XCIII

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Cuando los padres de Jihyo salieron del consultorio, el señor Park estaba más serio de lo normal, y la señora Park parecía congestionada, con la nariz rojiza y los ojos hinchados.

Sanañ quiso preguntar qué pasaba, pero se mordió el labio, parecía un tema que debería hablar con la señora Park en privado.

— Niñas, ¿Se trajeron la ropa que les pedí? — habló la mujer, su voz sonaba algo rota.

Jihyo asintió, al mismo tiempo que Sana respondía con un bajo "Sí".

— Creo que nos quedaremos unos días— habló la mujer—. Ahora el doctor me dió unas órdenes para unos exámenes, iremos por unos estudios de sangre ahora, ¿Sí?

Sana volvió a responder con el mismo "Sí", aunque Jihyo ya no parecía querer decir nada.

El señor Park arrancó el auto, andando con tranquilidad por la calle.

La señora Park sonó su nariz con fuerza.

— Sana— habló la mujer.

La pelinaranja hizo un sonido afirmativo.

— ¿Recuerdas lo que te pedí hace un año?

La chica tardó un momento en recordar.

Hacía casi un año, cuando también había acompañado a los Park a los estudios, y la mujer le había pedido estar junto a Jihyo sin importar lo que pasara.

Un poco asustada, Sana asintió, la mujer vió el gesto por el espejo.

— Te pido lo mismo está vez— dijo.

※Mute※ (Adaptación) ① ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora