No es que Jeno y Renjun fueran amigos en algún momento, desde el primer instante que el coreano comenzó a trabajar en la empresa Renjun se sintió amenazado.
El típico estándar, guapo, con su perfecta altura, ojos hermosos, inteligente y sobretodo coreano. Renjun tal vez no era alto pero no era algo que lo avergonzara nunca, también era guapo, muy, si contaba con su propio criterio que era el más importante, el de todos sus conocidos y ex novios, así que por eso no tenía miedo. También era jodidamente inteligente, había llegado muy lejos por si solo y su familia siempre estaba orgullosa de presumir eso ante todos. Pero había un detalle en el que no le podía ganar a Jeno y es que era Chino.
Jeno era todo lo que el era y coreano así que llevaba una puntuación más alta, de todos modos no era algo que su empresa iba a admitir, "Oye Renjun tendremos preferencia con Jeno porque es de nuestra patria" no, de hecho no había sido para nada así pero Renjun en los primeros meses de que entrara el menor por exactamente un mes—según le había dicho Jisung que le había dicho Chenle—no pudo evitar estar siempre a la defensiva, de hecho el tenía una pequeña fama de no ser el más dulce en el edificio pero con la llegada de aquel sujeto todo solo hizo empeorar.
Su estupida sonrisa lo enojaba tanto, su ropa tan elegante y Dios, su estupida estatura.
Entonces Renjun comenzó a ser más dedicado en su trabajo y Jeno también lo hizo, porque noto como era tratado por el Chino así que supuso que si el quería una competencia digna entonces se la daría, y así había nacido aquella hermosa enemistad que tenía a toda la compañía con dolor de cabeza.
Excepto a su jefe, el viejo amaba ver cómo la productividad excesiva de ambos beneficiaba sus bolsillos. Justo como esa noche, había un contrato que debía ser cerrado en dos semanas pero los clientes habían llamado en el último minuto diciendo que uno de sus hijos estaba en la ciudad y quería que el mismo revisara que todo fuera bien con las condiciones en el mismo.
Renjun era el encargado de eso pero como quedaba mucho tiempo aún no terminaba los detalles, y sorpresa, debía hacer esto para el próximo día, ahora eran las 10:00 de la noche y aún estaba encerrado en su oficina.
De repente dejo de mirar la pantalla de su computadora cuando la puerta de su oficina se abrió y la sorpresa no pudo ser menos que grata al ver de quien se trataba.
-Huang, ¿Cuánto me odias del 1 al 10?
-Más 1,000,000, ¿Qué quieres y por qué no tocas mi puerta?-pregunto aburrido.
-Suficientemente bajo para mi.-respondió sentándose en la silla frente a él.-Resulta que el jefe me pidió hacer el contrato también...
-¿Qué?-frunció el ceño.-Pero no tienes absolutamente nada que ver con eso.
-Ya se.-levantó sus manos en son de paz.-Parece que el solo quería tener opciones por si no le gustaba el tuyo.
-¿No gustarle? ¿De que estás hablando?-se puso de pie.-Iré a hablar con el.
-Espera.-lo detuvo tomando su muñeca cuando intentó pasar por su lado. Renjun miró la mano del pelinegro alrededor de su muñeca por unos segundos antes de que este último reaccionara soltándolo.-Vine en paz, te tengo una propuesta.
Renjun dejó de mirar su muñeca para mirar al más alto.
-¿Qué propuesta podrías hacerme tu?
-Ya tengo el contrato de los Smith hecho...
-No me interesa tu contra—
-Déjame terminar.-levantó su mano.-No me interesa ganar esta vez, de hecho ni siquiera puedo venir mañana así que por eso necesito que me cubras, solo... Presenta el contrato que realice, todas las cláusulas están anotadas con las leyes... Te lo juro, puedes leerlo e incluso editar lo que desees pero en serio no necesito que el jefe me esté llamando mañana, puedes obtener este cierre con los Smith y el que estás terminando para los Polo, ¿Qué piensas?

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Peaches [noren]
FanfictionLee Jeno lo había hecho nuevamente, había logrado sacarlo de sus casillas y esta vez no creía tener una forma de solucionarlo. •Noren •Enemies to lovers