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Al fin, llegó el momento. Tenía el coche de Elizabeth delante. Y a ella mirándome con cara de pocos amigos. No quería entrar ahí pero era consciente de que no me quedaba otra opción.
Me dirigí hacía los asientos de atrás, no quería que me viese cara a cara. Pero ella me hizo que no con la mano, y me tuve que sentar en el copiloto.

"¿Cuánto has bebido, Marina?" Me dijo seria y distante, y para colmo, sin mirarme. Sentí enfado de que fuese ella la que me tratase así.
"¿Cuánto has tardado en irte de la cafetería, Elizabeth?" Rápidamente me miró, no le hizo gracia mi pregunta por la cara que me puso. Quería esfumarme de ahí, lo había dicho sin pensar.
"Marina, tenía a tu madre a diez pasos. No sé si para ti es todo esto muy fácil, pero yo podría estar en la cárcel si con tu madre hubiese ocurrido algún problema contigo."
"Mi madre no te había visto, al menos podrías haberte ido al baño, en vez de dejarme ahí sin saber que hacer. Si para ti no ha significado nada lo que ha pasado hoy podrías haberlo dicho claro." Ella me miró. Tenía los ojos lloroso. ¿Qué es lo que he dicho para que se ponga así?
"Después hablamos, Marina." Dijo con voz seca. No me atreví a decir absolutamente nada en todo lo que quedó de viaje. No sabía a donde ibamos, pero tampoco iba a hablar para preguntarle.

De repente aparcó. No tengo noción en cuanto duró el camino pero al salir, vi enfrente de mi un gran edificio gris. No sabía dónde estaba y Elizabeth no me miraba. Así que solo me decidí a seguirla.
Llegamos a un ascensor y pulso el
botón cuatro. Al llegar caminamos por un pasillo hasta que paró en una puerta. Al abrirla, me puse nerviosa. Acababa de comprender que estaba en su casa. Me había traído hasta su casa. Si hubiese sabido que me traería aquí por llamarla lo hubiese hecho mucho antes.

"Ponte cómoda. Por allí esta la sala." Dijo señalandome unos sofás a la derecha. Fui hacía allí y me senté.
No sabía cómo reaccionar. Mi vida desde que conocí a Elizabeth es como una montaña rusa de cosas inexplicables. Pero en cierta parte, me gusta esto.
No sé lo que siento por ella. Y tampoco tengo intención de saberlo. Pero solo tengo ganas de saber un poco más de ella cada vez que la veo.

Salgo de mis pensamiento y empiezo a mirar el lugar. Es un apartamento bastante bonito. Es todo de colores en tonos claros. A mi izquierda había unas escaleras. Tenía ganas de ir al baño y no sabía dónde estaba Elizabeth. Así que me levanté y fui a buscarlo. Subí arriba directamente, ella tenía que estar por aquí y me daba vergüenza encontrarmela.

Al subir me encontré en un pasillo. Había cuatro puertas. La primera era una habitación que parecía un tipo de despacho. Enfrente un cuarto simple con una cama y pocos muebles más, supuse que era la habitación de invitados. Seguí hacía delante y vi una puerta entreabierta, fui a abrirla para ver qué era y era la habitación de Elizabeth. Entré y vi que tenía un baño, dos pájaros de un tiro.
Vi que había una cómoda enfrente de la cama dónde había unas cuantas fotos y me acerqué a verlas. Vi una fotos donde aparecia un chico con dos chicas. Una se parecía a Elizabeth, quizás tiene hermanos. La siguiente era Liz con un grupo de chicas con el Big Bang atrás. Y la última, hizo que me entrasen ganas de llorar. No estaba bien colocada, era como si alguien la hubiese tirado ahí. Estaba roto el cristal del marco, y en la foto salía Elizabeth y un hombre. Me resultaba conocido, pero solo podía pensar en el beso que se estaban dando para la foto. No me dio tiempo a reaccionar cuando escuché pasos detrás de mi.

"Marina, ¿Qué haces aquí?" Dijo con tono molesto.
"Perdón. Solo quería encontrar el baño y creía que no querías hablarme. Pero si quieres me voy." Miró la foto que tenía yo en las manos, me miró y suspiró.
"Entra a ese baño, ahora ve abajo y hablamos." Dijo más tranquila.

Le hice caso. Fui al baño y bajé a la sala. Elizabeth estaba en el sofá sentada mirándome bajar e ir hasta ella.
Me senté esperando a que ella decidiese hablar. Pero no podía dejar de darle vueltas a lo que había visto arriba.

"¿Quién es el hombre de la foto?" Dije sin más. Quería que me fuese clara.
"Es mi ex-pareja. No estamos juntos desde hace siete meses." Me calmó saber eso. Pero no estaba todo solucionado con solo decirme eso.
"¿Me puedes ser clara, por favor?" Le pregunté casi rogándole.
"Marina, me gustas, pero para mi esto es muy complicado. Eres solo una niña, y ni siquiera deberías de estar aquí. Pero por más que intento parar esto, te vuelvo a encontrar en algún sitio, o me llega una llamada tuya y solo siento que todo esto está ocurriendo por algo." No me podía creer lo que acababa de escuchar. ¿Se me acababa de declarar?
"Yo me siento igual, Elizabeth." Le dije sonriendo. Y se empezó a acercar hacía mi mientras me sonreía de vuelta.
Puso su mano sobre mi mejilla, y me besó. Le correspondí el beso. Tenía tantas ganas de esto.
No sé cuánto tiempo hemos estado así, no sentía que pasaba el tiempo. Hasta que me sentí una mano en mi pierna. No quería interrumpir esto ni irme como con el chico en la fiesta. Solo quiero que esto no termine, pensaba, mientras sentía que su mano subía cada vez más.

«Problems» {larina}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora