Favor | XiaoEther/AeXiao

tres

Desde el balcón más alto de la Posada Wangshu era donde podía observar todo el camino principal junto con la Llanura Guili, es por eso que la había elegido como una zona estratégica para realizar mi trabajo de proteger Liyue.

Los dueños eran amables, no se negaron a mi estadía, y muchas veces suelen dejarme platos de comida; aunque ahora solamente son platos de tofu de almendras, ya que rechazaba los demás. A manera de intercambio protejo su posada, que, al estar en el camino principal por el cual pasan civiles y mercantes, es una zona muy atacada.

A pesar de que ahora mantengo una vida rutinaria, antes las cosas eran muy distintas. Pasar cientos de años cometiendo atrocidades bajo las órdenes de alguien más hace que se me dificulte ser libre.
He de admitir que el tofu tiene un sabor más suave que la nieve, si he de elegir.

Al estar alerta, logré darme cuenta de inmediato que comenzó a formarse un grupo de monstruos, los cuales marchaban de forma dispareja en el camino principal. Había que detenerlos rápido.

Sabía que mi trabajo aumentaba cuando el rito de la Linterna llegaba. Representaba una erupción de los espíritus de los arcontes anteriormente derrotados buscando venganza, ya que los arcontes son inmortales y es mi deber luchar contra esa erupción.

Los alcancé rápido antes de que avancen mucho más, colocándome frente a ellos. Hilichurls con escudos y ballestas, Mitachurls con grandes hachas y escudos, y Samachurls de distintos elementos. Notaba que algo en ellos estaba mal, definitivamente era raro ver a un grupo tan enorme de monstruos, y también noté que comenzaron a ponerse más violentos de lo normal.

No tardaron en abalanzarse sobre mí, aunque logré esquivarlos. Pero los Mitachurls eran más rápidos de lo normal, y casi no logré esquivar un golpe con hacha de uno de ellos. Eso dejó una cicatriz en mi brazo derecho.

Entonces, mientras seguían atacando cada vez más rápido y con más violencia, comprendí lo que estaba mal en este grupo de monstruos: alguien definitivamente estaba alterando su energía oscura para volverlos así. Estaba seguro que esto tenía que ver con el Rito de la Linterna, alguien que había entrado desde afuera con malas intenciones. La energía oscura del remordimiento de los arcontes caídos era alta en esta época, pero las batallas no solían ser arduas y no tardaba mucho tiempo en acabar con ellas.

Pude ver como varios Hilichurls se desmayaron, sin siquiera haber peleado con ellos, de cansancio. Esto termino por convenverme de mi teoría formada. Mis movimientos se dificultaban por los Samachurl Anemo y su manera de hacer remolinos de viento sin parar, y ya había recibido varios golpes de los Hilichurls y Mitachurls.
No quería llegar hasta este punto, pero parece que no me quedaba de otra opción que incrementar mi poder.

Solo usaba esta forma al cazar demonios, lo que me valió mi nombre de adeptus, a la vez que ocupo la máscara de vigilante Yaksha, también aumenta mi poder, pero a la vez me destruye por dentro lo cual es el precio a pagar.
No hago uso de esto con simples monstruos, pero definitivamente había algo fuera de lugar.

Me valió unos simples movimientos de lanza para acabar con ellos, los cuales al morir parecían despedir toda la oscuridad que se les suministró, la cuál se iba con el aire.
Al morir, ellos también se esfumaron, pero noté que algo quedó en el suelo, seguramente porque algún monstruo lo llevaba consigo.

Me acerqué, y lo que ví solo me enfadó más: una insignia Fatui. La levanté, quería destruirla pero solo la guardé porque necesitaba tener en claro mi objetivo.

Al salir del azote de todos los males, pude sentir el dolor que dejó esa batalla. Al igual que los monstruos que derroté, pero de forma natural, mi composición era de oscuridad producto de la corrupción que contamina mi alma, por lo tanto mis heridas dolían más y emanaban una sustancia oscura, debido a la deuda kármica por actos anteriormente cometidos. Esto me recordaba a las veces que luché contra demonios, que eran las veces donde necesitaba manipular mi poder.
Este sentimiento se podía ir en poco tiempo, pero si no detenía a los monstruos las consecuencias podrían ser permanentes.