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Saltaba, cada vez más velozmente, sintiendo como aquella gran polla de plástico se hundía dentro de él, una y otra vez, con cada impulso, más profundamente, logrando que su temperatura corporal aumentase por segundo

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Saltaba, cada vez más velozmente, sintiendo como aquella gran polla de plástico se hundía dentro de él, una y otra vez, con cada impulso, más profundamente, logrando que su temperatura corporal aumentase por segundo.

Juraba que tendría que amordazarse a sí mismo para no soltar alguna maldición por entre aquellos finos labios en los que había hecho perder a más de uno semanas antes, debía morderlos, con fuerza, casi dañándose, como si aquello se tratase de una especie de autocastigo propinado debido a su falta de delicadeza.

Su piel aperlada debido al sudor destacaba entre la oscuridad sumida en la habitación.

Abrió la boca, soltando un cálido suspiro que inundó el cuarto vacío. Estaba ardiendo, pero apenas era consciente de ello.

Oh mierda, el hecho de que sus compañeros de piso fueran capaces de escucharlo siendo follado por un jodido juguete sexual, lo excitaba aún más.

Si hace un tiempo le hubieran dicho que no follaría en más de una semana, se habría reído en la cara de aquel estúpido individuo, si fuera por él, le habría pisoteado alguna parte del cuerpo mientras que escupía un "eso es imposible."

Pero jamás, en toda su vida, habría pensado que el camino a la fama terminaría por arrebatarle aquello de lo que más gozaba.

Tendría que ser al revés, ¿no?

En la vida de Wooyoung el sexo siempre había sido un factor clave para disfrutar de todo ¿Qué era la vida sin una buena mamada? Nada, en su filosofía de mundo feliz, nunca faltaría una (o unas) persona que supiera cómo complacerle.

Es cierto que antes del lanzamiento de su MV habían grabado un par de cosas, pero ninguna de ellas habían sido tan populares como Pirate King, por lo cual había ganado muchísimo prestigio y con ello, más personas lo habían ido reconociendo.

¿Mala reputación en un idol? No, no, no y mil veces no. Eso solo jodería también la reputación del grupo y definitivamente no iba a continuar con su rutina nocturna para hacerle eso a los chicos, quienes se habían esforzado para estar ahí tanto como él.

Había sido realmente estúpido no conseguir un compañero de juegos previamente, así no tendría que salir a ningún club como hacía antes y con ello, ser visto ¡Habría sido una jodida maravilla! Es decir, llamarlo cuando se encuentre malditamente caliente, sin compromisos, aliviarse durante un rato y después, despedirse hasta la próxima vez en el que su libido volviera a atacar.

—Oh, joder...— Gimió, enterrándose de nuevo aquel gran dildo en su trasero. Su miembro goteaba, húmedo, clamando por la atención de su mano, la cual se mantenía apoyada en el suelo, así evitando que perdiera el equilibrio. Con la otra, se agarró del borde de la cama y ahora con su ya liberada, envolvió su miembro.

La calidez de su palma lo hizo soltar un suspiro, logrando con ello que echara su cabeza hacia atrás. Soltaba leves gimoteos y a aquellas alturas, comenzaba a importarle una mierda que cualquiera lo escuchase, a pesar de tratarse de una posibilidad poco probable, las paredes eran casi de papel, pero dudaba que alguien estuviera en el apartamento.

Se movió aún más rápido, imaginándose que lo que le estaba jodiendo no era un trozo de plástico, sino una persona. Aunque un dildo con ventosa jamás se podría comparar a una buena polla.

Se vino cuando la punta del falo rozó aquella dulce zona en su interior, un potente gemido que no se molestó siquiera en disimular salió de entre sus labios, haciendo así, que dejara de moverse.

Con aquella cosa tardaba demasiado en venirse, y a pesar de que servía para un simple rato de distracción, comenzaba a aburrirle de sobremanera.

Se mantuvo así durante un rato, tratando de recuperar la respiración después de aquel rutinario orgasmo. No demoró demasiado en levantarse, con cuidado, sintiéndose vacío de nuevo y con ello, haciéndolo suspirar otra vez. Tendría que recoger y limpiar todo el desastre antes de que SeongHwa llegase.

Comenzaba a cansarse de la misma rutina.

Al otro lado de la puerta, YunHo se alejó de la pequeña mirilla de la que gozaba, está del dormitorio impropio, tratando de recuperarse de aquel erótico espectáculo que acababa de presenciar, con sus mejillas completamente sonrojadas y una erección clamando por salir de sus pantalones.

Lentamente, caminó por el pasillo, cada vez más lejos de Wooyoung, pero sin poder quitarse la imagen del líder de su imaginativa cabecita.

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𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐀 𝐁𝐈𝐓𝐂𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora