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     Ya casi eran las tres de la tarde. Wooyoung se preguntaba por qué Hongjoong aún no llegaba. Se supone que a esa hora un chico vendría al departamento en el que ambos vivían a buscar su billetera, la cual se le había caído cerca de la entrada del supermercado al que Hongjoong había ido un rato después de que este chico se fuera. Su mayor le contó todo; por suerte su número estaba en la billetera y logró contactarlo rápido. Se suponía que el mayor volvería pronto luego de comprar un par de cosas para entregarle la billetera al chico, pero ya comenzaba a demorarse más de lo normal.

     Justo cuando comenzó a pensar en eso, recibió una llamada de él.

     —¿Hongjoong? ¿Por qué tardas tanto?

     —Hay mucho tráfico, no creo que llegue muy pronto.

     —Oh... ¿Cuánto crees que te vas a demorar?

     —No lo sé... Dudo que sea poco, creo que esto está recién empezando.

     —Hm... Bueno, cuando llegue el chico puedo decirle que vuelva después.

     —No lo sé. ¿Qué tal si viene en bus o auto? Irse para volver de nuevo, con este tráfico, sería una pérdida de tiempo.

     —Puede ser... Bueno, yo lo puedo entretener si es que prefiere esperar aquí.

     —Ah, ¿sí?... Está bien... Pero no lo espantes —dijo lo último en tono burlesco.

     —¿Espantarlo yo? Soy un amor, qué dices —respondió con un falso tono indignado.

     —Bien, bien, como digas. No tengo idea de cuándo podré llegar así que háblale todo lo que quieras.

     —Entendido. ¿Cómo se llama?

     —Era... San, Choi San.

     —Ok. ¡Hasta luego, entonces!

     Luego de la llamada, Wooyoung sólo se quedó en el sillón de la sala esperando a que llegara ese tal San.

     El timbre sonó unos treinta minutos después. Supuso que el chico había quedado atrapado en el tráfico también, viendo que ya casi eran las cuatro de la tarde.

     Se dirigió a la puerta para abrirla. Se encontró con un pelinegro, un poco más alto que él y de apariencia bastante joven.

     —¡Hola! —dijo alegremente Wooyoung.

     —Buenos días —le respondió con una leve sonrisa quien había tocado el timbre—. ¿Tú eres Hongjoong?

     —No, yo soy su amigo. Él aún no llega porque está atrapado en el tráfico.

     —Oh, entiendo, me pasó lo mismo. Venía en bus y casi no avanzaba, así que terminé viniendo aquí caminando.

     —¿De verdad? ¿Y no estás cansado?

     —No, la verdad no.

     —Vaya... Y bueno, Hongjoong duda poder llegar pronto, así que no sé si prefieres volver después o esperar aquí, para no pasar por todo eso de nuevo.

fear | woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora