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Habían pasado horas lo que parecía ser un infierno.  Resopló pasando sus manos por su cabellera suelta al mismo tiempo que se ponía de pie y caminaba hasta la salida. No sabía cuanto tiempo había pasado hasta que se encontró a Taeyong apoyado en un árbol con una hoja en manos y un cigarro en la otra.

Huiyin intentó pasarle de largo. Quería evadirlo a toda costa, a él y a toda persona que amenazara con causarle un sinfín de problemas. Solo quería largarse a casa y no enfrentarse al asqueroso mundo que había allí afuera. Pero Taeyong impidió que ella pudiera seguir avanzando al tomar su brazo con fuerza y arrastrarla de nuevo hacia dentro del edificio.

Un gesto de seriedad se abismaba en su rostro. La chica intentó zafarse de su agarre pero fue Taeyong quien decidió soltarla. ㅡ ¿Qué quieres? ㅡ Preguntó con molestia.

Una sonrisa vacía creció en el rostro de Taeyong al mismo tiempo que lanzaba la colilla del cigarro al suelo. ㅡ Aquí está tu formulario.ㅡ Le extendió una hoja de papel con su nombre escrito. ㅡ Me pediste que te cambiara de sección. Soy un hombre de palabra.

Ni siquiera aquel tono de voz tan tranquilo que empleaba Taeyong al hablar lograba reducir sus nervios. ¿Porqué desde esta mañana se sentía tan incómoda? Como un malestar creciente en la boca de su estómago. Huiyin ni siquiera podía ver el lado bueno de aquella situación. Taeyong no era el tipo de chico con el que podías formar una amistad ni tampoco tenerlo de enemigo porque no sabías con cuál iría peor.

ㅡ Gracias. ㅡ Contestó. ㅡ Pero ya no lo necesito.

Huiyin pudo notar como las cejas de Taeyong se fruncian creando un gesto de confusión e ironía en su rostro. Él se acercó más a ella intentando intimidarla.

ㅡ Eso ya no es mi problema, dulzura.

ㅡ Solo olvida el favor que te he pedido. No te debo nada.

El chico frente a ella soltó una risa seca mostrando sus dientes. Como si lo que ella acabara de decir hubiese sido una total estupidez. Y es que lo era.

ㅡ Detesto a las personas indecisas. ㅡ Escupió con molestia. Se alejó de ella para agarrar la mochila que colgaba de sus hombros y se dispuso a buscar algo en ella muy concentrado. Huiyin sintió los nervios de punta, entre los pasillos no merodeaba nadie, únicamente ellos dos.

ㅡ No soy indecisa. Solo cambié de opinión porque no quiero deberte nada, ¿Captas? ㅡ Hizo un gesto con sus dedos, puyando su sien con su índice.

Taeyong resopló apretando sus labios. Se encogió de hombros. ㅡ La primera palabra es la que cuenta. ㅡ Al instante sacó de su mochila una caja, forrada con cinta adhesiva. No se veía tan grande, ni muy pesada. ㅡ Lo siento, Meng. Favor se paga con favor.

¿Porqué la llamaban por su apellido? Huiyin comenzaba a frustrarse. Sin darse cuenta, Taeyong dejó la caja en sus manos y le dio una palmada en el hombro.

ㅡ Deberías saber las reglas. ㅡ Avanzó con un pie para irse de aquel lugar, pero Huiyin se lo impidió.

ㅡ ¿Qué se supone que haré con esto? Ni siquiera sé que hay dentro. 

Taeyong sacó un paquete de cigarros de su chaqueta de cuero y se dispuso a encender uno. Cuando el humo pegó en el rostro de Huiyin, relamió sus labios.  ㅡ Lo que hay adentro no te interesa. Solo escondelo en un lugar donde nadie lo pueda encontrar. Cuando lo necesite, me lo devuelves. ㅡ Le guiñó un ojo antes de irse.

¿Porqué Taeyong le pediría eso? No era cosa del otro mundo. Huiyin sabía guardar cosas a la perfección y tampoco era una tarea muy difícil.

ㅡ Ah. Y otra cosa. ㅡ Dijo antes de cruzar la salida del edificio. Incluso tuvo que alzar un poco la voz para que Huiyin pudiera escuchar. ㅡ Si alguien te pregunta, tú no sabes nada.

the blue scorpion ── jaehyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora