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-Hyung...

-¿Mmm?

-Tus flores del lunes llegaron.

Renjun sonrió cuando escucho las palabras del menor y de inmediato, dejando la barra de cereal que comía y los papeles que leía a un lado, se puso de pie corriendo hacia la puerta de su oficina. Llevaban dos meses en esto, todos los lunes Jeno le mandaba flores con un cartero para que todos los inicios de semana tuviera: "flores nuevas y bonitas, como el" habían sido sus palabras y Renjun lo había golpeado en la cabeza avergonzado para que no fuera cursi, pero bueno, ¿quién era el para juzgar cuando el tampoco dejaba de ser toda una masita por el pelinegro?

Renjun salió de su oficina y miró hacia la del más alto solo para confirmar su sospecha, el definitivamente lo estaba mirando desde su lugar pero apartó la mirada al instante "ocupándose" de los papeles frente a él. Sonrió firmando por la entrega y luego giró hacia el menor.

-¿Las acomodas por mi, por favor?

-Claro.-sonrió acercándose al mayor para tomar el ramo en sus manos.-Como cada lunes.

Jisung tal vez pensaba que era bueno susurrando pero Renjun siempre lo escuchaba, el que lo dejara pasar porque lo amaba mucho era otra cosa. Se acercó a su escritorio y tomó el sobre rosa antes de cruzar a la oficina de en frente y tocar la puerta del menor, escucho un pase y al instante abrió sonriendo.

-Gracias por las flores.

-No es nada.-contestó también sonriendo.-Flores bonitas para alguien bonito.

Renjun rodó los ojos sin borrar su sonrisa.

-Qué cosas dices...

-La verdad, aunque debo admitir que eres más hermoso que esas flores.

-Ya cállate.-susurró sonrojándose realmente.

-¿Por qué no vienes y me callas tu?

Renjun no debería caer en su juego pero bueno, tampoco es como si pusiera mucho empeño así que soltando una risita corrió hacia el menor y se sentó en su regazo, llevando sus manos detrás de su cuello para besarlo. Si el año pasado, o cualquier día hace dos meses le hubieran dicho que estaría así junto a Lee Jeno, Renjun probablemente hubiera muerto de un ataque de risa porque, ¿En que universo eso siquiera tenía sentido? Jeno y el se odiaban a muerte, nunca estaría así, en su regazo besándolo como si el mundo se fuera a acabar y tuviera que trazar cada pequeño detalle de los labios del menor para poder sobrevivir.

-Lee, Huang.

Renjun se levantó al instante que escucho la voz de su jefe, mierda, pensó acomodando su blazer sin levantar la mirada, Jeno se puso de pie a su lado poniendo la silla como barrera.

-Buenos días, señor.

El mayor llevó sus manos detrás de su espalda mientras los miraba.

-Son las nueve de la mañana, ¿Cómo pueden vivir una vida así?

Renjun escucho como Jeno soltaba una risa, por suerte solo el pareció escucharla.

-Lo sentimos señor.-susurró el mayor teniendo que tomar la responsabilidad porque su novio estaba muy ocupado intentando no reírse y no sabía si por los nervios o porque realmente le parecía divertida la situación.-No se volverá a repetir.

-Por supuesto que no, hay reglas aquí y se que se van a casar y son los mejores actores fingiendo odiarse toda la vida pero deben respetar su lugar de trabajo, ¿entendido?

-Si, señor.-dijeron ambos.

El mayor resopló.

-Tenemos mucho trabajo hoy así que los espero en cinco minutos.-el mayor giro pero antes de irse volvió su mirada hacia Renjun.-Huang, si vuelves a la oficina de Lee mantén la puerta abierta, desde ahora es una regla para ambos.

Peaches [noren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora