El objetivo del té verde siempre está mal

Capitulo 70

Estaba oscureciendo lentamente, Yue Chu encendió algunas velas y la cálida luz amarilla iluminó la habitación. Con el colorido papel tapiz, hizo que la habitación se sintiera un poco cálida.

    Parece una habitación infantil, con un mapa del mundo y de los países colgado en la pared, pero los clavos de uno de los lados se han caído y una pequeña parte de el cuelga porque no se ha utilizado durante mucho tiempo.

    Aparte de la cama y el armario, lo más llamativo es el escritorio junto a la ventana, en el que se han retirado los libros, dejando sólo el solitario lápiz que yace encima, como si aún esperara el regreso de su dueño.

    En un rincón se apilaban también unas cuantas palas desgastadas y unas pelotas de cuero secas. Yue Chu utilizó un papel para limpiar el polvo de las mismas y pudo ver débilmente las palabras grabadas en ellas, que parecían decir Wang Yuanping.

    Para poner a prueba su coraje y facilitar el descanso, se repartieron en tres habitaciones, cada una de las cuales tenían a tres personas. Otras tres pantallas fueron dispersas para transmitir al estado de cada persona en la transmisión en vivo.

    A medida que avanzaba la noche, el número de personas en línea aumentaba, y muchos entusiastas del terror y lo sobrenatural se vieron atraídos por la transmisión en vivo, ha ganado cierta popularidad.

    Yue Chu no quería dormir en una cama polvorienta, así que se trajo una ropa de cama cuando llegó y la colocó en el suelo para el y luego para Feng Xuan.

    Acariciando la suave almohada de oso, sonrió suavemente a Feng Xuan: "Es tarde, puedes tumbarte aquí y descansar un rato".

    Jin Hui resopló con desdén, realmente no le gustaba el comportamiento pretencioso de Yue Chu.

    No había pensado tanto en ello antes de venir y no había traído nada, así que ahora sólo podía sacudir la manta sucia y tumbarse en ella con cara triste, pellizcándose la nariz, aunque todavía seguía estornudando por la manta polvorienta y húmeda.

    Feng Xuan susurró su agradecimiento a Yue Chu y se encogió bajo la manta, sin poder resistirse a apretar el suave vientre del osito.

    Era tan bonito y esponjoso.

    Cuando creció sólo podía mirar con envidia a otras niñas que llevaban bonitos vestidos y sostenían lindas muñecas, todo el mundo le decía que era demasiado fea y que no encajaba en absoluto con esas bellezas, nunca pensó que un día alguien le prepararía algo así.

    Feng Xuan se asomó hacia Yue Chu sin dejar rastro, mirando su apuesto rostro reflejado en la luz de las velas, y sintió que su corazón latía como un tambor.

    Yue Chu estaba jugando con su teléfono móvil, y cuando notó su mirada, su corazón también dio un salto.

    Pero este salto no fue un latido del corazón, sino un salto adormecedor en su cuero cabelludo.

    Para evitar que se repitiera lo ocurrido en el último mundo, Yue Chu cogió su teléfono y se acercó a Feng Xuan, arropándola y diciéndole suavemente: "No tengas miedo, si pasa algo por la noche, puedes despertarme".

    Feng Xuan enterró su cara bajo la manta y asintió suavemente, sin tener siquiera el valor de levantar la vista para mirar a Yue Chu.

    Yue Chu apoyó la barbilla en la mano y la miró con dulzura: "Siempre he querido tener una hermana que se portara bien, para protegerla y mimarla como un hermano mayor. Desde la primera vez que te vi, sentí que había una especie de destino maravilloso entre nosotros. Si no te importa, puedes llamarme hermano".