Capítulo 6: Verdad.

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¿Qué era esto que sentía?

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¿Qué era esto que sentía?

¿Qué era esto que me asfixiaba?

Todo dolía, todo ardía.

Todo se cayó a pedazos.

Cerré mis ojos con esperanzas de desaparecer, pero volví a abrirlos al escuchar el sonido de las puertas del ascensor abrirse.

Un tarareo suave se acerca a la sala.

Isabel.

Me levanto del sofá. Me giró mirándola.

—Hola, cielo. —Sonrió campante.

No respondí.

—¿Sucede algo? Estás callado... —Se acercó a mí, con una mano en su vientre abultado.

Realmente no había nada. No existía algo como mi hijo.

—¿Quién eres? —Pronunció con extrema frialdad.

Tenerla frente a mí y saber lo que hizo me hace hervir la sangre, pero a la vez seguía doliendo demasiado.

—¿De qué hablas? Soy Isabel, tu mujer, ¿Estas bien? —Puso su mano sobre mi frente verificando mi temperatura, enseguida empujó su mano lejos de mí.

—¿Quién demonios eres, Isabel Bayer? —Escupí mirándola de pies a cabeza.

—Ya lo dije tu mujer.

—No. No lo eres.

Tomé las fotos que había arrojado y se las coloqué frente a sus ojos. No había manera en que me dijera que no era ella, pero aun así lo hizo.

—¿Qué es esto? —Miró las fotografías. —Esta no soy yo. Es imposible que sea yo.

—¿De verdad? —dejé las fotografías y tomé los documentos de la cuenta bancaria junto a su documentación.

Al ver los papeles, su rostro se quebró de horror. Sus ojos desbordan terror.

—E-eso no es verdad... —Balbuceo. —Yo soy la madre de tu hijo Matthew. Debes creerme.

—¿La madre de mi hijo? —Solté sarcástico, la apunte amenazante con mi dedo—Deja de mentir.

—E-es cierto... Debes creerme.

Tomé su brazo y enseguida intentó zafarse. Lleve mi mano a lo que era su vientre, Isabel forcejeo, pero logre sacar la especie de molde en su vientre.

—¿Mi hijo? —La solté y dejé caer el molde.

—Matthew... Déjame explicarte. —Sus manos temblorosas intentan tocarme, pero me alejó.

—No Isabel. Quiero que te vayas. —Demande. — Quiero que desaparezcas de mi vista.

Debía irse. Ya no la quería junto a mí.

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