El saber que Lena me dio su permiso de considerar a Esme como mi hija me hizo sentir aún más feliz si eso es posible. Nuestra relación a la vista de los demás podría estar avanzando de manera un poco apresurada, pero entre nosotras sabemos perfectamente que llevamos nuestro propio ritmo y estamos contentas con eso.
Cuando Nico nos trajo de vuelta a Esme, hablamos esta vez las dos con ella acerca de nuestra relación y le tratamos de explicar el porqué ya no podré ser su maestra, ella parecía enterder aunque dudo mucho que comprendierá a la perfección, sólo le dejamos muy en claro que ya no me vería todos los días en el salón de clases.
Los días comenzaron a pasar, llego navidad y por petición de Lena lo pasamos con ella incluido Nico, que según ella no quería que lo pasara solo, alegando que él también ya es parte de la familia, fue una gran noche buena como hace algunas no tenía una, me sentí nuevamente en familia, en casa. Los regalos no pudieron faltar y la más feliz fue Esme al recibir un nuevo balón, un uniforme de fútbol y lo que su rostro me dijo que fue el mejor regalo fue la misma muñeca que ella me regalo en edición especial, al dársela y desenvolver el papel prometió que no la abriría y sería como un trofeo para ella, básicamente lo mismo que yo prometí cuando me regalo la suya.
Para año nuevo la cosa fue un poco diferente Lena tenía planeado todo lo que sería la cena, las uvas, la decoración y hasta en que segundo darnos los abrazos, por desgracia esa mañana al despertar salió corriendo al baño a vomitar, seguramente le hizo daño la cena, yo le repetí varias veces que le caería mal, pero como parece que nunca me escucha pues ahí sus consecuencias.
—Voy a hablarle a Nico para decirle que la cena se cancela. —dije regresando a la cama después de sujetar su cabello.
—No hace falta solo me recuesto un momento y se me pasa. Todo está bien tranquila. —dijo intentando sonreir pero salió más una mueca. —Te ayudaré a preparar la cena y lo que teníamos planeado pero no creo poder comer nada. Siento el estómago completamente revuelto.
—No quiero decirlo… pero. —no iba a desaprovechar la oportunidad. —Te lo dije, te dije que si te excedías esto podría pasar y mira tenia razón. —con ella yo nunca tenía la razón y esta era mi oportunidad de oro para tenerla por primera vez.
—Ya entendí ¿ok? No es necesario que me lo eches en cara.
—¿Quieres que te preparé un té?. —pregunte recostandome a su lado y acariciando su cabello.
—Si por favor. —me estaba acercando a besarla pero ella inmediatamente se separó de mi.
—No, estoy mala y no quiero enfermarte también.
—Bien. —me levante sin decir ya nada. —Iré por tu té.
Le prepare el té y se lo lleve a la cama, se lo tomó todo y poco después se quedó dormida. Regrese a la cocina y la verdad la cocina no era mi fuerte sumándole a eso realizar una cena de fin de año no era buena combinación, pero tengo la vieja confiable y llamé al cocinero experimentado.
—Salvador. —dije después del tercer tono al que contestó. —Tengo noticias.
—Si soy salvador a ¿quien tengo que salvar? A ¿ti?. —dijo con tono burlón.
—A quien si no.
—¿Que hiciste?. —pregunto otra vez con ese tono de burla.
—Lena amaneció con dolor de estómago y ahora mismo está durmiendo y digamos que me toca preparar la cena para hoy. —sabía que al terminar de decir eso una posible risa podría recibir de respuesta y no me equivocaba eso paso.
—Ya voy en tu auxilio… —se quedó en silecion unos segundos. —Treinta minutos y llegó a tu rescate.
—Gracias.
Al finalizar la llamada fui a despertar a Esme ya es algo tarde y es extraño que no ande corriendo por todos lados, entre a su habitación y estaba sobre su cama ya despierta pero sin moverse.
—Princesa ¿Por qué aún no te levantas?. —le pregunté tomando asiento aún lado de ella.
—No quielo. —dijo muy bajito.
—¿Por qué princesa?. —volví a preguntar.
—¿Tú y mami me quielen?. —su pregunta se me hizo sumamente rara, Lena y yo en todo momento le demostramos que la queremos.
—Por supuesto que si. —me acosté con ella y acomodo su cabeza sobre mi pecho.
—Yo quielo algo de ti y de mamá. —dijo muy segura de sus palabras.
—¿Y que es eso que quieres princesa?.
—Una hemanita. —su respuesta me dejó sin palabras e inmóvil.
—Mi amor mira como la dejaste… —entro Lena a la habitación. —Eso va a suceder más adelante por el momento debemos disfrutar de nosotras tres como una familia.
Nunca imagine que Esme me diría algo como eso, quiere hermanos y yo no se si estoy preparada para ser madre de un bebé. Si, me gustan los niños y por eso doy clases en un preescolar pero porque puedo regresarlos a sus padres, también sé que con Esme es diferente pero ella ya es un poquito más grande no es un bebé, yo no sé cuidar a un bebé, no se como cargarlo y ¿si lo tiro?, y ¿si cuando le esté bañando se me ahoga? o peor aún le deje olvidado en algún lado como la infinidad de cosas que pierdo. No definitivamente no estoy lista ni preparada para un bebé, no ahora.
—¿Estas bien?. —me pregunto Lena que ya parecía mejor. —La pregunta de Esme te dejó mal.
—No creí que ella quisiera hermanos.
—Yo tampoco sabía que ella los quería, es la primera vez que dice algo como eso. —carajo ni siquiera ella sabía. —Hasta el momento no hemos hablado de hijos ¿Tu quieres hijos?. —pregunto tomando asiento junto a mi y entrelazando nuestros dedos.
—Ya tengo a Esme. —dije evadiendo parte de la pregunta.
—Además de Esme ¿Quieres hijos conmigo?. —preguntó esta vez de manera directa.
—No… —no me dejó continuar cuando se paro de golpe y salió dejándome sola en la cama.
Salí tras ella y la tomé desde detrás de la cintura antes de que llegara a las escaleras.
—Sueltame. —dijo intentando soltarse.
—Amor no me dejaste continuar. —deje un beso en su cuello y subí a su mejilla con el objetivo de que se relajara y parecía funcionar. —No sé si estoy lista, no sé si seré una buena madre.
—Ya lo eres. —dijo acariciando mis brazos que rodeaban su cintura. —Con Esme me has demostrado que eres una gran madre y que estás más que lista para que tengamos uno tu y yo.
—Pequeña tengo miedo de lo que le pueda hacer a un bebé estando en mis brazos, bajo mi cuidado. No estoy tan segura de poder cuidar de uno.
—Mi amor ya lo hablaremos ahora tenemos una cena que preparar. —el que me dejara con esta conversación pendiente no me gustaba mucho.
Estoy segura que ella si quiere mas hijos y no me negaría a dárselos pero ella debería de entender que no me siento segura, que aún no estoy preparada para tener uno propio, ya considero a Esme mi hija pero es diferente ella ya es un poco más grande, un poco independiente, un bebé necesita toda nuestra atención, todos nuestros cuidados. Y eso me da miedo e inseguridad porque apenas soy capaz de mantenerme a mi con vida y completa, con Esme hago el doble de esfuerzo para que nada le pase y a eso sumarle un bebé, me volvería loca.
R.
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La Mamá De Mi Alumna
RomanceLo que más me apasiona hacer es estar en el salón con mi grupo. Un nuevo grupo, el primer grado del preescolar. Nunca creí que con esta nueva experiencia conocería al amor de mi vida, ese amor que tanto se resistía a llegar y finalmente llegó con un...