Leandro
-¿Como?-pregunto-pensé que como llaman abuelo a eso señores-digo dejando la frase inconclusa, tengo dos nietos, soy abuelo, me digo sin creerlo todavía.
-Le preguntamos a mamá una vez por él, pero se puso triste, por lo que no preguntamos más-dice Max, ese niño sin duda tiene el carácter de un Sargoni-sabemos que lo ama o lo amaba, ya que ese día la oímos llorar, solo decía una y otra vez, duele porque sigue doliendo-dice y miro hacia mi hija, debe haber sufrido tanto, pero no más, hare que tenga todo lo que le falto-llamamos así a la abuela Alina y el abuelo Rick, ya que ellos han estado ahí desde que nacimos, nos contaron que conocieron a mama antes de que ella supiera que estaba embarazada-terminan y asiento comprendiendo.
-Victoria ha dicho que si pensamos llegar para la tarde de película-interrumpe Dimitri antes de que diga algo mas-Leo y Theo están ansiosos- sonrió, esos dos son un torbellino.
-¿No le dijiste nada verdad?-pregunto, quiero que Alicia sea la primera en saberlo.
-No, supuse que ibas a querer decirles tu-asiento y miro a los gemelos que están comiendo mientras nos escuchan-de todas formas Alicia debería ser la primera en enterarse-asiento de nuevo, todavía mirando a los gemelos.
-Pide la cuenta-digo, cogiendo mi tasa, el asiente alejándose hacia la barra-¿mañana estarán aquí?-pregunto, ellos se miran.
-Estamos de vacaciones-responde Lisa-y casi nunca salimos los días entre semana, mamá trabaja-habla.
-Aunque mañana tiene el día libre, pero de todas formas no salimos, vivimos encima-dice Max señalando hacia el techo-preferimos estar en casa viendo películas o acá abajo ayudando con los cliente, ellos nos aman y dejan más propina si les atendemos nosotros-dice sonriendo, suelto una carcajada que seguro llamo la atención de todos.
-Ese es un buen negocio-digo sonriendo, ellos me devuelven la sonrisa.
-Encargue varios panecillos y galletas-dice Dimitri interrumpiendo otra vez-pedí para un batallón, ya que conociendo a esos cuatro no quedaran nada para nosotros-se sienta.
-Seguro que cuatro nada mas-le digo-recuerda a Mia.
-Ella no estaba a dieta.
-Lo dejo-me encojo de hombros.
-Bueno espero que alcance-suspira-Verónica nos lo traerá junto con la cuenta-asiento y miro a los gemelos, quiero saber algo sobre ellos.
-¿Que les gusta hacer?-me arriesgo a preguntarles, ellos se miran y Lisa se levanta, pienso que se va a ir pero ella se pone de puntillas y da una voltereta.
-Espero que sea obvio-dice haciendo una reverencia-estoy practicando para cuando empiece la escuela de verano, mamá me inscribirá-sonríe sentándose.
-Mi hija Mia estuvo en muchas de esas escuelas, se presentara para entrar el año que viene a la Escuela Juilliard-digo y veo como se emociona.
-Yo también quiero ir ahí-dice dando casi brincos de la alegría-sé que me faltan muchos años pero quiero practicar para poder ganar una beca-dice nerviosa.
-Con lo dedicada que eres sé que entraras-dice Max a su hermana-yo prefiero la tecnología, soy bueno con eso-dice muy orgulloso.
-Más que bueno-dice Verónica llegando con una bolsa, se la pasa a Dimitri-hace unos semanas uno de los clientes olvido su contraseña y Max logro desbloquearlo solo con otro teléfono-dice muy orgullosa de su hijo, puede que allá sufrido pero puedo ver que ha salido adelante a pesar de todo-aquí está la cuenta-la tomo y antes que la vea Dimitri me lo arrebata.
-Me toca esta vez-dice con una sonrisa engreída, me encojo de hombros, no voy a discutir con él.
-Llamare a Héctor para que traiga el coche-digo levantándome, tener a mi hija cerca y no poder abrazarla me está matando-me dio gusto conocerles-le digo a los gemelos, les guiño un ojo, ellos me sonríen.
-El gusto fue nuestro-dice Max.
-Tu pastel estaba delicioso-le digo a Verónica, ella sonríe y yo me alejo antes de hacer algo más, tomo el teléfono y le envió un mensaje a Héctor, salgo del pequeño restaurante y espero a Dimitri quien no tarda en llegar.
-¿Que harás?-me pregunta.
-Primero hablar con Alicia y despues hacer hasta lo imposible para acercarnos a nuestra hija y mis nietos-digo, abriendo la puerta del coche que acaba de estacionarse frente a nosotros.
Verónica
Limpio la última mesa antes de caminar hacia la cocina. Me alegra que el día de hoy no se trabaje hasta la ocho como siempre, hoy solo se trabaja hasta las cuatro, aunque hubo bastantes clientes.
-¿Ya van a cerrar?-le pregunta a Alina cuando entro a la cocina.
-Sí, es hora de ir a casa-me sonríe-hoy tuvimos un buen día y más con esos clientes que trajiste-dice mirándome, ella piensa que le oculto algo, pero no es cierto.
-Ya te dije que no les conocía hasta hoy-vuelvo a decir-subiré con los niños, que pasen una buena tarde-noche-les sonrió y subo las escaleras hasta la casa.
Al entrar veo a los chicos preparando todo para un maratón de películas, me sonríe cuando me ven entrar. Me quito el abrigo y camino hacia el sofá.
-¿Cual vamos a ver?-pregunto cogiendo uno de los boles llenos de palomitas y sentándome en el medio, ellos se acomodan y ponen play a la peli.
-Una navidad de locos-dice Lisa y pongo los ojos en blanco.
-No la hemos visto más de tres veces-digo y ellos me lanzan una palomita-está bien veámosla otra vez, pero primero encargare una pizza para la cena-Max me pasa mi teléfono que está en la mesa, marco el número de la pizzería en menos de cinco minutos tengo la pizza encargada-bien ahora si podemos verla-sonrió.
Tres horas despues vamos por el octavo capítulo de Los Simpson, despues de terminar la peli, hicimos votación para ver una serie y al final ganaron ellos. Me levanto cuando escucho el timbre.
-Debe ser la pizza, vuelvo ahora-digo.
Cojo el dinero, camino hacia la puerta y la abro la puerta, me quedo en blanco al ver a una mujer, que por cierto su ropa grita dinero -tendré algo encima que últimamente solo me encuentro con personas ricas- parada con los ojos rojos, de segura de haber llorado, y no es que lo adivine sino que todavía está llorando.
-Señora de..-me quedo callada cuando la mujer se lanza hacia mí y me abraza.
Le devuelvo el abrazo al sentirme bien en su brazos, aunque siga sin saber quién diablos es esta mujer. Unos segundos despues que para mí parecieron horas, intento alejarme pero ella me lo impide.
-Solo un poco más-susurra, parpadeo y dejo caer los brazos, espero que se dé cuenta que ya no le devuelvo el abrazo y decida soltarme.
-Llegue en mal momento-veo hacia la puerta encontrándome a Luis con la pizza en manos.
La señora por fin decide soltarme, se separa dándole la espalda a la puerta, decido no mirarla y darle el dinero a Luis.
-Gracias-digo cogiendo la caja, el niega pero cierra la puerta por mí.
-Mamá para cuando la..-Max deja de hablar cuando ve a la señora parada a mi lado, y es cuando decido mirarla, ella deja de mirar a Max para verme a mí, quedo atrapada en sus ojos café, están tan llenos de tristeza pero a la vez de felicidad no sé cómo puede hacer eso.
-Tenemos una invitada-digo sacudiendo la cabeza, creo haber visto unos ojos así en alguna parte-lleva esto a la sala-se lo doy a Max, el asiente y se aleja-¿que le trae por aquí señora?-pregunto-¿le sucedió algo?-pregunto otra vez preocupada, siempre me ha gustado ayudar y aunque no tenga dinero para hacerlo, puedo prestar mi hombro y mi oído.
-No sucedió nada, yo solo-se detienen a mitad de la frase, saca un pañuelo de su abrigo y se seca las lágrimas, veo como se pone triste y decido intervenir.
-Se dé algo que puede hacer que se ponga mejor-digo cogiéndola del brazo y llevándola a la sala-niños iré por algo para tomar y le traere un pedazo de pastel a nuestra invitada-comunico, y le señalo a la mujer que se siente en donde desee, salgo de ahí y me meto en la cocina.
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Segunda Dulce Oportunidad #PGP2023
RomanceVerónica Adams tuvo una infancia terrible, una adolescencia problemática y una adultez que iba por el mismo camino; pero los tiene a ellos, sus dos hijos. Un par de gemelos muy inteligentes y divertidos. Sin embargo, no pensó que él llegaría a poner...