Favor | XiaoEther/AeXiao

ocho

Abrí mis ojos, y logré sentarme rápidamente. Estaba en una cama, específicamente en una habitación de la posada Wangshu. Ví mi cuerpo, estaba completamente lleno de heridas, algunas ya comenzaban a cerrar.

—Ya despertaste— habló una voz a mi lado.

Volteé para ver a Zhongli, quien parecía haber estado sentado al lado de la cama en una silla, disfrutando de un té.

—Insistieron en vendarte y darte medicamentos, pero sé que solo bastará con un día de descanso para que vuelvas a recuperar tu estado— se levantó de su silla, dejo su taza en la pequeña mesa al lado de la cama—. Ahora que despertaste, debo volver a mi deber en la ciudad de Liyue.

—Espera— dije, antes de que saliera por la puerta.

—¿Qué sucede?

—Usted sabía que esto iba a pasar— no servía de nada preguntar, estaba seguro de ello, tanto como para afirmarlo.

Nunca había sentido algo más que respeto y admiración hacia Morax, luego hacia el señor Zhongli. Jamás dudé de sus decisiones, y siempre comprendí que lo que él decidiera siempre sería el camino correcto.
Por alguna razón, mi juicio hacia él pareció desviarse por momentos, pero nunca caí en el resentimiento. De sucederme algo malo, siempre será porque es lo que merezco, y Zhongli sabe lo que merezco.

—Lo sabía, Xiao.

—¿Por qué no lo detuvo?

—Lo hice, y fue gracias a Nobile. Si fuera por algún otro Fatui, en este momento estarían experimentando contigo, o quizás ya no serías parte de este mundo. Por cuenta propia, él prometió no asesinarte, a pesar de lo que eso conllevaba.

No sabía qué pensar, quizás por haber salido recientemente de la inconsciencia.

—Este asunto fue entre él y yo— aseguró, ya frente a la puerta de salida—. Estás en tu derecho de enojarte con él, no creo que Nobile pueda negarse a pelear de nuevo en un futuro.

No comprendía su forma de hacer las cosas, pero cualquier plan que corría por mi mente tenía unas consecuencias mucho peores que esta. Una vez más me encontraba debiéndole la vida.

—No te preocupes por el trabajo del día de hoy... y quizás por el resto de tu vida— dijo, esto me confundió un poco—. Sé que estás lleno de trabajo en estas fechas, sobretodo por lo que implica proteger Liyue de la corrupción. Pero ahora, por más que busques a las almas de enemigos antiguos derrotados y buscando venganza, no lo encontrarás.

—No lo entiendo, señor Zhongli...

—El último contrato que he acordado vino con estas condiciones, la razón por la cual continúo con una vida mortal es la razón por la cuál tu trabajo disminuirá. Todos los contratos que he hecho lograron cumplir hasta los más mínimos detalles, ya que nadie quiere enfrentarse a las consecuencias de romperlo.

Por más que estaba visiblemente confundido, creía comprender lo que decía, parecía imposible que haya revelado uno de sus contratos. Aunque no me convencía de que las almas de los arcontes, derrotados en la guerra de los arcontes, habían desaparecido por completo. Solo me quedaba confirmarlo por mi cuenta.

Y ahora le debía mucho más que la vida, era el ser que logró liberarme de todas mis aflicciones.
Comprendía también que no podía descuidar al último Yaksha con vida, y en devolución jamás fallaría en proteger Liyue, ya que no me lo permitiría. Pero cuando mis fuerzas parecían desaparecer, siempre algo parecía levantarme, y por eso el señor Zhongli junto con la totalidad de Los Siete tienen mi absoluta devoción.

—El viajero ya tiene conocimiento de toda la situación, él pudo traerte hasta aquí. Mi idea era hacerlo yo mismo, pero corría el riesgo de ser visto por los civiles sin ser afectado por el karma negativo.