XLIII

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Mina frenó de golpe, marcando las ruedas de su camioneta en el pavimento.

Apenas el vehículo se detuvo, colocó rápidamente el freno de mano y abrió la puerta, para correr hacia el frente de la camioneta, donde una temblorosa Jihyo se abrazaba a sí misma, aún a mitad de la calle.

La mayor la abrazó con fuerza, apretándola contra sí, acomodando la cabeza de la chica entre su hombro y cuello para dejarla llorar.

Sentía su corazón latiendo a mil, asustada por lo que podría pasar.

Pensó en decirle todas las cosas que le chuzaron por la mente, en todos los castigos y palabras bruscas que podría dedicarle por cruzar la calle de esa manera, añadiendo todo lo que podría haber pasado después si la atropellaban.

Pero sabía que ese tipo de cosas no era correcto decirlas, y menos teniendo a Jihyo tan sensible, sólo empeoraría.

— Vamos, Jihyonnie, te llevo a casa— habló con tranquilidad, a pesar de que su corazón latía desenfrenado.

Sintió a la chica negar, y como se apartaba un poco, terminando en soltar el abrazo, Mina bajó la vista hacia los antebrazos que Jihyo le mostraba, con la piel enrrojecida por los rasguños, y dónde estos habían insistido más, habían cortado la piel y sangrandaban.

— Oh, Jihyo, tranquila— la calmó con una sonrisa, acariciando su cabeza con cariño—. Vamos, subamos al auto que te curo.

Mina guió a Jihyo hasta la camioneta, y sentada en el asiento del copiloto, tomando el botiquín del auto, limpió primero con agua, luego dejó algodones con agua oxigenada, dió unas vueltas con vendas antes de asegurar todo con cinta hipoalergénica, todo sin dejar de hablarle, de forma tranquila, con una sonrisa, cosa que logró reconfortar a Jihyo un poco.

Una vez listo el vendaje, Mina subió al auto, ofreció su celular a Jihyo, preguntando si recordaba el número de su madre, el cual la muda marcó sin ningún problema.

La mayor habló con tranquilidad y una sonrisa, a pesar de que Jihyo pudo escuchar el tono histérico de su madre desde donde estaba, al finalizar la llamada, Mina dejó el teléfono en la guantera, quitando el freno de mano, le habló de nuevo.

— Te llevaré a casa, tu madre me dijo que tenías una visita.

※Mute※ (Adaptación) ① ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora