Cap. 28

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Abrió los ojos con lentitud y los cerró nuevamente al sentir demasiada luz en ellos, suspiró, de pronto se dió cuenta que no estaba en su habitación, se levantó rápidamente y notó que sólo llevaba su ropa interior, pero no recordaba nada de esa noche ¿habría pasado algo?, se movió sobre su trasero, no sintió nada, eso quería decir que, no sexo. Miró a su alrededor, seguía en la habitación del rizado, volteó a su derecha y tomó el agua junto a las aspirinas que no sabía que necesitaba hasta que sintió un dolor en la cabeza. 

Caminó hacía el armario del rizado tomando unos jogger negros, una camisa blanca, un par de calcetines y sus vans negras, la ropa le quedaría grande, pero era lo más cómodo, decidió tomar una ducha, suponiendo que el rizado no se molestaría por ello, abrió la llave midiendo el agua hasta que estuviera tibia, se despojó de sus ropas y entró sin más, sintiendo el agua recorrer su cuerpo desnudo, cerró los ojos, tomó el jabón comenzando a limpiarse, de pronto sintió un par de manos unirse a él, suspiró cuándo éstas comenzaron a tocarlo, tragó en seco, los labios del rizado pegados a su cuello expuesto, el ojimiel mordió su labio cuándo las manos de Emilio tomaron sus nalgas, apretándolas, sólo cómo a él le gustaba, Joaquín comenzó a moverse, queriendo sentir más, Emilio movió su mano derecha, viajando hacía el miembro del mayor, tomándolo por completo, gimió...

Joaquín: Emilio... 

Emilip: ¿Joaquín? - Se escuchó desde fuera del baño cómo lo llamaban seguido de un par de golpecitos a la puerta, Joaquín abrió los ojos volviendo a la realidad, su mano estaba en su miembro, masturbándose, pensando en su ex. -¿Está todo en orden? 

Joaquín: Sólo me doy una ducha, salgo en un momento. - Mordió su labio, y no pudo evitar reírse ante lo que estaba haciendo, pensando, imaginando, su mente fuera de sí. 

Terminó con su paja corriéndose sobre la pared del rizado y después de limpiar su cuerpo, tomó una toalla para después cambiarse con las ropas de Emilio, al salir, un desayuno aguardaba en su cama, un par de huevos con tocino, jugo de naranja, café, pan tostado y una rosa adornando la mesilla en dónde todo se encontraba. 

Emilio: Espero que no sea demasiado. 

Joaquín: Es muy amable de tu parte. - Se sentó en la cama  tomando un pan para después comerlo. 

Emilio: Veo que has estado explorando mi armario. - Acarició su brazo con los dedos, Joaquín se estremeció, alejándose un poco.

Joaquín: Quería estar cómodo, no oliendo a vómito, lo siento por eso, pero te regresaré todo.

Emilio: No tienes que regresarme nada. - Tomó el otro pan tostado. - Sabes que lo mío es tuyo. - El ojimiel se quedó callado, Emilio frunció el ceño. - Oye, no quiero que ésto sea incómodo Joaco. 

Joaquín: Lo siento, yo tampoco, ¿estoy actuando raro? 

Emilio: Sólo estás muy callado y eso es raro. - Ambos rieron.  - No sabes cuánto he extrañado esa risa. 

Joaquín: También te he extrañado. - Admitió viendo cómo los ojos de Emilio volvían a la vida, fué una sensación única. 

Emilio: Lamento todo lo que te hice, aún te sigo amando Joaco. 

Joaquín: - Tragó en seco y suspiró. - Emilio, por favor... 

Emilio: No, escucha, he estado viendo a alguien. - Joaquín lo miró mal. - No, no de ese tipo, es un psicólogo, en realidad, ¿crees que eso esté bien? 

Joaquín: No lo sé, yo también he estado viendo a alguien, me ha ayudado mucho, me ha hecho ver todo desde otra perspectiva, desde la tuya, para ser exactos y quiero disculparme también, no fuí justo contigo.

Dreamer // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora