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Llevo más de veinte minutos dentro del auto sin moverme y sin ganas de irme, la molestia y el enojo que sentía ya ha pasado, no del todo pero ya es menor. Dentro de la casa aún sigue la luz del comedor encendida lo que me indica que Lena aún sigue ahí y que tampoco se ha movido. Quería salir y arreglar todo pero no sé si estoy completamente tranquila para enfrentarme a ella. Encendí el auto y salí de ahí sin ver atrás, no quería dejar las cosas así pero tampoco tenía ganas de hacer una tormenta en un vaso de agua, ya mañana será otro día.

—Hola. —me dijo Nico apenas abrió la puerta y vio que era yo. —¿Qué pasó? Traes mala cara.

—Te cuento aquí o puedo pasar. —dije de lo más irónica que puedo ser.

—Lo siento pasa pasa. —me tire en el sofá mientras vi como el se fue a la cocina. —Toma. —me ofreció una cerveza a la que no me podía negar.

—Gracias. —respondí bebiendo la mitad casi de un trago.

—Wow ¿todo bien?. —pregunté y negué de manera inmediata. —¿Quieres hablar?.

—Si. —me terminé lo que quedaba de cerveza. —Lena y yo hablamos sobre decirle a Esme de nuestra relación y llegamos al acuerdo mutuo que lo haríamos al terminar el curso. —me levante y fui por otro par de cervezas. —Cuando dejará de ser su maestra y no es por esconder mi relación ni nada solo era con propósito de no crearle confusión dentro del colegio y fuera de este.

—Entiendo. —dijo terminando su primera cerveza. —Querías evitarte problemas en el colegio por la relación que tienes con su madre.

—Efectivamente pero Esme dijo que Lucas y yo éramos novios y que me beso... cosas que en realidad nunca pasaron. —terminé mi segunda cerveza y quería otra. —El punto es que Lena le dijo sobre nosotras. Yo quería hacerlo con ella, quería ver su reacción, su emoción quería que me preguntara a mí sobre llamarme mami... si es que lo hizo porque eso tampoco lo sé.

—Hablaste con ella. —dijo refiriéndose al hecho de que Lena le dijo sola. Asentí. —¿Y que te dijo?.

—No la deje que hablara... solo me aleje y salí de la casa. —respondí bajando la mirada.

—Tienes que hablar con ella. Tal vez dejar que se explique.

—Lo sé pero... —creo que ni siquiera tenía un pero válido. —Mi enojo me cegó y la dejé sin decir nada.

—Sé perfectamente por lo que he visto y lo mucho que hablas de Esme cada que estas conmigo. La quieres muchísimo y podría atreverme a decir que amas a esa niña. —asentí porque estaba en todo lo correcto amo con el alma a mi pequeña. —Y es por ese amor que querías estar presente en algo importante.

—Las amo a las dos con el alma. —Nico se sentó a mí lado pasando su brazo sobre mis hombros.

—Estas enamorada. —susurro. Y estaba en lo correcto estaba profundamente enamorada de ambas. Yo ya había visto en varias ocasiones a Nico enamorado pero él no había tenido la fortuna de verme así, yo nunca había estado enamorada, nunca había querido entregar mi corazón, no por miedo a que me lo rompieran sino porque ninguna mujer que conociera lograba llenarme en ningún aspecto y entonces solo eran encuentros casuales. Pero el conocer a Lena desde el primer momento me dejó anonadada y el cruzar palabras con ella fuera del ámbito escolar fue el punto cúspide, para darme cuenta que ella era la indicada para abrirme por primera vez de este modo. —Me alegra que hayas encontrado a la indicada.

Estuvimos hablando por un par de horas más sobre todo, el era mi mejor amigo y yo la de él y conocemos todo del otro. Y antes de irnos a dormir el preguntó algo que me dejó entre la espada y el pared.

La Mamá De Mi Alumna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora