Luego de aquel terrible día lleno de angustia para los jóvenes, finalmente ya se encontraban en la casa del pelinegro.
Habían pasado semanas, y en ese transcurso, la salud de Jimin había mejorado, lo único que debía hacer era tomar reposo.
Ambos se hallaban en la habitación de el mayor, en una amena y tranquila plática, charlando de cosas triviales, de su día a día, cosas para matar el aburrimiento en lo que la señora Park llegaba de trabajar para así preparar la cena, ya que Jimin debía descansar y Jungkook era un desastre en la cocina, además debía cuidar de su novio en ese tiempo.
Jimin estaba recostado en su suave colchón, y Jungkook sentado a su lado.
-¿No tienes hambre?- Jungkook preguntó de manera repentina, observando en dirección del contrario.
Jimin negó con la cabeza, una tierna sonrisita hizo su aparición.- De comida, no.-El ceño de Jungkook se frunció a causa de la confusión. Hasta que unos momentos después su mente al fin captó aquello y una expresión llena de picardía hizo aparición en su rostro. -De comida no...claro.- Jimin rió con las mejillas rojas. -¿Hambre de qué tienes?-Una corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo al ver como el mayor se lamía los labios de una manera un tanto descarado, pues la ternura contraria aún permanecía ahí.
-Hmm... No lo sé, algo dulce, o...picante.-
-Picante, ehhh.-Levantó una ceja y comenzó a acercarse de manera amenazante al rostro del contrario. Jimin abrió los ojos sorprendido, Jungkook estaba correspondiendo a sus intenciones y eso lo puso nervioso en cierto punto, no creyó llegar tan lejos. ¿A caso...?
Sus pensamientos pasaron a segundo plano cuando Jungkook ya se encontraba sosteniendo su rostro y besando intensamente sus labios, y el no se pudo resistir a aquello.
Ahora sus labios danzaban en una perfecta sincronía, el beso se sentía candente. Eso era algo nuevo para ellos.Jimin de repente pudo sentir como las manos contrarias de colaban bajo su camisa de pijama. Podía sentir las cálidas manos del menor pasearse por su delgada cintura, y eso lo hizo sentir aún más caliente.
Por otra parte, Jungkook se encargaba de disfrutar de aquellos dulces labios contrarios, robándole la respiración a su novio. Disfrutaba tanto poder acariciar lentamente su preciosa anatomía, escuchar los suaves y candentes jadeos, y el chasquido de sus labios, ¡Joder!, estaba perdiendo la cordura, pero no podía evitarlo, era la primera vez que se encontraba de esta manera con su novio, y se sentía increíble.
No creyó llegar tan lejos, y menos ahora que se encontraba con una dolorosa erección apretada en sus pantalones.Todo rastro de conciencia se perdió al escuchar el primer glorioso gemido de su novio.-J-jungkook, quiero que me hagas el amor, porfavor.-Y ese pedido fue suficiente.
Nuevamente besó de manera desesperada los labios de el mayor, y sus manos fueron a dar en el suave y níveo pecho, acariciando los pezones rosados, sintiendo como el cuerpo de su amante se estremecía ante aquel toque.Jimin pasó sus manos por la nuca del menor, para así atraerlo más y devorar mejor esos finos labios.
Ambos deseaban aquello, ambos se necesitaban el uno al otro.
-Hazlo, p-por favor.- Jungkook procedió a desabotonar la suave pijama, y su erección creció más al observar la imagen bajo el. Tenía a su hyung gimiendo su nombre, la saliva de aquel beso escurría por la comisura de sus rojos labios. Sus cabellos estaban pegados a su sudada frente y ver el pecho descubierto y aquellos botoncitos rosados erectos, se sentía orgulloso al saber lo que le podía causar a su novio.Momentos después, ambos ya e encontraban sin prenda alguna que cubrieran sus cuerpos.
-¿Estás seguro de que lo quieres hacer?-Cuestionó mientras se acomodaba entre las lechosas y blancas piernas y alineaba su erecto miembro en la ya previamente, dilatada entrada.
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𝑺𝒘𝒆𝒆𝒕 𝑵𝒊𝒈𝒉𝒕 ♡︎[KM]
FanfictionJimin y Jungkook son mejores amigos desde la niñez. Estar juntos la mayor parte de su vida les ha llevado a tener sentimientos mucho más allá de su amistad, pero por miedo, ambos jóvenes deciden reprimir esos sentimientos hasta el fondo de su corazó...