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Una semana ha pasado desde que no duermo en mi apartamento, solo voy por ropa y otras cosas que necesito pero ya llego el momento de pedirle a Isabel que se busque un lugar para ella, no puede seguir viviendo conmigo. Mis mañanas son demasiado buenas con los peques pero cuando llega el momento de entregarlos a sus padres toda esa energía y felicidad se desvanece, aunque no del todo porque también está semana he estado cuidando de mi pequeña Esme, resulta que la niñera ya era una persona un poco adulta y justo el día que tenía que venir a buscarla antes de salir de casa de resbaló por las escaleras de la entrada de su casa que solo eran cinco escalones, afortunadamente solo tuvo un esguince en el tobillo y un gran hematoma en la espalda que le impide cuidar como es debido a Esme.

—¿Mi niña lista para irnos?. —ya solo quedábamos Esme y yo en el preescolar pero estaba esperando que Nico pasará a buscarnos para que él la cuide mientras yo hablo con Isabel.

—Si, lista. —tomé su mochila y ella rápidamente tomó mi mano para salir, al llegar a la salida ya nos espera Nico a quien me acerque y lo salude con un abrazo, pero en el momento en el que me separe Esme tenía muy mala cara.

Subimos al auto y en el camino Nico y yo platicamos de cómo va su búsqueda de trabajo y un poco sobre lo que haré en unos minutos, Esme permaneció en silencio durante todo el trayecto cosa que es sumamente extraña ya que conmigo siempre está hablando.

—Llegamos. —aviso Nico sacándome de mis pensamientos.

—Intentaré que sea rápido para no hacerles esperar mucho.

—Tranquila cualquier cosa que necesites aquí vamos a estar.

Salí sin muchas ganas pero Nico insistió en que ya era el momento de hacer las cosas bien. Y todo conspiraba para que el momento se retrasará; al llegar a la puerta del edificio tarde mucho en encontrar las llaves, el elevador tardó más de lo normal en llegar. Cuando finalmente llegué a la puerta de mi apartamento que ya no veía como mio, abrí lentamente por lo que podría encontrarme dentro y ahí estaba sentada sobre el sofá de lo más tranquila, hasta que se percató de mi presencia y dirigió su mirada a mi.

—Creí que tardarías más en aparecer de nuevo. —eso era un reproche.

—Quiero hablar contigo sobre la situación que desde hace unos meses...

—¿Por qué no has dormido aquí?. —no me dejó continuar interrumpiendo con esa pregunta que no tenía fundamentos, al menos no viniendo de ella.

—Porque no he tenido ganas de volver a este sitio. —solté sin más.

—¿Que estas diciendo?.

—Lo que escuchas que desde hace meses que tus acciones cambiaron mucho, me haces preguntas que como amiga no te corresponden, tratas de controlar mi tiempo, te metes por las noches a mi cuarto y tuve que poner seguro para que dejaras de hacerlo, es más tuviste el descaro de meterte desnuda cuando me estaba bañando, incluso sé que te atrevias a revisabar mi celular. —dije con dolor por su actuar. —Eso es algo que rebasa los límites de la amistad y te quiero, te quiero mucho pero no de la forma que tu piensas o crees, te respeto pero no te puedo querer del mismo modo...

—Dejame conquistarte se que puedo hacer que te enamores de mi...

—No Isa eso nunca va a funcionar...

—Por favor no te quiero perder.

—Isa entiende que no me puedes perder, no somos nada y nunca lo seremos. Yo estoy enamorada de alguien más que se gano mi corazón desde el primer momento, y es por eso que te quiero pedir que busques un lugar para continúes tu camino. —suspiré. —Es hora poner fin a esto, antes de que sea demasiado tarde para también perder nuestra amistad. —se quedo en silencio tal vez pensando hasta que volvió a hablar.

La Mamá De Mi Alumna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora