❀~✿ ❀𝕄𝕪 𝔾𝕒𝕟𝕘𝕤𝕥𝕖𝕣 𝕓𝕠𝕪𝕗𝕣𝕚𝕖𝕟𝕕 |𝒴𝑀|

💎31

Para Jimin lo que estaba viviendo en ese momento se estaba convirtiendo en una realidad, ¡iba a morir y no sabía por qué!

Y no volvió a ver a Yoongi atrás de ellos persiguiendolos como loco, ni a los otros autos que venían acompañándolo.  Sólo sabía que se adentraba cada vez más a esa zona desértica y deshabitada donde seguramente serían sus últimos momentos con vida. Sus esperanzas de ser rescatado se habían  esfumado.

Sus lágrimas de impotencia querían brotar sin poder contenerlas, no quería ser débil pero era inevitable. 

Lo único que quería era pasar una tarde tranquila con su amigo comiendo pizza y viendo alguna película mientras lo consolaba, y ahora estaba a punto de ser asesinado.

Si sólo no hubiese confiado en ese extraño, ¿Por eso insistía Yoongi en cuidarlo tanto?

El auto comenzó a aminorar el paso  y Jimin dejó de pensar,  el sol abrasador del medio día se extendía por todo lo alto, cuando el automóvil se detuvo por completo Jimin sintió su interior temblar de impotencia. 

     —¡Bájalo rápido! —Ordenó el de Adelante.

Inmediatamente Jimin fue empujado hacia afuera con fuerza provocandole perder el control de sus piernas las cuales se enredaron y lo hicieron caer estrepitosamente hacia la tierra seca y caliente del lugar. Sus manos se rasparon pero eso no le impidió a Jimin levantarse lo más rápido que pudo y comenzar a correr.

     —¡Alcanzalo idiota!

Corrió lo más rápido que sus piernas le dejaban pero un sonido tan fuerte que le hizo retumbar sus tímpanos lo detuvo inmovilizandolo por completo.  Un disparo había sonado, y tuvo miedo de que el receptor de aquel disparo haya sido él, se palpó el pecho para verificar si le había dado y a lo lejos escuchó la estruendosa carcajada del hombre que había soltado un disparo al aire.

     —No corras chico, aquí no tienes a donde ir, sólo estás prolongando más tu fatal destino.

Una furia invadió al castaño de pies a cabeza, si iba a morir no haría luchando por su vida. La parálisis de su cuerpo desapareció y comenzó a correr de nuevo.

Escucho cómo fastidiado el hombre corría detrás de él, y por azares malas del destino tropezó con una enorme roca haciéndolo caer de nuevo hacia al frente.

Sintió como era sujetado del cabello por el hombre quien no dejaba de reír como loco, manoteó en el aire para liberarse pero no resultaba.

     —¡Su-suel-ta-me!

El hombre lo levantó bruscamente y le hizo mirarle a la cara.

     —Deja de luchar niño, hoy morirás, son órdenes que vienen desde arriba.

     —¿De quien? ¿Pa-para quien es importante que yo muera?

El hombre soltó nuevamente una carcajada, parecía divertirle que el castaño estuviera pasando por aquello.