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     Wooyoung despertó igual al otro día. No estaba con el mejor de los ánimos, tampoco se sentía capaz de levantarse aún. Hongjoong trajo su desayuno a la cama y después de eso cambió su vendaje en ambas heridas, antes de volver a la cocina y lavar lo que ambos usaron para comer.

     Poco rato después de que Hongjoong acabó con eso, el timbre sonó. Fue a abrir y, esta vez, no se sorprendió al ver quién era.

     —San, hola —dijo con una leve sonrisa.

     —Hola —dijo sonriendo igualmente—... Uh... ¿Cómo está Wooyoung?

     —¿Quieres verlo?

     —Bueno, sí...

     —Bien, espera un poco.

     Hongjoong fue a la habitación de Wooyoung. Quería saber si estaba de ánimo de visitas.

     —¿Woo? —dijo luego de entrar.

     —¿Sí?

     —San vino a visitarte. ¿Estás bien con que venga o prefieres que le diga que vuelva otro día?

     Wooyoung sonrió ligeramente—. Que venga.

     —De acuerdo.

     Luego de eso Hongjoong volvió con San, y le dijo dónde se encontraba Wooyoung, a lo que San fue al lugar. Mientras eso pasaba, Wooyoung decidió sentarse en la cama. No quería que San lo viese tan mal como lo estaba.

     Cuando San entró a la habitación, cerró la puerta, y miró con una sonrisa al menor al saludarlo, quien lo miraba de la misma forma cuando saludó de vuelta. Aún así, San estaba algo preocupado por el estado en el que veía a Wooyoung. Notó que había un rollo de papel higiénico casi por acabarse en su mesa de noche, sus ojos estaban un poco hinchados. Verlo en ese estado, y no poder hacer mucho al respecto por no conocerlo lo suficiente como para preguntarle lo que estaba pasando, le estaba partiendo el alma.

     Se acercó a él y se sentó en el borde de su cama.

     —¿Cómo están tus heridas?

     —Mejor. Ya no duele mucho, y Hongjoong me ha ayudado cuando debo cambiar las vendas.

     —Qué bueno... ¿Y tú? ¿Cómo estás?

     —... Eso ya lo preguntaste...—dijo intentando desviar la última pregunta, sabiendo muy bien a lo que se refería en realidad.

     —No, te pregunté por tu herida... Ahora pregunto por ti. ¿Cómo estás?

     Wooyoung no supo bien qué decir. No podía mentirle diciéndole que estaba bien, pero tampoco quería preocuparlo demasiado diciendo que estaba mal.

     —... Podría estar mejor...—se limitó a decir.

     A San tampoco se le ocurría mucho para decir. No quería irse mucho en ese tema porque no estaba seguro de qué tan cómodo estaría Wooyoung hablando más de eso. Pero tampoco quería hacer como si nada estuviese pasando.

     Sin pensarlo mucho, se acercó más al menor y quitó el pelo que estaba sobre su frente con una mano. Luego, sobre un lugar que no cubría la venda, le dio un suave beso en su frente.

     Wooyoung no sabía cómo reaccionar. No se esperaba una reacción así. Se le revolvió el estómago completo de un momento a otro. Él amaba esa clase de besos.

     Y ese, en especial, tenía algo.

     San sonrió al ver la expresión ligeramente sorprendida del menor acompañada de un leve sonrojo en su rostro—. ¿Qué pasa? —dijo con voz dulce.

     —Oh, um... Nada, sólo... Uh... Me... Me gustan mucho los besos en la frente... Me tranquilizan...—bajó levemente la mirada, un poco avergonzado.

     San amplió su sonrisa antes de besarlo nuevamente en la misma zona.

     —Lo haré más seguido entonces —dijo luego—. Así además podría mejorar más rápido tu herida, quién sabe.

     —... En ese caso te faltaría mi mano...—dijo Wooyoung algo tímido.

     San soltó una pequeña risa—. Tienes razón.

     Luego de decir eso, tomó delicadamente la mano herida de Wooyoung y le dio un beso ahí también. Vio cómo el menor sonrió un poco más.

     —... San...—dijo poco después.

     —¿Sí?

     —... Nada, olvídalo...

     El mayor rió un poco—. ¿Qué pasa? ¿Que me quieres decir?

     —Nada, nada, no es importante... ¿Tú cómo estás?

     —Bien, bien... Oh, al fin terminé de ordenar mi departamento.

     —Ya era hora —dijo sonriendo.

     —Oye, salgo tan seguido contigo que no había tenido el tiempo.

     —Oh, y ahora tengo la culpa yo —fingió estar ofendido, provocando una pequeña risa en San.

     —... Oye, pregunta —dijo el mayor poco después—. Tú... ¿Vas seguido al parque de noche?

     —Oh... Bueno, sí, me gustaba hacerlo... Es tranquilizador.

     —Ah, ¿sí? También voy allá seguido.

     —¿De verdad? Qué raro que no nos hayamos encontrado antes, entonces.

     —Sí... Quizás sea porque estoy aquí hace poco... O quizás los días en los que hemos ido no coincidieron hasta ahora... Pero bueno, la cosa es... ¿Te parece si a partir de ahora vamos juntos?

     —... ¿De verdad?

     —Claro. Ya me gusta ir allá solo, y hacerlo junto a ti sería mucho mejor.

     El tono rojizo retornó a las mejillas de Wooyoung al escuchar eso, enterneciendo al mayor.

     —... Está bien...—dijo Wooyoung con una sonrisa.

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fear | woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora