🌷Capítulo Dos🌷

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Exactamente dos días habían pasado, desde aquella noche en la que Jungkook había tomado la decisión de su vida, sin embargo, los nervios lo hacían dudar nuevamente y se echaba para atrás.
Esos dos días habían sido muy duros para el castaño, pues luego de aclarar sus sentimientos y pensamientos, le era muy difícil mirar a su mejor amigo como lo hacía antes. Tenía la necesidad de expresar finalmente lo que en verdad sentía. Quería abalanzarse y probar esos lindos labios.

Joder Jungkook, reacciona.

Retomando el presente, ese día en específico, estaba dispuesto a no perder más tiempo. Ya no quería darle más vueltas al asunto.

Jungkook se encontraba sentado bajo un frondoso árbol, en el patio de su colegio, desayunando un tanto tranquilo. Minutos antes, Jimin le había enviado un mensaje de texto, avisándole que saldría unos minutos más tarde que de costumbre para su hora del desayuno, así que se hallaba solo por el momento.
Entre sus manos sostenía un sándwich. Masticaba lentamente su bocado, con la vista perdida en el verde pasto, como si no se percatara de sus alrededores.

Por muy desconectado que pareciese, en realidad, su mente estaba más activa que nunca, pues desde la mañana no dejaba de pensar qué es lo que le diría a Jimin.

Mierda. Estaba ansioso.

Luego de terminar de masticar y tragar dio un largo suspiro.

Bebió un poco de su leche de plátano, su bebida favorita.

Analizaba cada una de sus palabras que su mente le sugería.

"Jimin, te amo. Por favor, cásate conmigo."

-Pero qué mierda.- Negó repetidas veces con la cabeza y soltó una pequeña risa nasal.

Afortunadamente para el joven enamorado, no se encontraban muchos estudiantes merodeando por el patio. La mayoría de los estudiantes preferían estar desde la comodidad de sus salones o en la gran cafetería, así que no lo observarían como un loquito que hablaba solo y se reía de quién sabe que cosa.

Soltó otro suspiro en señal de rendimiento.

-Qué difícil es esto.- Bufó y continuó comiendo.

Pasaron los minutos, y terminó su desayuno. Era una lástima, quería disfrutar su desayuno junto a Jimin, pero aún así lo acompañaría para cuando el pelinegro comiese, total, aún faltaban quince minutos para que la hora del descanso terminara.
Lo esperaría.

En lo que el tiempo se hacía eterno, decidió colocarse sus audífonos. Un poco de música sería una muy buena compañía.
Se colocó estos en cada oreja y buscó en su celular su playlist favorita, exclusivamente para las canciones de Vante. Picándole al play, se recostó en el tronco de aquel árbol, y cerró por un momento los ojos.

Dime que te gusto. Por favor, dime que sientes lo mismo que yo.

No supo cuánto tiempo estuvo así, tan absorto a la realidad, pero reaccionó cuando sintió un suave y delicado toque en su mejilla derecha, y nuevamente abrió los ojos encontrándose frente a él, la linda imagen de su mejor amigo sonriéndole.

No me mires así, que no tengo autocontrol.

-Lamento la tardanza. -Dijo el sonriente pelinegro, posicionándose a un lado de él mientras asentaba su botella de yogurth en el pasto, y sacaba de su mochila un empaque de galletas de chocolate.

𝑺𝒘𝒆𝒆𝒕 𝑵𝒊𝒈𝒉𝒕 ♡︎[KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora