Favor | XiaoEther/AeXiao

dos

—Apunta con firmeza— ordené.

Ella lo hizo, pero a la vez tensó sus hombros, y sus manos comenzaban a temblar, haciendo que la flecha perdiera estabilidad.

—Suficiente— volví a ordenar, a la vez que me calmaba con un suspiro.

—Lo siento...— dijo Ganyu con voz baja.

—No, está bien. Puedes tomarte un descanso por hoy— dije, dispuesto a irme, pero ella se interpuso en mi camino.

—¡Lo siento!— exclamó, incluso con temor— ¡Necesito dominar mi técnica! No podemos terminar aún.

—No podrás dominar tu técnica con esos hábitos mortales que adquiriste.

—Yo... no lo comprendo. ¿Qué hábitos?

—Eres descuidada, con tu postura, tu guardia, tu firmeza. Aún así tiendes a preocuparte demasiado, y no llegas a ningún lado.

—Lo siento, de verdad.

—No me debes ninguna disculpa, yo sólo estoy entrenándote, lo único que importa aquí eres tú y tu percepción de ti misma— con cada palabra que decía, ella parecía encogerse más y más, así que volví a suspirar—... Vamos, apunta.

Ella levantó la cabeza, sonrió y volvió a apuntar a los jarrones que había colocado sobre pequeñas colinas. Las montañas de Nantianmen eran un buen lugar para que ella alcance un buen potencial con el arco.

Volvió a tensarse, entonces volví a interrumpir.

—Ganyu, yo no estoy contigo — ella parecía confundida—. Sólo estás tú, y la única que puede disparar esa flecha eres tú. No tienes razón para no estar relajada, recuerda los anteriores entrenamientos.

Pareció entrar en razón cuando cerró los ojos y respiró muy profundo, eso antes de lanzar la flecha la cual viajó varios metros hasta dar directamente en el centro del jarrón, el cuál se rompió en muchos pedazos.

Una sonrisa atacó su rostro, y realmente me preguntaba como podía emocionarse por algo así. Al analizar la situación, tardé en darme cuenta de que yo también estaba sonriendo, así que dejé de hacerlo tan pronto como pude.

—¿Cómo lo hice?— me miró, con una gran sonrisa.

—La única validación que necesitas es la tuya, Ganyu.

—¡M-Muchas gracias!— hizo una pequeña reverencia.

—No me debes gratitud— ella parecía cansarse de que la corrija—. Debo irme ahora, y tú debes descansar.

Ella parecía querer decir algo más, pero quizás otra vez por miedo a equivocarse no lo dijo, y simplemente partió en su regreso.

Realmente admiro a Ganyu. A pesar del largo tiempo que llevamos en este mundo, logró adaptarse a las tradiciones modernas sin abandonar sus raíces, y pasa la mayoría del tiempo rodeada de los ciudadanos de Liyue, ayudándolos de forma muy cercana y constante.

Es verdad que la realidad es distinta, pero yo no parezco pertenecer en esos entornos, y no pienso que pueda adaptarme fácilmente. Aunque a veces los pensamientos parecen ganarme, y me pregunto cómo sería mi vida si las cosas fueran diferentes.

~

—¡No es posible que no tengamos una idea aún!— exclamó Paimon.

Estábamos cansados, no solo de explorar cada librería de Liyue y en el camino haber sido atacados por personas que necesitaban favores como limpiar las hojas desparramadas en su jardín, sino de pensar por varios días qué podíamos darle a Xiao.