Emilio es un exitoso YouTuber.
Y Joaquín sólo quiere apoyarlo aunque por dentro se esté quebrando.
Ésta historia está basada en la manera de trabajo de "Luisito Comunica".
Adaptación Autorizada.
Todos los créditos son de la Autora original @Cinmcc...
Una de tantas noches, estaba Joaquín recostado en su cama, solitario, ojos bien abiertos revoloteando por toda la habitación, tenía ahí poco mas de 3 meses, semanas de encierro, sin saber nada de Emilio, de pronto, de un momento a otro, Leidy dejó de comentarle sobre Emilio yendo a la escuela a buscarlo, ahora, cuándo la pelinegra llegaba a casa, Joaquín sólo la miraba, haciendo la pregunta con su mirada "¿fué hoy a buscarme?", a lo que ésta respondía con una negación de cabeza.
Joaquín aparentaba no sentir nada, pero por dentro estaba deshecho, sintiendo una gran herida, desgarrándose, no había sentido un dolor así desde lo de su madre, no quería sentirse miserable, pero así se sentía y no podía evitarlo.
Una lagrima bajó por su mejilla, la dejó correr.
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En otras noticias Emilio Osorio confesó que estuvo a punto de cerrar su canal por la reciente ruptura con su novio Joaquín Bondoni, al parecer el chico no la ha pasado nada bien, claro que no podemos decir lo mismo por su ahora, ex-novio, ya que lo vimos muy divertido la noche de ayer con una bombón pelinegra y con el mismísimo Polo Morín, suponemos que su duelo es llevado de una manera muy diferente. - Comentó sarcástica la chica.
La puerta chirrió, Leidy apagó el televisor rápidamente, miró por sobre su hombro y ahí venía Joaquín con su pijama, el pelo desordenado, aún oliendo a alcohol.
Leidy: Hey corazón, ¿qué tal la resaca? - Joaquín caminó hasta quedar frente al sofá, dejándose caer. - Supongo que nada bien.
Joaquín: Porque tu departamento tiene mucha luz, adiós luz. - Leidy rió y se levantó para cerrar las cortinas, prohibiendo a la luz entrar. - Gracias amiga. - Su ceño estaba fruncido, su cabeza reposada en el sofá, su brazo estaba sobre sus ojos, estaba respirando por la boca, era un total desastre, pero así era su vida ahora, fiestas todos los fines de semana con Leidy ó a veces con otros amigos no tan conocidos.
Ya no quería sentirse triste esa era la realidad, 4 meses en cama sintiéndose vacío, eso no era él en lo absoluto, no podía hacerse un viejo triste, una bolsa de nada que sólo estaba para estorbar, necesitaba vivir, ó al menos, sentir algo; no había vuelto a la escuela sin embargo, no estaba listo para que sus alumnos lo vieran así.
Leidy: Vaya que te excediste anoche pequeñito. - Le removió el cabello, Joaquín gruño. - Te traeré algo para la resaca ¿de acuerdo? No te muevas mucho, no quiero que vomites el baño... otra vez.
Joaquín: Ni me lo recuerdes. - Murmuró. - Gracias por cuidarme, sé que he sido un completo idiota.
Leidy: Está bien, necesitas una amiga y la tendrás hasta que superes ésto. - Sonrió colocándose su abrigo para salir. - Vuelvo enseguida.
