[3] Hola, señor mayor general

Capítulo 560: La Princesa en la Torre de Marfil

Las armas eran legales en los Estados Unidos: los delincuentes las tenían al igual que las buenas personas. Había armas regulares en el mercado, así como mercados negros ilegales de armas. Debido a que las armas eran legales, el mercado negro estaba aún más desenfrenado que en otros países, donde las armas estaban prohibidas. Desde pequeños revólveres hasta AK-47, todas las armas estadounidenses estaban disponibles en el mercado negro. Incluso los tanques y vehículos blindados devueltos por los militares podían comprarse a través de canales legítimos.

La potencia de fuego a la que se refería Huo Shaoheng no era, por supuesto, pistolas, sino todo tipo de rifles antimaterial, metralletas semiautomáticas y al menos una metralleta de alta potencia. Todos estos se podían obtener a través del mercado negro, y la división norteamericana de las Fuerzas de Operaciones Especiales los tenía listos. Necesitaban enfrentarse a diversas situaciones repentinas, ya que estos eran sus trabajos diarios. Zhao Liangze aceptó el mando y comenzó a organizar el personal y las armas.

Huo Shaoheng se quedó despierto toda la noche para estudiar los planos del edificio de seis pisos. El personal de Operaciones Especiales había frecuentado el área del Bronx durante los últimos dos días para usar todo tipo de cámaras especializadas para tomar imágenes infrarrojas del edificio para poder ver lo que estaba sucediendo incluso a través de las paredes. Durante la noche, Huo Shaoheng pudo ver que las fotos regresaban y rápidamente se encerró en una habitación en el tercer piso.

Zhao Liangze miró las imágenes infrarrojas y quedó completamente conmocionado. Se cruzó de brazos y se paró detrás de Huo Shaoheng para exclamar con dolor: "¡Estas personas son inhumanas! ¡¿Qué están haciendo encerrando a la gente en jaulas?!"

"¿Qué otra cosa? No puede ser nada bueno", respondió Huo Shaoheng con calma. "Pero parece que Tan Guiren todavía está vivo".

A partir de las imágenes infrarrojas, pudieron ver que la habitación del tercer piso estaba dividida por jaulas de metal; una contenía a un adulto con dos niños, y las otras jaulas vacías insinuaban que antes había habido otros allí. Por la estructura ósea del adulto allí dentro, asumieron que debía ser Tan Guiren. Fue increíblemente afortunada de seguir viva después de estar desaparecida durante más de un mes.

"Ella será bendecida por haber sobrevivido a tal cosa. Si esta chica realmente puede escapar esta vez, apuesto a que su padre realmente podría convertirse en Primer Ministro". Zhao Liangze levantó las cejas juguetonamente.

Huo Shaoheng se alejó de la computadora y sacó su arma para limpiarla. No levantó la vista antes de responder: "Las Fuerzas de Operaciones Especiales no se involucran en política interna. No te olvides de las normas."

"¡Entendido!" Zhao Liangze se sorprendió e inmediatamente reflexionó que sus palabras y acciones habían violado la jurisdicción.

Mientras Huo Shaoheng limpiaba sus armas, comenzó a formular un plan de batalla en su mente. Aparte de la sala con jaulas en el tercer piso, este edificio de seis pisos estaba ocupado por personas que portaban armas. Deben haber sido los culpables que custodiaban la habitación enjaulada. Huo Shaoheng no esperaba que el enemigo enviara tanta gente. En el edificio de seis pisos con casi 20 habitaciones, cada una contenía al menos dos personas. En otras palabras, se enfrentaban al menos a 40 enemigos, todos ellos criminales poderosos y armados. Pero independientemente de cuán poderosos fueran los criminales, todavía eran menos que soldados adecuados. Huo Shaoheng creía firmemente en esto.

Las noticias de la noche seguían sonando en la televisión. Esta noche, la comisaría de policía del Upper West Side de Manhattan recibió otro mensaje de voz codificado, y esta vez decía: "Donde brilla el sol, surge la Diosa de la Libertad". Comparado con los vagos mensajes del pasado, esto era mucho más obvio. Todos pensaron de inmediato en la Estatua de la Libertad, y en prácticamente una noche, el Parque de la Estatua de la Libertad en Nueva Jersey se inundó por completo con multitudes de buscadores de acertijos ansiosos por encontrar pistas sobre la persona desaparecida.