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Realmente no sé lo que hacía, no sé en qué momento me acerqué tanto como para poder sentir sus labios sobre los míos. De repente me encontraba tomando su rostro entre mis manos con tanta fuerza porque tenía miedo de que se fuera a separar de mí.

Afortunadamente no lo hizo, y suena raro, pero me gustó que pusiera sus manos en mi cintura y me levantara de la silla para quedar frente a él de pie mientras que estaba sentado en la orilla de la cama y me acomodaba en medio de sus piernas abiertas.

Sus labios son suaves, como los de una chica, había besado a algunas chicas en el pasado, extrañamente sentía lo mismo. Besar a un chico no me resultaba diferente que besar a una chica.

Bright tenía protuberancias en donde las chicas tenían plano y tenía plano en donde las chicas tenían protuberancias.

Pero todo era igual, la misma sensación de nerviosismo y entusiasmo estaba ahí.
Mis ojos se mantienen cerrados, siento como mi ceño se frunce un poco y Bright se encarga solamente de acariciar mi cintura con delicadeza.

Y es el momento en donde la imagen de mi padre viene a mi mente. Por dios ¿Qué estoy haciendo?

Esto está mal, está muy mal. Yo mismo lo dije, es un pecado.

Empujo a Bright con fuerza haciéndolo caer a la cama de espaldas y me alejo de él retrocediendo.

—¿Win? - su rostro se ve confundido, seguramente por lo que acabo de hacer.

—Y-yo...yo no soy gay, no, no lo soy.- repito una y otra vez.

Él se levanta con cuidado e intenta de acercarse, pero yo sólo retrocedo más.

—Tranquilo, cálmate un poco.

—Es tu culpa...¿Qué me hiciste? No debí haberme acercado a ti, sabía que sería malo.

—Win, yo no te hice nada, si te recuerdo que acabas de besarme.

—Pero tú... tú me incitaste; me dijiste esas cosas y yo...

Ni siquiera tenía algo para defenderme. Una parte de mí realmente quería hacerlo, quería saber que se sentía pero sé que estaba muy mal y en serio quería llorar por eso.

No tuve otro remedio que salir corriendo de su casa ignorando a su madre quien me preguntaba porque estaba alterado. Estaba asustado, te iba mucho miedo ¿Por qué lo hice? Si hace un momento Bright acaba de decirme que todos lo odiaban por ser lo que es, yo simplemente lo besé sin importarme nada.

Soy asqueroso, doy asco, mi padre me odiará, mi madre estará decepcionada y mis hermanos no querrán saber nada más de mí. No entraré al reino de los cielos.

Maldito Bright.

Lo peor es que no sé si estaba enojado con él por hacerme así, o porque no fue corriendo detrás de mí cuando salí de su casa.

Cuando llegué a mi casa entré a mi cuarto, y lo primero que hice fue ponerme de rodillas frente a mi cama jugando mis manos apoyando mis codos en el colchón y entre lágrimas comencé a rezar. No era capaz de ir a la iglesia a verle la cara al señor por lo que lo hice desde mi cuarto llorando, arrepintiendome profundamente y esperando ser perdonado por ese acto atroz que cometí.

Y después de aquel día, no volví a ver a Bright.

Y después de aquel día, no volví a ver a Bright

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Win 85 años

—¿Entonces no volviste a ver a Bright? - pregunta Film acostada en mi cama.

Tan pronto vio que me desperté, me trajo el desayuno y me pidió que siguiera contándole lo que había pasado con Bright.

Y como negarme con ese exquisito desayuno que había preparado.

—No, pasó un tiempo en el que no lo ví ni siquiera en la iglesia o en alguna calle.

—¿Cuánto tiempo?

—Dos años.

Ella parecía sorprendida al escuchar mis palabras, yo también me sorprendí al darme cuenta del tiempo en el que no nos habíamos visto.

—¿Lo extrañaste?

—Pensaba mucho en él, sin embargo no sé sí eso se considera extrañar a alguien. Mis pensamientos no siempre eran buenos, a veces lo odiaba. Estuve dos años sin Bright, no sabía sí debía extrañarlo, a fin de cuentas sé que seguíamos cerca, en la misma ciudad; ahora puedo decir con certeza que lo extraño demasiado.

—¿Por qué lo extrañas?

A pesar de que su pregunta sonaba estúpida y ella misma lo sabía, tenía un poco de sentido.

Por lo que yo contesté con una respuesta estúpida pero con sentido.

—Porque ya no está conmigo, ya no lo tengo a mi lado.

—¿Murió?

También me gustaría saber eso.

—No lo sé.

—¿Por qué no lo buscas?

Era una pregunta que realmente me hacía frecuentemente, y la respuesta siempre era la misma.

—Porque no quiero descubrir que murió. Aunque suene muy estúpido, prefiero escuchar que está casado, que ya tiene una familia y se ha olvidado de mí, que escuchar que está muerto desde hace tiempo.

Hubo un silencio entre mi nieta y yo por un largo tiempo en el que yo solamente sentía que mi vida se iba poco a poco cada vez más.

—Sabes abuelo; si es que Bright sigue vivo, no creo que te haya olvidado. Creo que, realmente te amó, mucho.

Sonreí ante su última frase, mi vista se fue hacia la pulsera que adornaba mi muñeca izquierda. Esa misma que él me había hecho con sus propias manos y me dió como regalo de cumpleaños haciendo juego con la que él tenía.

Bright me amó demasiado, yo lo sabía
Porque yo también lo amé a él. Lo amo mucho.

Infierno | BrightWin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora