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     Wooyoung comenzó su jueves con una sonrisa acompañando su primer pensamiento del día; después de almuerzo se juntaría con San.

     Poco después de abrir sus ojos, salió de su cama y fue al comedor del departamento. Le llamó la atención no ver a Hongjoong ahí, siendo que normalmente él siempre estaba antes.

     Decidió ver la hora. Vio en su celular que eran las seis de la mañana.

     Se sorprendió a sí mismo. Casi nunca se levantaba a esa hora, mucho menos con la facilidad con la que lo había hecho ese día.

     Luego de un par de segundos en los que procesó todo, Wooyoung comenzó a hacerse su desayuno como siempre. Cuando ya estaba terminando de comer, Hongjoong apareció. Al ver al menor, paró por unos segundos y lo miró con el ceño ligeramente fruncido.

     —¿Y tú? —le dijo al continuar caminando hacia la cocina—. ¿Hace cuánto estás ahí?

     —Desde las seis, por ahí —dijo indiferente.

     —¿Las seis?... No pasaste de largo, ¿cierto?

     —¿Tan poca fé me tienes? —se puso una mano sobre su corazón fingiendo estar dolido.

     —Es que no eres de despertar tan temprano. Además de que ni siquiera te ves con sueño.

     —La verdad tampoco sé cómo pasó... Pero aquí estoy —sonrió antes de seguir comiendo.

     Cuando Wooyoung ya había terminado de comer, decidió ir enseguida después de eso a prepararse para el día.
     Demoró bastante más en el baño. Uso más tiempo para lavarse y arreglarse el pelo. Luego se demoró un poco eligiendo lo que iba a llevar puesto, y le puso especial cuidado a la elección del perfume que usaría. Demoró casi el triple de lo normal en finalmente estar totalmente listo para salir.

     El resto del día siguió normal, hasta que llegó el almuerzo. El menor se encontraba revisando la hora a cada segundo.

     —Oye, deja de prender y apagar tu celular tan seguido. Me tienes nervioso —dijo Hongjoong de repente.

     —No quiero llegar tarde, ¿sí?

     —Y ¿por qué no te pones una alarma?

     —Las alarmas me asustan. Sólo ignorame. —Revisó la hora otra vez más.

     —Como quieras —dijo negando levemente con su cabeza y con una pequeña sonrisa.

     Wooyoung continuó así por lo que quedaba de almuerzo. Parecía casi como si estuviese programado para revisar su celular cada cierto tiempo.

     Cuando ya había acabado de comer, mientras despejaban la mesa, Wooyoung volvió a encender su celular, y esta vez sonrió al ver la hora en la pantalla.

     —¡Quedan treinta minutos ya! —exclamó emocionado. Comenzó a dirigirse a la puerta—. Ya me voy —abrió la puerta y salió del departamento—, ¡hasta luego!

     Usó un autobús para llegar al lugar en el que se juntarían a patinar. Al llegar, buscó a San con la mirada. En un principio no lo veía, hasta que poco después se dio la vuelta al escuchar la puerta de entrada abrirse. Era él.

fear | woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora