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Win 24 años

Si alguna vez me hubieran dicho que yo, Win Metawin asistiría a una fiesta en dónde inunda el alcohol, drogas y sexo por todas partes; diría que eso sería imposible, que nunca haría algo tan atroz como ir a ese ambiente.

Bueno, el Win que está ahora en una fiesta llena de alcohol, drogas y sexo sigue pensando igual, sólo que por alguna razón no puedo irme de aquí, al menos no oliendo así.

Y no es que hubiera tomado o ingerido alguna bebida o distancia de dudosa procedencia, sino que el olor en este lugar es horrible y se queda impregnado en la ropa. Y si llego a mi casa oliendo de esta manera cuando papá no sabía ni siquiera que asistiría a una fiesta, probablemente me colgaría de pelotas en la rama de un árbol.

Bueno, hasta hora llevo un pecado, y es el de mentir al decirle que solamente me quedaría a dormir a casa de un amigo. Pero ciertamente, este sentimiento de adrenalina combinado con culpa y miedo a que me atrapen, es algo increíble. El sentir desafiar a alguien es algo que siendo sincero, me gusta.

Me encontraba en el jardín de la casa que era el lugar más tranquilo ya que todos se encontraban adentro de la casa. Pasaron unos cuantos minutos en los que estuve sólo sentado en el césped, hasta que alguien llegó y se sentó a mi lado, reconocí la fragancia, sin embargo no sabía si se trataba de quien yo pensaba.

Si era quien yo pensaba, tenía claro lo que iba a hacer, pero si no era, solamente me iría de ahí respetuosamente.

—Tiempo sin vernos, Metawin. - al escuchar su voz me di cuenta.

Era él. Bright estaba ahí, devuelta conmigo.

—¿En dónde estabas? - pregunto.

Fueron dos años sin verlo, estaba preocupado de si por si acaso había hecho algo malo, se haya metido en problemas o se haya juntado con la gente equivocada.

Estaba preocupado por él.

—Por ahí. - responde desinteresado.

No me convenció mucho la respuesta, pero si lo dijo de tal manera entonces significa que no hizo nada en particular.

—¿Alguien nuevo?

Creo que sabía perfectamente a qué me refería con mi pregunta, quería saber si había conocido a alguien que le hiciera acelerar el corazón, si ya se había olvidado de mí.

Si decía que sí no sabría cómo sentirme, probablemente algo triste o desilucionado, pero si decía que no entonces continuaría con mi plan.

—Nadie, estaba esperando por ti ¿Y tú?

¿Estaba esperando? ¿Era eso cierto? Por alguna razón me gustó escuchar eso.

—Tampoco nadie.

No podía ver su rostro bien, la única luz que provenía de la casa era casi nula y la luz de la luna no aportaba mucho que digamos, por lo que solamente podía ver la silueta su rostro.

Un rostro que siempre ha sido atractivo.

La música era lo único que llenaba el silencio, no era muy alta o al menos no se escuchaba mucho desde el jardín, así que fácilmente podía escuchar su respiración calmada.

—¿Por qué saliste corriendo ese día? - preguntó volteando a verme.

Me había preparado tiempo atrás para esta pregunta, sabía que se tenía que hacer en cualquier momento, y yo ya tenía una respuesta para eso.

—¿Por qué no me seguiste? Podrías haberme alcanzado fácilmente.

Él rie un poco.

—Bueno, estabas en un momento vulnerable, no quería alterarte más, además de que estaba seguro de que me golpearias. Pensé en ir a tu casa cuando sintiera que estabas más calmado, pero creo que nunca tuve el valor de hacerlo por mideo a que me rechazaras.

Infierno | BrightWin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora