cinco

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Ya me había encontrado con tres grupos más de monstruos corrompidos. Mi cuerpo estaba sufriendo las consecuencias de las batallas, necesitaba sentarme para poder recuperar las fuerzas.

Debía regresar. Me encontraba cerca de la puerta de piedra, en la zona de la colina Wuwang, casi fuera de mi zona de guardia. Estaba por levantarme para volver, cuando escucho pasos ligeros acercarse. Me volteo, ya dispuesto a atacar, pero me sorprendió su voz.

—¡G-Gah! ¿¡Adeptus Xiao!?— era el joven Chongyun, completamente aterrado.

Al verlo, aparté mi lanza. Estaba en un mal estado, así que comprendía su reacción.

—¡Lo siento!— hizo una gran reverencia— Sentí una oleada de energía oscura, así que pensé que podría ser un espíritu maligno... ¡No que usted lo sea! Es solo que...

—No te preocupes, joven Chongyun— lo corté antes de que siguiera disculpándose—. Es normal que percibas energía oscura, pero no solo es la mía, así que ten cuidado.

—¿Cómo? ¿Quiere decir que sí hay espíritus rondando?

—Almas corruptas por la oscuridad, algo mucho más peligroso que los espíritus. Trata de no andar solo por estos lugares.

—Yo... Y-yo...— comenzó a trabarse mucho, cuando lo ví estaba completamente rojo, hiperventilando, y buscando desesperadamente dentro de su mochila.

—¿Estás bien?

—S-si, solo... solo necesito...— de su mochila, sacó lo que parecía ser un helado. Al probarlo, eso pareció calmarlo— No puedo controlar muy bien mi energía si siento emociones fuertes... lo siento.

Sabía de ese hecho. El joven Chongyun cargaba con lo que se conoce como positividad congénita, una condición la cuál no pudo elegir y lamentablemente debe padecer.
En mi caso es distinto, mi condición responde a lo sucedido en el pasado, y la oscuridad que me rodea es algo que yo mismo generé y elegí generar.

—De todas formas, debo irme— dije, apenas ví que pudo volver a la normalidad.

—¿Usted está bien?— preguntó apresurado— Está muy herido, y no es normal emanar tanta energía oscura.

—No te preocupes...— dije, levantándome por completo esta vez, tratando de no mostrar mi debilidad— Es por eso que debes volver a un lugar seguro. Ahora si me disculpas...

Me fuí, sin querer escuchar más preocupaciones de los demás, en el centro del pantano Dihua. Ahí, cerca de una de las grandes piedras y al ver que no había nadie cerca, me tomé un momento para dejarme caer en el suelo y descansar.

Trataba con ayuda de mis manos sobre mi rostro lograr mantener los ojos abiertos a la vez que limpiar la sangre. No podía sucumbir a la corrupción, no de esta manera, y no en este momento.
Mi visión se nublaba de recuerdos que prefería olvidar, gracias a la deuda kármica. Momentos de esclavitud, de muerte, y sobretodo de dolor.

Tuve que comenzar a luchar con mi propia mente, recordar cosas que, aunque prefería negarlo, hacían que el peso se liberara.

Recordé el momento que recibí mi nombre, donde decidí que comenzaba mi vida desde cero. Las risas de mis cuatro compañeros, las cuales están grabadas en mi memoria. Una dulce melodía de flauta que siempre deseo volver a escuchar una vez más. Y por último unos largos cabellos rubios, con una suave voz que me relata aventuras vividas en diferentes lugares, o cómo cocinar el plato favorito de alguien, o cómo relacionarse con las personas en Liyue.

Los demás recuerdos solo quedarán en eso, meros recuerdos que quizás desaparezcan antes de que yo lo haga. Pero la última imagen es algo que puedo volver a vivir, es mi presente, y de alguna razón me mantiene cuerdo el pensar que pueda ser mi futuro, aunque es una simple fantasía en la cual no debo gastar tiempo.

De repente todos los recuerdos malos se fueron, solo quedaba el ardor de las heridas y un solo nombre en mi mente.

Aether.

Quería tenerlo cerca, y jamás dejar de verlo, pero a la vez no puedo mantenerlo en un mismo lugar sin continuar con su objetivo, y de poder hacerlo sólo terminaría lastimándolo.
La gente tiene razón en temerme, todos los que alguna vez fueron mis compañeros ya no se encuentran en este mundo, y estoy condenado a rodearme de oscuridad por lo que resta de mi existencia.

Él... él es luz, y yo no puedo apagarlo.

Por más que pierda mi esperanza, sé que mientras él esté tengo motivos para no sucumbir y seguir haciendo mi trabajo hasta el final. No puedo dejar que las luces dejen de brillar.

Entonces, al terminar de estabilizar mi mente, y a pesar del dolor que conllevaba, volví a ponerme de pie para seguir vigilando el lugar, dispuesto a batallar con cualquier grupo de monstruos que siga tratando de interrumpir en el camino.

Era difícil poder ver todo desde una altura tan baja, pero no había muchas montañas al ser una llanura, y no podía volver a la posada de nuevo.

Busqué en mi bolsillo, aunque dije que no las necesitaba aún guardaba las medicinas que el señor Zhongli pudo conseguir. De alguna forma, supuse que en algún momento esto pasaría. Saqué algunas de la pequeña bolsa, y las tragué sin pensarlo mucho para continuar.

~

La noche caía, pero la ciudad en Liyue estaba llena de movimiento. Gente decorando o transportando elementos tradicionales, e incluso visitantes desembarcando y abarrotando las tiendas.

Se nos ocurrió venir a visitar a Ningguang, y si era posible ayudar a Ganyu o Keching.
La cámara de Jade era un lugar impresionante mientras más tiempo estabas arriba, podías ver hasta las luces más lejanas.

Ningguang estaba conversando con algunas personas, parecía dar órdenes a diestra y siniestra. Apenas llegamos, los trabajadores partieron a cumplir su labor.

—Viajero, Paimon, que alegría verlos de nuevo— saludó amablemente.

—¡Hola Ningguang! Queríamos pasar a saludar y ver si necesitaban algún tipo de ayuda— dijo Paimon—. ¡Nos tomó por sorpresa que el Rito de la Linterna sea tan pronto! el anterior pareció ser hace muy poco tiempo.

—A mí también me pareció de esa manera— soltó una pequeña risa—. Pero no tienen de qué preocuparse, todos los preparativos están hechos y el evento va sobre ruedas.

—Ohh, llegamos muy tarde— dije, con pena.

—Haz hecho demasiado por nosotros, viajero, puedes tomarte un descanso esta vez— me alivió escuchar las palabras de Ningguang—. Oí que buscaban información sobre Sumeru, supongo que será su siguiente parada.

—¡Todo apunta a que eso sucederá!— afirmó Paimon.

—Puedo ayudarlos con eso— dijo, y nuestras sonrisas se ampliaron—. Tengo un grupo de mercantes que regresarán a Sumeru luego del festejo, en poco menos de dos días. Tienen suficiente comida y medios de transporte para llegar a la ciudad principal, tratándose de alguien como ustedes no creo que tengan problema en hacer un espacio. ¿Qué piensan?

—¡Me parece increíble!— exclamé, viendo que el camino comenzaba a facilitarse.

—Entonces está hecho, se los comunicaré en cuanto pueda— asintió, y parecía volver a su trabajo—. Pueden encontrarse con ellos en el puente saliendo de la ciudad apenas termine el evento. Si me disculpan, debo seguir encargándome de los detalles finales, siéntanse cómodos de disfrutar el evento.

Nos despedimos y ella continuó hablando con personas encargadas.

—¿Podremos encontrar a Xiao antes del evento?— preguntó Paimon.

—No lo sé...— admití con pena.

Realmente era más fácil llegar a Sumeru que volver a hablar con él, así que iba a ser muy complicado.

—¿Estás seguro que no quieres llamarlo?

—No lo haré, será mejor que no insistas en eso— reí.

—¡Es tan estresante! Ojalá lo encontremos muy pronto.

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Favor | XiaoEther/AeXiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora