𝑺𝒘𝒆𝒆𝒕 𝑵𝒊𝒈𝒉𝒕 ♡︎[KM]

🌷Capítulo Quince🌷

Bien dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pero para Jungkook, esa esperanza se había esfumado.

Se encontraba sentado en el amplio sofá de la sala, admirando desde el ventanal, el precioso cielo azul y las nubes que habían en el.

Estaba solo. Perdido en su mundo.

El silencio se vio interrumpido por el sonido de unas llaves, y luego de eso, el sonido de la cerradura de la puerta siendo abierta.

Miró en dirección a la puerta, y se encontró con la señora Park, cargando consigo unas bolsas de compras, e inmediatamente Jungkook se levantó para ayudarla con aquello.

-Buenas tardes señora Park. Yo la ayudo.

-Hola Jungkookie. Muchas gracias.- La dama sonrió amable, aunque su rostro denotaba un total cansancio.

El castaño llevó las bolsas a la mesa del comedor. La señora Park sabría como ordenar las compras, el no interferiría en eso. Regreso nuevamente a la sala, observando como la mujer se retiraba los tacones.
-¿Y Jiminnie, cómo está?

Jungkook soltó un pesado suspiro, pasó saliva y habló. -Sigue dormido, se la ha pasado durmiendo. No ha querido comer.

La mujer de igual manera suspiró pesadamente y masajeó sus sienes. -El doctor dijo que eran síntomas; la pérdida de apetito y el sueño.

El castaño asintió resignado.

-Cada día lo perdemos más.-La mujer lo miró con los ojos cristalizados.

Jungkook cerró los ojos con fuerza, queriendo evitar llorar a toda costa, debía mantenerse fuerte, y ser de gran apoyo y consuelo para la señora Park.

-Iré a verlo.

Luego de que la dama desapareciera por el pasillo, Jungkook se permitió llorar.

Las lágrimas eran insaciables. El castaño se cubrió los labios tratando  de retener sus sollozos.
Se recostó de lado en el sofá.

Se sentía tan mal. El dolor era la principal sensación. La tristeza era palpable en aquel hogar.

Se negaba a dejar ir a su precioso pelinegro.

Mientras los días pasaban, sentía su vida apagarse junto a la de el amor de su vida.

La recta final estaba más cerca de lo que parecía.

Todo era un martirio para Jungkook, sobre todo el asistir a la escuela y estar horas sin la presencia del pelinegro era de lo peor. Odiaba tener esos bajones emocionales estando en clases, lo único que quería era salir corriendo de el salón, largarse a casa y llorar por horas, pero no lo hacía, en su lugar, usaba sus tiempos libres para encerrarse en uno de los cubículos de el baño, y llorar por un corto tiempo, eso le ayudaba.

Su respiración era entrecortada a causa del llanto.

Cerró los ojos para intentar tranquilizarse, pero a mente llegaban los bellos y tormentosos recuerdos.

Una semana antes...

La noche andaba en su máximo esplendor. El precioso cielo nocturno adornada de millones de estrellas, pero entre todas esas estrellas, la luna era la protagonista.

La joven pareja caminaba por las orillas del tranquilo mar. Las olas producían un calmante sonido. Sentían sus pies descalzos hundirse en la suave arena.

Jimin detuvo su andar, para así admirar el mar en el cual la luna era reflejada. La suave brisa acarició su rostro, haciéndole cerrar los ojos debido a la paz que sentía en ese instante.