Cap. 12

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Joaquín se había levantado bastante feliz, observó el reloj que estaba en la mesita junto a él y marcaba las 12 de la tarde, vaya, si que había dormido, pero no tenía la culpa, anoche había sido la noche de sus sueños y nada ni nadie iba a arruinarle aquel sentimiento.

Sonrió.

Estiró su cuerpo y se puso una bata para tapar su desnudez. Emilio no estaba, así que se levantó y comenzó a buscarlo. No lo encontró, hasta que escuchó un murmullo en el baño. Se acercó sigilosamente para escuchar detrás de la puerta.

Emilio: No puedo irme, estoy de feste... - Alguien lo había interrumpido del otro lado, Joaquín frunció el ceño. - Si claro que me importa mi carrera, pero... - Suspiró. - Bien... si, él lo entenderá. Nos vemos.

Colgó y Joaquín se fué corriendo de ahí.

Emilio: ¿Amor?

Claro que no había avanzado mucho. Dió media vuelta y sonrió a su novio.

Joaquín: Hola cariño.

Emilio: ¿Estabas espiándome? - Dijo divertido, Joaquín negó muchas veces. - Oh claro que lo hacías. - Se acerco a él y besó su frente. - ¿Has dormido bien?

Joaquín: Mejor que nunca. - Sonrió. - Uh, respecto a tu llamada.

Emilio: Entonces si estabas espiándome. - Le dijo acusador.

Joaquín: Ambos sabemos que me gusta meterme dónde no me importa, así que dime...

Emilio: Debemos volver a Londres, tengo unas propuestas y algunas conferencias en Los Ángeles así que...

Joaquín: Espera, ¿no pasarás mi cumpleaños y navidad conmigo?

Emilio: Eso aún no lo sé, pero debemos irnos ya.

Joaquín: P-pero, ¿no podemos quedarnos sólo éste día? - Intentó hacer cara de cachorrito, Emilio se burló de él ganándose un golpe en el brazo.

Emilio: Lo siento amor. - Siguió riendo. - Matías me quiere de vuelta para mañana.

El ojimiel asintió despacio, Emilio entró a la recamara para contestar otra llamada, rodó los ojos. Se sacó la bata y salió de la casa, estaba completamente desnudo, el agua se veía bastante bien así que saltó sin problema alguno, no estaba tan profundo después de todo, comenzó a moverse por el mar sintiendo gran tranquilidad.

Matías no le agradaba, siempre alejaba a Emilio de su lado, con trabajo y más trabajo, sabía que eso pasaría cuándo un mánager llegara a sus vidas, Emilio tendría gente diciéndole que hacer, cuándo, dónde y a que hora, odiaba eso, su prometido era un espíritu libre, no le necesitaba. Pero claro que no se lo iba a decir, no podía ser la persona que perjudicara su carrera, no se lo perdonaría nunca.

Emilio: ¿Qué haces ahí? Debes venir a empacar. - Su voz sonó sacándolo de sus pensamientos.

Joaquín: No quiero irme aún, es mi cuento.

Emilio: Prometo que te lo compensaré, pero acabo de comprar los boletos y salen en 2 horas, debemos apresurarnos. - Vió la cara triste de Joaquín. - ¿Por favor?

El ojimiel asintió y se encaramó a la casa, tomó su bata que yacía sobre el suelo y entró a la casa sin mirar a Emilio.

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Dreamer // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora