02. «Nueva Normalidad»

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En cuanto localiza su cabellera con destellos dorados entre el gentío, Valentina corre a abrazar a Aitana, quien apenas y reacciona a tiempo para soportar el peso de ambas tras la brusca colisión de sus cuerpos

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En cuanto localiza su cabellera con destellos dorados entre el gentío, Valentina corre a abrazar a Aitana, quien apenas y reacciona a tiempo para soportar el peso de ambas tras la brusca colisión de sus cuerpos.

—¡Oh, amiga! Te he extrañado tanto.

—Yo también enana.

Ambas están demasiado concentradas en su demostración de afecto como para recordar que los abrazos están prohibidos, así que uno de los maestros no tarda en hacerles un claro recordatorio:

—¡Hey! Chicas, por favor, mantened la distancia.

Valen se separa avergonzada por el regaño, en tanto la rubia rueda los ojos levemente irritada por el nuevo protocolo anticovid, cuyo cumplimiento está siedo severamente exigido en la institución escolar.

—Lamento eso.

—No te disculpes Valu, es esta estúpida pandemia que lo arruina todo.

La menor de las dos se dispone a añadir algo más al comentario de su amiga cuando un grito plagado de furia resuena a su lado y las distrae:

—¡Agh! ¡Maldita mascarilla!

—¡Brenda! —Valen contiene su efusividad para no cometer el mismo error de antes y le dedica una enorme sonrisa que la nombrada no alcanza a ver por, ya saben, la “maldita mascarilla”—.

—Hola Valentina —Brenda deja de exhalar maldiciones y saluda levemente con la mano a la pelimarrón—.

—¿Mal día, Brendita? —Aitana interviene en el cordial intercambio con una expresión socarrona mientras “Brendita” se remite a reprimir la palabra obsena que acaba de pasar por su cabeza para referirse a Aitana, a quien jamás ha soportado y con quien solamente tiene trato debido a Valu—.

—Acabás de descubrir América, ¿lo sabés linda? —A pesar de sus esfuerzos, a la pelirroja le es inevitable derramar un poco de ese sarcasmo suyo del que rara vez se desprende—.

—¿Que soy linda? ¿La verdad? Sí, lo sabía, siempre lo he sabido. Aunque algunos prefieren llamarme hermosa, pero sí, supongo que también soy linda, aunque no me haga justicia —La rubia enfrenta la mirada fulminante de Brenda con burla—. Y respecto a lo de tu mal día, dejame decirte, que yo estaba igual hasta hace un minuto aunque, ya ves, recién está mejorando —Aitana le regala un guiño que pone rabiosa a la destinataria de su ataque—.

Valentina pone una mano en su cara por la familiaridad de la pelea, tenía la esperanza de que con la cuarentena la relación entre sus mejores amigas progresara en un sentido positivo, aunque parece que ese es un milagro que ni varios meses de aislamiento pueden lograr.

Al principio, sus ataques verbales, que a pesar de contener fuertes ofensas y/o amenazas nunca escalaban al punto de convertirse en conflitos de cuestión física, la intimidaban muchísimo. Sin embargo, con el paso del tiempo empezó a aceptar la tensa situación entre ambas e incluso lograba encontrar graciosas las ocurrencas y marañas a las que recurrían con tal de insultar a la otra.

Secuelas de cuarentena #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora