«Wooyoung»
❛❛─¿Podrías dejar de restregarte contra mí como si fueras una maldita puta?❞
Donde el sexo siempre ha formado parte de la vida de Wooyoung y al no poder continuar con ello, decide aprovechar la situación de vivir con siete calientes chico...
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Los encuentros entre Wooyoung y SeongHwa no habían cesado en ningún momento, a aquellas alturas los que no supieran que existía algo entre ellos era porque no querían darse cuenta.
Eran muy evidentes las miradas que se echaban el uno al otro, algunas aposta, otras simplemente por casualidad. Trataban de no incomodar a los demás con su presencia, su evidente tensión sexual, pero cómo no, a veces lo lograban, y otras veces se quedaban en el intento.
Y a pesar de tener que "esconder" su pequeña aventura, Wooyoung estaba cómodo con ello. Es más, le encantaba el hecho de tener que disimular, que nada ocurría, que SeongHwa no lo follaba hasta hacerlo marear. No obstante, sí era cierto que por su forma de tratarse el uno al otro, fácilmente podrían considerarlos una pareja.
Por ejemplo, unos compañeros, unos amigos, usualmente no se acostaban en la misma cama después de haber estado todo el día ensayando con el resto del grupo, Seonghwa no debería estar acariciando su cabello de manera mimosa mientras que su otra mano lo abrazaba por la cintura, apegándolo a él, escondiendo su rostro en el hueco del cuello impropio y aprovechando para oler el aroma a vainilla que desprendía después de darse una rápida ducha.
Wooyoung se mantenía con los ojos cerrados, no durmiendo más casi a punto de hacerlo, tratando de que el cansancio no lo dominara por completo, en menos de una hora tendrían que salir para cumplir a saber qué mierda que le habían apuntado en su agenda.
Los apetitosos labios de SeongHwa se posaron sobre la pálida piel de su cuello, besándolo de manera perezosa, pero al mismo tiempo con cariño.
El rubio llevó su mano a la entrepierna ajena, haciendo el amago de frotarla, pero solo logró que SeongHwa se apartara de golpe, jodiendo completamente el momento.
—¡Wooyoung!
—¿Qué pasa?— preguntó, confuso por el sobresalto impropio.—¿No te apetece?
El pelinegro frotó su frente con la palma de su mano, aún acostado.
—Sí, me apetece, pero estamos a nada de irnos.
Wooyoung lo miró con las cejas unidas.
—¿Entonces por qué me besas?
—Puedo besarte sin querer tener sexo contigo ¿Sabes?— murmuró poniendo los ojos en blanco.
El peli lila apretó los dientes, sintiéndose más que nada, avergonzado ante lo que acababa de ocurrir.
—Sí, sí, o sea, entiendo, pero resulta muy...
—¿Muy qué?
—Muy gay.
—Wooyoung.— dijo, llevando una de sus manos hacia la ajena, acariciando sus nudillos con las yemas de sus dedos. Wooyoung frunció nuevamente el ceño, pero se dejó hacer.— Tú eres gay.
—Me refiero a que es como que muy de... ¿Pareja?, no sé, es extraño.
—Ya, ah...— SeongHwa se incorporó, sentándose sobre el colchón.— quería hablar contigo sobre eso.
