuyu, cerrando la puerta.

— No— Sana repitió la misma cara de asco.

— Es cierto, no tengo oportunidad— Tzuyu hizo una mueca triste—. Tú sólo amas a Jihyo.

Sana no respondió, noto la mirada de Jihyo sobre ella, y como Tzuyu comenzó a sonreír cada vez más ante el silencio.

— Las clases de teatro te hicieron más rara de lo que ya eres— comentó Sana, sólo para decir algo.

— Que brutal cambio de tema.

Las recién llegadas se voltearon para ver a Chaeyoung, que venía tirando de sus ruedas desde la cocina.

Las cuatro se habían hecho muy unidas desde aquel primer día, hacia casi un año de amistad, solían juntarse cada fin de semana y durante las vacaciones.

Cada uno había ido a una rama distinta del arte, aunque compartían algunas cosas.

Jihyo se había concentrado más que nada en la danza, contemporánea, específicamente, y tomaba clases de dibujo, aunque sólo para compartir con Chaeyoung, algo que tenía a la rubia fascinada.

Tzuyu tomaba clases de saxofón, y había comenzado teatro.

Por su lado, Sana se había concentrado en tocar el piano y un taller de composición que había abierto hacía poco.

Las cuatro iban a clases de práctica coral, aunque Jihyo sólo iba para escucharlas, tanto Chaeyoung como Tzuyu eran muy buenas cantando, Sana no tanto y eso le daba cierta gracia, pero su mejor amiga tenía el gusto en el rap, aunque no iba a mucho con la clase.

Podía decir que tenía más amigas, incluso se llevaba muy bien con la directora, aunque no se juntaban mucho para mantener cierto formalismo escolar, aunque Mina era tan madura como ellas la mayoría del tiempo.

Nadie se había metido con Jihyo desde que habían entrado, todo el mundo la trataba tan bien.

Sana estaba feliz por ella, había encontrado un punto cálido en el mundo que no trataría de apagar a la chica, al contrario, Jihyo brillaba todos los días en ese lugar.

Aunque por un lado sentía que eso la alejaba un poco de Jihyo, ya no tenía que protegerla, porque nadie le haría daño, y porque había otras personas que la protegerían también.

A pesar de eso, la chica seguía a su lado, sentándose junto a ella en el partido del colegio, acurrucándose contra ella cuando Chaeyoung ponía una película de miedo para ver, y a veces, durmiendo en sus piernas cuando se tiraban en el patio sólo para no decir nada.

A pesar de todo seguían al lado de la otra.

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