Días no tan buenos

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Decir que estás última semanas conviviendo con Naruto y Kakashi no habían sido las mejores de su vida estaría mintiendo por completo; ver la sonrisa del pollito al dejarlo en su escuela valía oro, y que decir de despertar al lado de Kakashi, simplemente la vista era maravillosa. Claro que esa vez hicieron todo lo que estaba en sus más profundas y hermosas fantasías, se sentía como un sueño del cual temía despertar, no quería perder todo eso, no estaba dispuesto a ello. Pero claro, no todo podía ser perfecto, incluso en lo rosa había matices negros.

¿Por qué el jodido padre de Naruto tenía que regresar? ¿Por qué tenía que arruinar todo lo que ya estaba bien sin la necesidad de él? Le enojaba y le aterrorizaba este asunto en partes iguales, temía que cuando se reuniera con Kakashi y Naruto estos simplemente correrían a sus brazos, la paranoia lo estaba consumiendo de forma inmediata.

Sabía que ese día estaba mal, desde que se levantó y no vio a Kakashi al lado suyo algo le dio mala espina, peor fue ver a Naruto en la habitación llorando.

¿Que diablos estaba pasando?

—Pollito ¿Que sucede? ¿Dónde está mamá? —Naruto sólo se arrojó a sus brazos de forma repentina. —Naruto, necesito que me digas que está pasando

El pequeño rubio sólo dejó ver sus ojitos lagrimosos mientras que con su mano intentaba secarselos.

—Es mami — sollozó — está discutiendo con un hombre extraño afuera y me envió aquí — hipo

Obito fruncio el ceño, intentando guardar la calma para no asustar más al niño que sólo temblaba.

—Iré a revisar que sucede, pero necesito que te quedes aquí tranquilito, yo lo solucionare —seco con suavidad las lágrimas que estaban en las mejillas del rubio—¿Confías en mi?

Naruto asintió, dejándolo un poco más calmado.

Al salir al pasillo pudo escuchar los gritos que provenían de la sala, quería intervenir, pero estaba claro que él no tenía vela en este entierro. Por más que quería a Kakashi y a Naruto, si ellos decidían irse no podría detenerlos.

—Es mi hijo Kakashi, quiero recuperar el tiempo perdido, ¿ese hombre no conoce el descaro? Porque tendría que estar criando a mi hijo — reprochó.

Obito jadeó, sabía que se refería a él.

—¿¡Con que maldito derecho dices que quieres recuperar a tu hijo!? — bramó exaltado—Hablas de descaro ¿Tú te atreves a hablar de descaro Minato? — escupió.

Obito se estremeció al escuchar al peliplata de esa forma, nunca pensó que Kakashi podría enojarse tanto a un punto casi colérico.

—Cometí un error ¿Si? Estoy intentando recuperar a mi familia.

Kakashi rió cansino.

—¿Tú familia dices? —su voz se quebró ante eso —¿Te refieres a la familia que un día abandonaste? ¿De eso hablas Minato? — cuestionó — Naruto sólo tenía siete meses y yo veinte uno, había abandonado la universidad para dedicarme a ti, a mi casa. Para verme lindo cuando me llevabas a tus reuniones de trabajo — sollozó —¿sabes lo díficil que fue verme sólo con un bebé sin siquiera yo saber más que lo básico?

—Kakashi ya cambié

Kakashi rió mientras aún sus lágrimas cubrían sus mejillas.

—Se te hace tan fácil decir que cambiaste, cuando tú no llevabas a Naruto al hospital cuando estaba enfermo, cuando tú no fuiste a sus reuniones de la escuela o siquiera formaste parte de uno de sus cumpleaños — reprochó —¿Sabes cuántas veces deje yo de comer para pagar la colegiatura y que él tuviera todo lo que necesitaba? ¡NO LO SABES! no lo sabes porque sólo te fuiste y nos abandonaste

Sus piernas flaquearon y cayó al suelo, aún mantenía sus ojos cubiertos en lágrimas debido al enojó y la rabia.

—Solo nos desechaste cómo si fuéramos basura

—Kakashi ¡Te dije que ya cambié! Sólo dame una oportunidad para que lo compruebes

Minato camino hacia el peliplata, pero Obito salió de dónde estaba escondido, atrayendo el cuerpo de Kakashi al suyo.

—No te atrevas a tocarlo — bramó.— Sólo justificas todas tus acciones diciendo que cambiaste, pero en esa habitación — señaló por el pasillo —Hay un niño llorando que no entiende porque su madre está aquí tan alterado, está asustado

Kakashi se estremeció, no quería que Naruto escuchará nada de eso, no quería involucrar a su niño en sus errores.

—¿A ese niño como le dices que eres el padre que lo abandonó por ocho años de su vida? —su mirada fue de reproche —¿Como le explicas que preferiste una aventura antes que a él y a su madre?

Minato fruncio el ceño y apretó los puños.

—Esto es un problema familiar que sólo nos incumbe a mi esposo y a mi

Obito rió sin un atisbo de humor.

—¿Podrías ver esos ojos llorosos y explicarle porqué los abandonaste? Porque yo no — abrazo más fuerte al peliplata —yo no podría abandonar a un niño tan inteligente y creativo, que me cuenta chistes horribles pero la expresión de su rostro al ver que me rió vale toda la pena —su corazón se estrujó —el pollito me enseñó a ser mejor persona, cuando siempre está allí al recibirme del trabajo interesado en mi día sin entender nada de lo que le cuento, pero aún así sigue preguntándome diariamente. Ese niño es más mío que tuyo, tú no tienes derecho a quitarme el lugar que me estoy ganando a pulso —el dolor y la rabia relucio en sus ojos.

Minato sonrió soberbio.

—Bravo ¿Quieres que aplauda tu discurso del por qué quieres estar en un puesto que no es tuyo?

Obito iba a replicar cuando Kakashi lo hizo por él.

—Vete de mi casa —ni siquiera se digno a mirarlo— recibirás la carta de mi abogado.

Tan solo se escuchó el estruendo de la puerta, el rubio salió hecho una furia del departamento del peliplata.

—Mami

Kakashi palideció al ver a su pequeño niño parado en la sala, ni siquiera tuvo tiempo que sus piernas reaccionaron por si solas, revisando cada parte del cuerpo de su hijo. Se sintió el peor ser del mundo al ver su naricita roja y sus ojos llorosos, todo esto era su culpa.

—Lo siento tanto, mami realmente lo siente —le fue imposible no llorar.

Naruto sólo se lanzó a sus brazos, abrazándolo con toda la fuerza que su cuerpo podría tener.

—No lo sientas, yo te amo mucho y no estoy enojado

Kakashi sollozó, sólo necesitaba a su pedacito de sol para estar bien.

—Pero mamá, no quiero a ese hombre como papá, prefiero a Obito —Dijo separándose de su madre observando sus ojos grises.

Obito lloró, lloró como nunca pensó que lo haría, su mayor miedo hasta ahora se estaba disipando frente a sus ojos. También se acercó hasta sus chicos favoritos, y a ambos los acogió en un abrazo.

—Yo también quiero que seas mi hijo

El capítulo se resume en lloros

El capítulo se resume en lloros

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Naruto al cuidado de Kakashi |Obikaka|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora