❀~✿ ❀𝕄𝕪 𝔾𝕒𝕟𝕘𝕤𝕥𝕖𝕣 𝕓𝕠𝕪𝕗𝕣𝕚𝕖𝕟𝕕 |𝒴𝑀|

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Nota: El siguiente capítulo contiene escenas subidas de tono tipo sexuales y explícitas además de lenguaje obseno. Lee bajo tu discreción. 

El suave roce de los labios de Jimin sobre su cuello lo estaba poniendo más nervioso de lo que debería.

El más joven se había quedado dormido de camino al Penthouse y Yoongi lo tenía en sus brazos para subirlo a la habitación, pero Jimin al sentir el movimiento se aferró más a su cuello y pegó su rostro con lo cual sus labios le rozaban sin querer.

Subió con cuidado escalón por escalón para no resbalar y caer junto con el cuerpo de Jimin.

Al llegar a la habitación lo acomodó en la cama, lo cubrió y luego se sentó en la orilla de la cama para observarlo un momento.

Jimin era tan hermoso como lo recordaba de niño, sus mejillas regordetas que solían sonrojarse, sus ojos brillantes tan bonitos pero para Yoongi lo más llamativo del bello rostro de Jimin  fueron sus labios. Sus abultados y gruesos labios que lo hacían parecer un lindo muñequito de colección. 

Jimin se removió en la cama y abrió sus ojos enfocando de a poco la vista en el pelinegro a su lado. Sonrió al verle tan cerca de él. 

     —¿En dónde estamos? —Preguntó medio adormilado.

     —En casa, no te levantes descansa. —Una de las manos de Yoongi se acercó a su cabello para acomodarlo bien.

El castaño cerró los ojos un momento recordando los últimos momentos en la reunión Min. Había bebido vino de más. 

     —Mingyu no dejaba de acosarme, ese hombre me da miedo Yoon. —Soltó en un suave puchero.

Yoongi ensombreció su semblante, al parecer Mingyu no había hecho caso a su advertencia.

     —¿De nuevo te molesto Jimin? —Su mandíbula estaba ligeramente apretada mientras miraba con interés al menor que estaba asintiendo.

     —Me acorraló en el baño, me invitó a beber, me dijo que yo le gustaba, que no se iba a rendir. —Jimin soltó una risita pero para Yoongi eso no era nada divertido. 

"Maldito hijo de puta" Pensó Yoongi, al parecer no entendió cuándo disimuladamente le dijo que no se atreviera a poner sus ojos en Jimin o sería él quien se los atrancara uno por uno.

     —¿Que les has dicho tú bebé? —Preguntó, conociendo a Jimin sabía de sobra la respuesta pero necesitaba escucharla de sus labios, quería inflar su ego, quería y lo necesitaba oír porque dentro de él su ser le gritaba que el único dueño de Jimin era sólo él. 

Egoísta, si lo era. Estaba siendo egoísta al querer ser él el único dueño de ese pequeño castaño pues sabía que lo tenía a Jimin bajo unas condiciones maltercias, estaba consciente del daño que le estaba causando a Jimin al utilizarlo de esa manera tan cruel, sabía que si Jimin se enteraba de todo su sucio juego iba a perderlo para siempre pero eso no le importaba, el no sabía perder y mientras Jimin  fuese de él, de su plan maquiabelico no iba a permitir que nadie más se acercara a él.