"Cuando nos advirtieron de la agente me imagine a una mujer musculosa, alta y tatuada hasta la nuca. Pero llegaste tu"
"Espero no haberte decepcionado"
"Todo lo contrario preciosa"
Al parecer cometí un error en algún momento, por que ahora tenía a uno de los hombres mas peligrosos de Japón frente a mi.
El mismísimo...
"Mikey..."
"Nunca te dije mi nombre Sayuri" Su voz era como una fría brisa invierno, su postura era calmada y sus ojos me veían como si rebuscaran en mi alma.
Al menos tiene el nombre equivocado...
Pensé mientras mi cabeza seguía tratando de analizar todo esto.
"¿Sin palabras?" Habló casi con superioridad, aunque su rostro no abandono esa expresión tan calmada.
"No esperaba verte, mucho menos que fueras tu al otro lado del teléfono" Mencioné notando un auto estacionarse en la calle a mis espaldas ¿un secuestro?
"Sube" Dijo pasando a mi lado, escuché un segundo par de pasos a mi espalda, asi que supuse alguien bajo para abrirle la puerta. Un chófer de seguro.
Manjiro camino a mi lado sin pronunciar alguna otra palabra y subió al auto.
¿Debería...?
Encendí con discreción mi teléfono y comencé a grabar la conversación.
"Y bueno, como estas?" Pregunte intentando aligerar el tenso ambiente del auto, se lo estúpida que suena la pregunta en esta situación, pero estaba incomoda, incluso había una división entre el conductor y nosotros.
"Ese hombre... ¿Te hizo algo?" Sigo odiando que respondan una pregunta con otra, pero que puedo hacer en esta situación.
"Intentó asaltarme" Mentí queriendo evitar el tema, lo que menos necesitaba ahora es que preguntara.
"¿Como sabes mi nombre? Tengo curiosidad desde el cementerio" Cuestionó aun con esa mirada tan fija.
"Oh, eso... Lo escuché en las noticias, no mostraba tu rostro pero si el pequeño tatuaje en tu nuca y lo asocie cuando te vi, por cierto, lindo tatuaje ¿Significa algo?" Sonreí con amabilidad mientras controlaba mis pensamientos, no podía dejarme llevar y necesitaba el control de la conversación.
"Ya veo... ¿Sabes quien soy?" Joder que lindo se siente ser ignorada.
"La verdad no puse mucha atención, solo recordé tu tatuaje y nombre cuando te vi" Volví a mentir. Inspeccione su atuendo, unos jeans y una camisa negra. Pero lo que llamó mi atención fue un destello asomándose en su pantalón. Trae un arma. "¿A donde me llevas?" Pregunte mas tranquila pensando en múltiples maneras de manejar la situación si sacaba el arma.
"Te llevo a tu casa"
Mierda
Mierda
Mierda
MIERDA
Ya sabe donde vivo y tiene mi número, solo le falta averiguar que el puto nombre es falso.
"No quisieras causarte alguna molestia, puedes dejarme por aquí. Seguro tienes una vida ocupada"
"No es molestia, nos veremos mas de ahora en adelante"
(OMNISCIENTE)
Un almacén abandonado normalmente estaría en silencio, bueno... Este no es el caso.
"Danos el nombre" Volvió a ordenar el mayor de los hermanos con cabellos lila.
"¡En tu maldita vida!" Gritó determinado a mantener el secreto, ni sabía por qué, pero algo en el no quería que nadie mas tuviera una excusa para acercarse.
Rindou miro por el rabillo del ojo a su hermano notando la sonrisa en este, lo que en estos casos era una señal para que continuará su trabajo. El menos volvió a golpear a puño cerrado el rostro del peli rosa.
Las drogas en su sangre eran tantas que lograban anular casi en su totalidad el dolor que sentía, eso y su estado mental.
"¿Por qué no nos dices su nombre? Vamos hombre, comparte" Las palabras de Ran volvieron a llegar a los oídos de Sanzu, aunque para este punto estaba tan drogado que las mismas palabras se revolvían en su cabeza.
Puede que sean "compañeros de trabajo", pero esta no era la primer paliza que se daban entre si.
Haruchiyo reía con fuerza mientras imaginaba lo que haría esta noche.
"Esta mas que claro que el desquiciado este no nos dirá su nombre, tampoco podemos matarlo a golpes. Esto se volvió una pérdida de tiempo" La voz de la razón, Hajime Kokonoi se levantó de su asiento y camino hasta la silla de metal en la que se encontraba Sanzu atado con unas cuerdas. La humedad del almacén sin duda le molestaba, quería salir de ahi, y en vista de que el peli rosa no tenia intención de hablar, no tenía nada mas por que quedarse. "Me largo"
"Kokonoi tiene razón, llevamos toda la tarde aquí" Mascullo Rindou mirando el labio partido y la mejilla herida de Sanzu. "No creo que hable"
"Sanzu, ¿Por qué no nos dices su nombre? Sabemos perfectamente que lo sabes, no entiendo como lo conseguiste pero tu tienes la información. Y yo quiero su nombre" Ran tiró de los rosados cabellos de Haruchiyo para que levantará la mirada.
"Pregúntenle al duendecito atrás de ustedes, es sabe" Sus palabras no eran mas que balbuceos para este punto. Rindou suspiró con pesadez sacando una navaja de su bolsillo y rompió las cuerdas que retenían al peli rosa dejándolo caer al frio y húmedo suelo.
"Vámonos" Ran dejó una pequeña botella de agua a los pies de Sanzu para luego salir del almacén acompañado de su hermano.
El frio y obscuro almacén por fin volvió a permanecer en silencio una vez que el auto de los hermanos se alejó de la ubicación.
Muchas cosas pasaban por la mente de Sanzu, y ninguna era un duendecito.
"Que pesados son los Haitani carajo" Tomó la botella de agua y la echó toda sobre su rostro lavando la sangre de sus heridas sintiendo un golpe frio que lo trajo de vuelta al ahora, haciendo que sus pensamientos por fin se detuvieran y lograra concentrarse en una sola cosa.
"Voy en camino linda"
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